Las primeras sondas aéreas enviaron imágenes de posibles construcciones muy similares a las de la civilización egipcia. En ellas se aprecian pirámides, puentes y la fabulosa Cara de Marte. Como siempre, varias fotos no se dieron a conocer hasta 10 años después de que fueron captadas.Debido al gran revuelo que esto produjo, la Nasa se vio obligada a incluir en sus nuevas misiones Pathfinder y Mars Global Surveyor una investigación a fondo sobre el área en cuestión, bautizada como Sidonia. Las imágenes mas actuales sobre estas zonas y las de aterrizaje del Pathfinder han traído más discusiones con el descubrimiento de lagos de agua y sobre todo al conocerse que una de las fotografías había sido retocada.¿Con qué motivo? ¿Qué intentaron ocultar?
Los que recuerden el proyecto Apolo y la llegada de los astronautas a la Luna recordarán la controversia sobre la supuesta presencia de otras inteligencias en nuestro satélite, y el intercambio entre el agitado Buzz Aldrin y el centro de control de vuelo en Houston: “¡Señor, estas cosas son enormes! ¡Enormes! ¡DIOS MIO, usted no lo creería! Le digo que hay otras naves espacial en el lado opuesto del cráter.!. ¡Estan en la Luna, vigilándonos!.
Eso fue en 1969. En el 2010 siguen fluyendo los ríos de tinta sobre este diálogo “suprimido” por la NASA. En fechas recientes, el analista fotográfico Ron Stewart ha publicado un informe que lleva por título Apollo 11: What Was Discovered? (Apolo 11: ¿Qué Descubrieron?) disponible de forma gratuita en http://exopolitics.blogs.com/files/newest-apollo-11-what-was-discovered-part-1-pdf.pdf. Utilizando un nuevo proceso de análisis fotográfico denominado APEP – Advanced Photo Extraction Process, o proceso avanzado de extracción fotográfica – Stewart y su colega Ron Nussbeck afirman haber localizado una base no humana en la superficie lunar, justo en el horizonte de la famosa fotografía “Earthrise” que muestra la Tierra sobre el horizonte lunar. El informe presenta las fotos y los distintos análisis, que sugieren, para los analistas, la presencia de seres extrahumanos y sus naves, con aumentos muy sugerentes.Pero existe un problema. Lejos de ser naves futuristas que asociaríamos con una tecnología avanzada, las fotos de las “naves” tienen rasgos netamente terrestres – tanques, tubos y toberas que asociaríamos con nuestros propios programas espaciales, o con las naves que se nos han presentado en series de televisión como Cosmos:1999. Lejos de echar por tierra la labor realizada por estos investigadores, el aspecto familiar de esta tecnología nos lleva a pensar en la descabellada posibilidad – a primera vista – de que Dolan y Hoagland están en lo cierto. Cualquier tecnología “nazi” en nuestro satélite compartiría rasgos comunes con los artefactos diseñados por Werner Von Braun para el proyecto Apolo.
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