julio 02, 2012

EN BUSCA DE.....LA INMORTALIDAD...






Los seres humanos siempre han sentido curiosidad por una vida después de la muerte y han utilizado diferentes enfoques para llegar hasta allí. El fascinante “rey niño” de Egipto, Tutankamón, y el “Primer Emperador” de China, Qin Shi Huang Di, no fueron la excepciónAmbos obligaron a sus súbditos a realizar faenas (trabajos forzados colectivos) dedicando su energía —y en muchas ocasiones, su vida— a construir proyectos monumentales , templos para los dioses y tumbas personales para asegurar el paso del emperador al más allá. Ambos estaban tan acostumbrados a su estilo de vida que incorporaron en sus tumbas a un séquito de sirvientes que les brindarían comodidad eterna. Además, ambos recurrieron a hechizos mágicos y sustitutos mitológicos para protegerse en caso de que los dioses del cielo les pidieran realizar las mismas tareas físicas que ellos les exigieron a sus subordinados mientras vivían.La vida de Tut fue tan corta que no tuvo la oportunidad de construir un mausoleo impresionante; sin embargo, fue enterrado con varias estatuillas “mágicas” (que se supone cobrarían vida como sirvientes celestiales cuando él se reuniera con los dioses en el cielo de la noche), algunos sirvientes para alimentarlo y entretenerlo, y otros para realizar cualquier trabajo físico que le pudieran solicitar.Los Textos de las Pirámides, grabados en las paredes de las pirámides de Saqqara y que datan del Imperio Antiguo, proclamaban que la justa recompensa para el faraón era unirse a los dioses en el cielo de la noche y viajar con ellos a través de las constelaciones como una “estrella entre las estrellas inmortales”. Las instrucciones y hechizos mágicos servían para garantizar que el faraón llegara seguro al otro mundo.Estas pirámides estaban orientadas para representar la constelación de Orión, identificada con el dios Osiris, quien había muerto y resucitado. David comenta que Osiris “ya jugaba un papel importante para asegurar la eternidad del rey en el imperio antiguo” (2686–2181 a.C.)”, pero que volvió para ofrecerle “una resurrección y eternidad individual a ricos y pobres por igual”.El Primer Emperador de China es mejor conocido hoy en día por los extravagantes artículos encontrados en su tumba cerca de Xi'an. 7,500 legendarios soldados de terracota con sus caballos, carrozas y armas —colocados en el sitio para proteger y apoyar al emperador en su vida después de la muerte—. Se esperaba que estas estatuillas cobraran vida mágicamente y cumplieran las órdenes del emperador mientras él tomaba su lugar entre las estrellas. Tras haber logrado una conquista total y la abyecta obediencia de sus súbditos, se obsesionó con encontrar la clave de la inmortalidad y una vida de dios después de la muerte.Al igual que los egipcios, Qin construyó sus templos orientados hacia supuestos objetos celestiales favorables. También realizó cinco viajes reales a montañas sagradas (lugares altos lo más cerca posible de los dioses del cielo) buscando respuestas acerca de la inmortalidad....


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