mayo 08, 2012

MITOS...HIJOS DEL CIELO Y LA TIERRA.......(1)




Al asesinar a Osiris, Set sólo consiguió divinizar aún más a su odiado hermano, porque el Osiris triunfante sobre la muerte iba a establecerse como la personificación divina del ciclo, y volvería a nacer y morir eternamente, reinando en la vida eterna del cielo y venciendo sobre su traidor hermano en la tierra, al quedarse con sus posesiones y ser la figura amada por las dos hermanas Isis y Neftis, la figura adorada y reverenciada por todos los egipcios, la divinidad bondadosa que gobernaba las estaciones y el benéfico Nilo en provecho de los hombres. No le fue demasiado difícil a Set terminar con la vida de su buen hermano, el gran rey Osiris, a pesar de la constante vigilancia que mantenía Isis sobre sus idas y venidas, ya que ella sí que conocía bien a su malvado hermano y no confiaba en absoluto en sus manejos. Después de intentar una y otra vez asesinarlo sin éxito, finalmente Set urdió un plan que le permitiera burlar a Isis y así mandó construir una caja muy rica y bella, con el tamaño exacto de su hermano. Con la caja en su poder, Set organizó una gran fiesta, a la que invitó a Isis y a Osiris, junto a otros setenta y dos personajes, que no eran otros que sus aliados en el siniestro plan. Terminada la fiesta, Set comentó que había ideado un juego, consistente en ver quién de todos los presentes cabía mejor en aquella magnífica arca, y para el afortunado había reservado un grandioso premio. Los invitados probaron suerte, pero ninguno daba el tamaño adecuado, así que le tocó el turno a Osiris y él sí que llenaba por completo el hueco de la caja, pero no había tal premio, los presentes se abalanzaron en tropel y encerraron al rey dentro de ella; luego la lanzaron al Nilo y el río arrastró la caja y su carga hasta el mar. Isis salió en persecución del arcón y Neftis se le unió rápidamente en la búsqueda, mientras Set y sus seis docenas de compinches celebraban precipitadamente la supuesta victoria del usurpador. Las dos hermanas mientras tanto, daban con la caja en la que había sido encerrado Osiris y comprobaban que ya no era sino un despojo. Con sus tristes lamentos y llantos, las hermanas conmovieron a los dioses y estos decidieron volver de nuevo a la vida al infortunado Osiris, mandándolas que amortajasen su cuerpo embalsamado en vendas, dando así la pauta para el posterior rito funerario, o que reuniesen sus restos para poder insuflar de nuevo la vida en su destrozado cuerpo, según la versión correspondiente. También se cuenta en otros relatos sagrados, que el arca había salido al mar cuando Isis llegó a la desembocadura del Nilo, y no terminó su viaje sino en la muy lejana costa de Fenicia, yendo a dar contra un tronco que crecía al borde mismo del Mediterráneo, muy cerca de la ciudad de Biblos. El árbol, milagrosamente, creció en un instante, englobando el féretro flotante en su tronco para darle el postrer cobijo. Movido por el destino, el rey de Biblos vio aquel gigantesco árbol y mandó cortar su tronco y con él ordenó construir una columna para su palacio. Pero Isis supo también el portentoso hecho y reemprendió el viaje, hasta llegar a la ciudad de Biblos, en donde pidió ser recibida por el rey, para hacerle saber la razón de su penosa expedición. El rey escuchó el relato de la reina y ordenó inmediatamente que le fuera devuelto el cajón en donde reposaban las restos mortales del buen Osiris. Concedido su deseo y con el cajón en su poder regresó sigilosamente a Egipto, no sin antes tratar de ocultar de la maldad de Set el cadáver del infortunado esposo. Pero Set, señor de la noche y las tinieblas dio con él y volvió a tratar de terminar con la amenaza que representaba Osiris, haciendo que sus restos fueran dispersados por todo el inmenso e intransitable delta del gran río. De nuevo Isis emprendió la búsqueda de los restos de Osiris en los pantanos del Nilo y, uno a uno, reunió otra vez el cadáver. Cuando los hubo conseguido, tomo la forma de un gran ave de presa y se posó sobre los despojos, batiendo sus alas hasta que con su aire benefactor insufló una vida renovada en Osiris. El esposo resucitado la tomó y la buena Isis quedó preñada de Horus, el hijo que habría de vengar al padre asesinado y restauraría el orden divino en Egipto. Pero, mientras llegaba el momento del nacimiento de Horus, Isis se ocultó de Set en los pantanosos terrenos del delta del Nilo…………

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