Habrá un momento en que la espiral descrita por el actual satélite lunar en torno a la Tierra -la Quinta Luna- terminará por cerrarse. La Luna, de esta manera, se acercará irremediablemente a la órbita terrestre, aumentando con su aproximación la fuerza de gravitación, produciendo un incremento en el tamaño de los seres vivos en el planeta. Éste hecho explica la presencia de gigantescos insectos y plantas durante la Edad Primaria y luego, la existencia de grandes dinosaurios durante el Secundario.
La Cosmogonía Glacial, conocida a su vez como Welteislehre ó Doctrina del Hielo Mundial (su sentido alemán es Universal), otorga una concepción cíclica de la Historia, postulando la existencia de Culturas y Civilizaciones en la Protohistoria, que sucumbieron ante los grandes cataclismos y trastornos planetarios en el transcurso de las Edades, los cuales se hallan registrados en los mitos y leyendas de diversos grupos en Asia, Europa y América.
El factor gravitacional permite el establecimiento de Gigantes en pretéritas épocas, de los cuales sólo hemos recibido innumerables mitos y leyendas, prácticamente, en todas las regiones del planeta. Vestigios de la existencia de los Gigantes son las monumentales construcciones megalíticas extendidas sobre varios puntos del planeta. Éste factor gravitacional explicaría al mismo tiempo la larga duración de la vida de los Hombres en el Pasado, una primitiva raza extendida sobre el globo que dejó testimonios de su existencia en centros de incalculable antigüedad, como Tiahuanacu (Aztlan), Centroamérica (la denominada Cultura Tolteca), la Isla de Pascua, Abisinia. Egipto y el Tíbet.
El aumento de la gravedad, producto de la proximidad del satélite lunar, desarrolla un anillo de agua en torno a la región tropical y el nivel de las aguas, de ésta manera, se eleva y tan solo las altas tierras son habitables (recordemos el mito araucano de Tren Tren y Kai Kai y la salvación en el Monte Ararat), hasta el momento del impacto lunar contra la superficie terrestre.
Tras el gran cataclismo (Götterdämmerung, el Crepúsculo de los Dioses de los Asen Nórdicos), se produce el cambio del Eje Terrestre y el advenimiento de las Eras Glaciales. Los sobrevivientes de éste catastrófico proceso planetario, degeneran por entropía y con el paso del tiempo, el conocimiento de los antiguos habitantes se transformará en mito y leyenda ¡Así, toda la existencia de una cultura depende de una prueba material comprensible para las futuras generaciones! Sin la presencia del satélite lunar, el destino de la Tierra se determina de acuerdo a la estabilización del Eje Terrestre y a las nuevas condiciones climatéricas y geológicas que se instauran posteriormente. Numerosos son los mitos y sagas que dan testimonio de la existencia de un período de tiempo sin la presencia de la Luna en el Cielo, en especial entre las culturas aborígenes precolombinas, como los indígenas Tupí.
Hörbiger, creador de la Cosmogonía Glacial.
En la espiral descrita por las órbitas planetarias, según la Cosmogonía Glacial de Hörbiger, será el planeta Marte el que será atraído a la órbita terrestre para convertirse en su satélite. Sin embargo, su órbita será mayor y finalmente, éste se verá absorbido por la atracción del Sol. El paso de Marte significará la destrucción de la Tierra debido al aumento ostensible de la temperatura y a los considerables efectos gravitacionales. Tras un ciclo, la Tierra se transformará nuevamente en un planeta de Hielo, que asimismo será atraído al Sol, junto a otros planetas que se fundirán en la masa ígnea solar hasta que estalle y de ésta manera, todo el proceso cósmico se reiniciará una vez más.
EL MITO HORBIGERIANO DE LAS CUATRO LUNAS TERRESTRES
Nuestros cielos conocieron otras lunas y la actual es la cuarta.
Por tres veces masas heladas orbitaron en espiral alrededor de la Tierra precipitándose al fin. Esta Luna actual también caerá a su tiempo pero al ser más grande que sus hermanas predecesoras el cataclismo será mayor.
Recordemos que antes de su caída la luna estalla y aumenta su velocidad orbital transformándose en un anillo de materia y gases. Es este anillo el que cae cubriendo a la Tierra con una banda circular.
Solamente se fosilizan los seres vivos con la caída del satélite ya que en tiempos normales los organismos se pudren. Es por este motivo que hablamos de una era Primaria, una era Secundaria y una Terciaria. Nosotros vivimos en el Cuaternario, la era de la cuarta Luna.
Se puede pensar, entonces, que una gran variedad de especies han podido medrar y también desaparecer, a lo largo de los tiempos, sin dejar rastro, sin que podamos tener registros, ya que solamente hay fosilización con la caída lunar.
La luna se acerca a la Tierra lentamente y durante un intervalo de algunos cientos de miles de años su atracción es poderosísima. En ese período la distancia Tierra – luna es de solamente 2 a 3 diámetros terrestres, lo que da lugar al crecimiento desmesurado de los seres vivos. Es el período del gigantismo.
Y es así como a finales de la era Primaria (Paleozoico) nos encontramos con vegetales, anfibios e insectos gigantes, de los cuales nuestros sorprendentes insectos actuales son un pálido reflejo, lejanos parientes degenerados.
Y a fines del período Secundario (Mesozoico) nos sorprenden los reptiles: diplodocus, iguanodontes, tyranosaurus rex. Animales de 30 metros de altura. Las radiaciones cósmicas son enormes ahora y dramáticas mutaciones hacen ensanchar los cráneos, los animales comienzan a caminar erguidos, otros más empiezan la aventura del vuelo.
Cruzamientos. Hibridaciones fantásticas: Grifos, Centauros, poderosos Dragones, Hombres-pájaro, Inteligencias con alas de libélula, Mariposas telepáticas.
Hacen su aparición los primeros mamíferos y tal vez, mutaciones mediante, los primeros hombres de hace 15 o 20 millones de años, cuando esta luna orbitaba muy cerca de la Tierra.
¿Son estos, acaso, los antepasados de los Gigantes a los que hace referencia El Génesis y que vivían 500 o 900 años?
Nada impide que estos primeros hombres, Gigantes, sean altamente inteligentes, de gran desarrollo síquico y enormes poderes de comunicación y que se organizen socialmente en otros modelos muy diferentes de los nuestros. Una cultura síquica. Clanes telepáticos….
Pero la segunda luna llega a su fin y se rompe. Estalla y en forma de anillo cae a la Tierra.
La segunda luna se ha derretido…
Algunas especies sobreviven a la catástrofe y deben adaptarse a las nuevas, terribles condiciones. La fuerza de gravitación terrestre es casi insoportable. También los Gigantes se deben modificar para continuarse en los recién llegados largos tiempos de las noches sin luna.
Esta adaptación supone muchos cambios drásticos y cuando la tercera luna es capturada y hace su aparición por primera vez en el cielo, ya algunos Gigantes se han vuelto más pequeños y mucho menos inteligentes, infinitamente más estúpidos. Se han perdido algunos poderes, y son estos hombres empequeñecidos y mucho más pobres síquicamente nuestros verdaderos antepasados, que serán guiados, civilizados y educados por los Gigantes puros, que aparecidos al final del Mesozoico sobreviven aún, seres triunfantes, a la segunda caída lunar.
Todos los Antiguos se saben descendientes de Dioses y Gigantes. La Polinesia, Egipto, Asiria, México, Grecia, Escandinavia. Todas las tradiciones, todas las leyendas nos hablan de Gigantes que desarrollaron a los hombres, que les enseñaron la agricultura, los educaron en las artes, los guiaron en las ciencias y los iniciaron en el manejo de su propia espiritualidad… Es la gran era del Terciario (Cenozoico) que durará varios millones de años. Es la era en la cual el hombre alcanza su más alto grado técnico, su más elevado punto espiritual… Es la era de cuando nuestros Maestros eran Gigantes y el hombre tenía un pasado reciente y una mente abierta y fresca para saber de las asombrosas criaturas, de las enormes Serpientes y los rugientes, flameantes Dragones de fines del Secundario.
Según Horbiger, hace unos 12000 años, la Tierra captura su cuarta luna. Es nuestra Luna actual
Nuevos cataclismos acompañan esta asociación. Los mares corren desde las zonas polares hacia el centro, la Tierra engrosa en las regiones de los trópicos, comienzan los períodos glaciales.
La segunda Atlántida desaparece bajo las aguas impetuosas que fluyen del Norte.
La Biblia nos habla del Diluvio y de la Caída del Paraíso Terrenal. El misterioso Apocalipsis tal vez se refiera a catástofes que los hombres han visto y vivido y recuerdan a través de los siglos.
La cuarta Luna está muy alta y los Gigantes, agotados, van degenerando.
Y en este punto todas las mitologías nos hablan de combates entre Gigantes, y entre hombres y Gigantes. Los hombres se embrutecen y también se rebelan.
Tenemos recuerdos ancestrales, hincados profundamente en el tiempo, que nos hablan de Seres Superiores. Los Egipcios de los tiempos de Herodoto afirman que los Antiguos aprendieron sus artes de los Dioses.
Antiquísimas pinturas chinas nos muestran al Dragón Lunar cerniéndose sobre la Tierra.
Y es que la Luna es de queso…
Se volverá a derretir y esta cuarta Luna caerá hacia nosotros como sus predecesoras. Y habrá nuevos cataclismos y diluvios.
Vendrán los largos siglos de las noches sin Luna y en esos tiempos tendremos otras mutaciones, nuevas razas, oleadas fantásticas de vida nueva nos llevarán una vez más a los reinos de los Gigantes, a las comarcas de los Cíclopes de super-desarrollada glándula pineal en su tercer ojo, a las islas de los Elfos, a los países de los Dragones, a los territorios de Lo Imposible.
LA TEORIA DE LAS CUATRO LUNAS
La Tierra ha captado por turnos 4 masas de hielo cósmico, estas han ido girando en espiral alrededor de la Tierra acercándose cada vez más y cayendo sobre nosotros. Es decir, han habido 4 lunas y la última de ellas es nuestra luna actual. Toda la historia de nuestro planeta, la evolución de las especies y la historia humana encuentran su explicación en esta sucesión de lunas en nuestro cielo.
Cuando cae la luna, estalla antes de tocarnos, girando cada vez más rápido, transformándose en un anillo de rocas, hielo y gases igual que Saturno. Este anillo cae sobre la Tierra recubriéndola circularmente y fosilizando todo lo que se encuentra debajo de él, sólo se forman fósiles en el momento en que cae este anillo.
Por esto se ha podido registrar una época primitiva, una secundaria y una terciaria. Como se trata de un anillo, sólo tenemos testimonios muy fragmentarios de la historia de la vida en la Tierra. Esta caída de las lunas permite imaginar las transformaciones de los seres vivos en el pasado y prever los venideros.
Cuando las lunas se han acercado a una distancia de 4 a 5 radios terrestres la gravitación cambia considerablemente y esto determina transformaciones en el tamaño de los seres, ellos crecen en función del peso que pueden soportar. Existe un período de gigantismo en el momento que el satélite se nos acerca, mutaciones bruscas, los rayos cósmicos son más poderosos.
A finales del período primario aparecen enormes vegetales e insectos gigantescos. A finales del secundario aparecen los dinosaurios gigantes. Los seres aliviados de su peso se yerguen, las cajas craneanas se ensanchan, las bestias levantan el vuelo, a finales del secundario aparecen los mamíferos gigantes, tal vez los primeros hombres, creados por mutación. Aparece nuestro antepasado gigante, hace unos 15 millones de años.
Estos gigantes eran sabios y buenos, medían unos 12 m de alto. Se le suponen grandes poderes de comunicación telepática, civilizaciones basadas en el modelo de centrales de energía psíquica y material.
La segunda luna se acerca más y estalla cayendo el anillo, no hay ninguna luna en el cielo. Sobreviven algunos ejemplares de las mutaciones gigantes producidos al final del período secundario, subsisten disminuyendo de proporciones. Todavía hay gigantes que
se van adaptando.
Cuando aparece la tercera luna ya se han formado los hombres ordinarios, mas pequeños, menos inteligentes, nuestros verdaderos
antepasados. Los gigantes que sobrevivieron son los que civilizan a los hombres pequeños.
Todas las leyendas, religiones y tradiciones desde Grecia a la Polinesia, desde Egipto a México y a Escandinavia, refieren que los hombres fueron iniciados por gigantes. La civilización, moral, espiritual y tal vez técnica alcanza su apogeo sobre el globo.
La tercera luna se va acercando, los mares suben, todas las aguas atraídas por la gravitación del satélite, los hombres se dirigen a las montañas con los gigantes, sus reyes. Ambos crean una civilización marítima mundial, la que se identifica con la civilización Atlántida.
Es la época de las construcciones megalíticas, las ruinas de Tiahuanaco. Los atlantes en naves perfeccionadas dan la vuelta al mundo y conectan cuatro grandes centros: Nueva Guinea, México, Abisinia y el Tibet. Todo esto explica las similitudes existentes entre las más antiguas tradiciones que registra la humanidad. Se extiende la civilización por todo el globo. Habían dos Atlántidas, una la de los Andes -Tiahuanaco- y otra en el Atlántico norte la que describe Platón.
Cae la tercera luna, el agua desciende, los océanos se retiran, el aire se enrarece, se marcha el calor. La Atlántida no muere tragada por las aguas sino porque se retiran de ella. Las naves son arrastradas y destruidas, falta el alimento que traían del exterior, mueren millones de seres, los sabios y la ciencia desaparecen, la organización social se derrumba. Los supervivientes sólo pueden descender a las llanuras pantanosas. Ha terminado el reino de los reyes gigantes, los hombres sobre los que reinaban se han convertido en brutos.
Luego hace 12 millones de años la Tierra capta su cuarta luna, la actual. Nuestro planeta se hincha en los trópicos. Los mares del norte y del sur afluyen hacia la mitad de la Tierra y recomienzan las edades glaciales del norte. La segunda Atlántida, la del Atlántico norte es tragada por las aguas. Viene el Diluvio que describe la Biblia. Los gigantes vivos degeneran, luchan entre sí, combaten hombres y gigantes. Se habla de las leyendas de Urano, Saturno, de David y Goliat. En la Biblia se citan temas sobre gigantes, Números 13:33 y Job 26:5.
Así el hombre ha quedado solo, abandonado, en degeneración. Una civilización humana, humanista, la civilización judeo cristiana, minúscula y residual.
Pero nos acercamos a otra edad, volverán las mutaciones, volverán los gigantes. Estamos en el cuarto ciclo. Durante milenios sin luna aparecen las razas enanas que degeneran y sin prestigio, los animales que se arrastran, como la serpiente que evoca la caída. Durante las lunas altas existen las razas medianas. Antes de caer las lunas, giran alrededor de la Tierra creando condiciones diferentes en aquellos lugares que no están debajo de su trayectoria por lo cual la Tierra ofrece un espectáculo variado, después de varios ciclos lunares: razas en decadencia, razas que se elevan, seres intermedios, degenerados y aprendices del porvenir, precursores de las futuras mutaciones, esclavos del ayer, enanos de las antiguas noches y señores del mañana.
El futuro, después de milenios sin satélite, el planeta Marte se nos acercará, pero es muy grande para ser capturado, para que gire a nuestro alrededor, rozará nuestro planeta, nos arrancará nuestra atmósfera y se dirigirá hacia el Sol hasta caer en él. Nuestros océanos se agitaran en torbellino y hervirán, bañándolo todo y la corteza estallará.
Nuestro planeta muerto seguirá girando en espiral y será alcanzado por los planetoides helados y se convertirá en inmensa bola de hielo que a su vez se dirigirá contra el Sol. Después de la colisión, vendrá la calma, el vapor de agua se irá acumulando durante millones de años, hasta que un día se producirá una nueva explosión y otras creaciones en la eternidad de las fuerzas ardientes del Cosmos.
http://iberaldea.es/
No hay comentarios:
Publicar un comentario