El yacimiento ha sido descubierto durante la filmación para un documental del área conocida como "Ciudad Perdida" o "Ciudad Blanca", mediante una técnica de escaneo aéreo.
Por siglos, los antiguos indios Pech de Olancho sostuvieron la leyenda de “Kaha Kamasa” o la “Ciudad Blanca”, un enclave sagrado o centro principal del reino desaparecido de Tlapalan, también conocido como “el lugar antiguo en donde la aurora se origina” .
Los indios Pech recuerdan que Ciudad Blanca fue creada por el relámpago y el trueno bajo el poder sobrenatural de su dios Wata. En esa presunta ciudad sagrada, dicen, se habrían depositado piedras enormes en donde se tallaron figuras de animales y seres humanos a escala natural, muy similar al panorama que nos hubiese mostrado hace 500 años el templo inca del Quri Kancha "Templo dorado", en Cuzco, con sus relucientes estatuas de oro puro.
La similitud de esta descripción con la imagen que ofrecía el templo solar Inca en Cuzco es como mínimo sospechosa. ¿Hubo alguna conexión entre Ciudad Blanca y antiguas culturas sudamericanas?
Los más ancianos de la estirpe Pech cuentan lo siguiente:
“Hace unos 500 años llegaron a la Mosquitia, al área del Rió Plátano, unos seis mil colonos, provenientes según nos han dicho de lugares de lo que hoy conocemos como Sudamérica. La primera colonia fue fundada en un lugar que nosotros llamamos Chilmeca, localizada cerca de CASA BLANCA. Nuestros mayores nos relatan que ellos nacieron y crecieron en una ciudad labrada en piedras blancas y que por eso le llamaban casa blanca”.
“…fue construida por los Dioses, que transformaron gigantes piedras en diversas figuras, anímales salvajes y gigantes artefactos de procesar granos”.
(Historia Pech según relatos de Don Divio, residente en Las Marías, 1999)
Los indios prosiguen el relato afirmando que Ciudad Blanca habría perdido el camino y por ello los “dioses” castigaron a sus habitantes con sequías, plagas y pestes. Dicen que es un lugar prohibido al que “no se debe llegar”. Además, afirman que Ciudad Blanca habría sido edificada por seres cósmicos para ser el enclave sagrado de los Patatahua, los antepasados primitivos de los propios indios Pech. Pero pese a todo ello la ciudad fue abandonada luego del castigo divino, y presuntamente sigue allí, enterrada en las selvas de Honduras.
A este mito de la Ciudad Blanca se le conoce como el de “la Ciudad de los Antiguos” o “Cerro de la Palmera”. También se le llama Wahia-Patatahua, que en el dialecto Pech significaría “la aldea de los antepasados, la aldea de los primitivos”. Los indios dicen que si alguien ve la ciudad, con suerte, podrá regresar de su odisea, pero no la volverá a encontrar nuevamente ya que este centro sagrado se halla protegido por “ los Antiguos”.
El arqueólogo estadounidense Steve Helkins explicó que los hallazgos abren la posibilidad de realizar investigaciones arqueológicas y científicas en el lugar, que podría considerarse el descubrimiento del siglo.
Estas labores se han llevado a cabo con la tecnología de Detección Aéreo de Luz y Medidas de Rangos, ya que las ruinas se encuentran en una zona de muy difícil acceso, dada la frondosidad de la selva en esta zona, conocida como La Amazona de Centroamérica.
¿Podría ser la Ciudad Blanca otro lugar de retiro de la Hermandad Blanca?
Detrás de los enigmas arqueológicos y leyendas antiguas se podría encontrar un acceso a otra realidad, es decir, un portal dimensional o un acceso al mundo subterráneo.
¿Y si fuese un retiro interior de la Hermandad Blanca, una especie de templo espiritual que nos recuerda a Shambhala en Gobi y los Himalayas?
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