Ahí, desde la superficie un georradar escanea con ondas electromagnéticas el subsuelo, el pasaje oculto que llevaría a las cámaras donde podrían encontrarse los restos de los gobernantes de Teotihuacán, un misterio que espera a ser desvelado.
Hasta ahora se han extraído con palas y cubetas más de 200 toneladas de piedra y tierra, y se ha encontrado una ruta de símbolos; se ha avanzado 10% en la exploración del túnel, que mide entre 100 y 120 metros. El georradar, del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas de la Universidad Nacional Autónoma de México, ha localizado pedazos de cerámica, huesos, piedras, agua y huecos; trozos de restos de ofrendas.
Una cámara de video en 3D hace tomas para construir con ellas recreaciones del túnel que permitan paseos virtuales o formen parte de un museo, aunque se requiere un escáner-láser para analizar a detalles las condiciones de las paredes del pasaje y evaluar la posibilidad de derrumbes.
El encargado de manejar el equipo proporcionado por la UNAM es Víctor Manuel Velasco Herrera, del Instituto de Geofísica, dirigida la excavación por el especialista del Instituto Nacional de Antropología e Historia, Sergio Gómez Chávez. El túnel fue descubierto por casualidad luego que en 2003 las lluvias abrieran un pequeño hueco en el suelo.
Fuente: UNAM
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