El Pescador...¿ ERA REALMENTE EL ÚLTIMO HOMBRE EN LA TIERRA ?...(7)

LA BLANCA DAMA 

Ahora, lo único que podían hacer era esperar. Mientras la mujer y el viejo luchaban por evitar en lo posible, con la ayuda del agua, que la temperatura del gigante aumentara, el más joven se desplazó a las proximidades y, al poco tiempo, regresó con una buena cantidad de ramas de distintos largos y gruesos. Con febril actividad y gran pericia, realizó un frágil entramado que dio como resultado una especie de cabaña de dos aguas que dejó bajo cubierto al pescador y a la mujer que en ningún momento se separó del herido. 

El día continuó su imparable avance y los tres pequeños seres, se prepararon para pasar la noche junto al cuerpo inconsciente del marinero, sin embargo, lo que ellos no sabían era que, en todo momento, el gran hombre no había perdido la consciencia. La parálisis que le producía el veneno inoculado en su sangre, imposibilitaba que su cerebro diera ordenes a su sistema muscular incluidos sus parpados que mantenían sus ojos cerrados lo cual indujo a los pequeños seres a pensar que se encontraba totalmente inconsciente pero el veneno, no había podido anular su capacidad de percepción.

El pescador, que a través de sus oídos vivía todo lo que estaba sucediendo, escuchaba el continuo dialogo que se producía entre el anciano y la mujer pero no conseguía interpretar, mínimamente, aquel extraño lenguaje. Continuamente luchaba por abrir sus ojos pero el esfuerzo no obtenía ninguna respuesta. Brazos y piernas tampoco respondían a sus ordenes y la impotencia en la que se encontraba, le ocasionaba una insoportable ansiedad. 

Poco a poco la luz, que débilmente se filtraba a través de sus parpados, fue atenuándose lo que le indicó que el día cedía su reinado a la noche. Junto a él se mantenía la mujer que, incansablemente, humedecía su frente con agua. De nuevo volvió a escuchar el suave crujir de las ramas ardiendo en una hoguera y las voces de los que se encontraban allí se apagaron y el silencio se hizo amo del entorno. Era evidente que sus acompañantes se habían entregado al sueño.

Su mente trabajaba sin descanso. Continuamente repasaba todo lo sucedido y era evidente que su actual situación se debía a una errónea interpretación de lo que el viejo observó. En la distancia, el cuerpo dormido de la mujer y la presencia de la enorme figura del pescador junto a ella, llevó a interpretar que una de su raza estaba o había sido atacada por el gigante y el instinto de protección hizo el resto pero, ¿quiénes eran aquella gente?, ¿a qué tribu o reino pertenecían?, ¿cómo era posible que existieran otros humanos en el planeta si los sacerdotes siempre dijeron que los hombres fueron llevados allí por deseo del Padre Creador para que vivieran y se multiplicaran siendo los únicos habitantes inteligentes del Paraíso?.

El cerebro del marino trabajaba incansablemente pero las respuestas a sus propias preguntas, no llegaban y, suavemente, el sueño hizo acto de presencia. Su mente comenzó a viajar libre, ajena a lo sucedido, transportando al pescador a un mundo de luz en el que jamás había estado. Se encontró sentado sobre la nada, envuelto en una blanca y brillante bruma. El silencio era total y la paz interior que sentía era maravillosa cuando, de repente, comenzó a escuchar el suave sonido del viento y a percibir una hermosa y desconocida fragancia. Instantáneamente apareció, a poca distancia, la hermosa figura de una mujer vestida con una vaporosa túnica blanca que dejaba al descubierto sus manos y sus pies mientras que sus cabellos de oro eran mecidos por la suave brisa adornando el rostro más bello que el pescador había visto jamás.

Los increíbles ojos de aquella mujer se clavaron en los ojos del pescador de tal manera que se convirtieron en un vínculo indescriptible. Por momentos, el marinero pasó de ver a ser visto y así sucesivamente hasta que la Blanca Dama rompió el silencio diciendo: Has sido engendrado en el vientre de las estrellas. Entenderás y serás entendido, sembrarás y enseñarás a sembrar, pescarás y enseñarás a pescar, construirás y enseñarás a construir, y cuando termine tu misión, volverás al lado del Padre y reinaras junto a él en el reino de los cielos y juntos, derrotaréis a los Dioses del Mal y volveréis a llevar la paz a todos los universos. A partir de ahora y por deseo del Creador, tus alumnos te conocerán por el nombre de, Apu Qun.

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