¿ A quién no le ha ocurrido en alguna ocasión, qué ante una imagen, situación o paisaje desconocidos, se ha sentido desconcertado y ha pensado: "esto ya lo he vivido yo anteriormente"?. Y sin embargo, nunca habíamos estado en ese lugar, ni siquiera teníamos noticias de él.
Por otro lado, una gran cantidad de personas que son sometidas a Hipnosis profunda, logran rememorar recuerdos que no pertenecen a su vida presente. En ese estado alterado de conciencia, conocido como "regresión hipnótica", relatan acontecimientos y escenas vividas en un contexto de tiempo anterior al actual, sintiéndose protagonistas de tales hechos. Si realizamos una investigación posterior, podremos comprobar en muchas ocasiones, aunque también es verdad que no siempre; que todo lo relatado corresponde a hechos reales, que sucedieron hace años e incluso siglos atrás. Algunos testimonios extraidos mediante la "regresión hipnótica" se han hecho bastante famosos e incluso se han llegado a escribir libros sobre ellos. Quizás uno de los más llamativos e interesantes fue el de Bridey Murphy.
Los hechos sucedieron en el año 1952, en Pueblo una ciudad muy floreciente del estado norteamericano de Colorado. Ruth Simmons, una joven muchacha es hipnotizada en presencia de varios testigos. Morey Bernstein, el hipnotizador la interroga:
- ¿Cómo te llamas?
- Bridey... Bridey Murphy.
- ¿Cuándo Nacistes?
- En mil... 1798.
- ¿Dónde?
- En Cork..., en Irlanda.
A partir de ese momento Ruth Simmons reconstruye bajo hipnosis toda una serie de vivencias correspondientes a otra persona que vivió cerca de dos siglos antes. Nos cuenta como fue su infancia, su juventud, cómo se casó y como murió en el año 1864. Se cotejaron los testimonios hasta donde se pudo y se comprobó que eran ciertos; además se expresó en vocablos que solo se utilizaban en aquella época. Incluso se ha publicado un libro, de esta bonita historia llamado "La búsqueda de Bridey Murphy".
¿Es esto una prueba suficientemente consistente y definitiva como para afirmar que existe la reencarnación?. Uno, está tentado a responder afirmatívamente. ¡Pero cuidado!. Nunca está de más proceder con cierta cautela. Porque a veces nos podemos encontrar con la paradoja de que dos personas diferentes afirmen haber sido Napoleón o Cleopatra. El fenómeno es, como se ve, bastante más complejo.
Esos recuerdos olvidados en lo más profundo de nuestro psiquismo y que afloran de nuestro inconsciente, pueden ser simples fantasías que exteriorizamos cuando nos encontramos en un estado de sugestionabilidad importante, como es el caso del sujeto hipnotizado. Todos esconderíamos interiormente, otra personalidad oculta y diferente, distinta a la que expresamos, forjada a base de anhelos e ilusiones dormidas. "El otro yo", que afloraría en puntuales ocasiones, como sería el caso de los sueños y en la hipnosis.
O quizás, la explicación la tendríamos que buscar en la creencia del "inconsciente colectivo" de nuestra humanidad. Carl Gustav Jung, eminente psicoanalista y discípulo de Freud, fue el precursor de esta teoría, hoy compartida por muchos estudiosos de la mente humana. El inconsciente colectivo, sería una especie de archivo o almacén gigantesco, donde se almacenarían todas las vivencias de la humanidad, pasadas, presentes y futuras, dentro de un alma común o colectiva. De allí, podríamos extraer información de situaciones vividas por otras personas, ya fallecidas, y que las asumiríamos como propias, aunque en realidad no nos pertenecerían.
Ahí están los hechos, en favor y en contra. Por regla general, las religiones judeo-cristianas, no admiten la reencarnación, mientras si creen en ella, las religiones orientales, como son el hinduísmo y el budismo. También la defienden la mayoría de escuelas filosóficas esotéricas, como los gnósticos, teósofos y rosacruces, aunque con matices algo diferentes.
La reencarnación, en cualquier caso, es una creencia muy bella y esperanzadora. Nos consuela ante la aterradora perspectiva de desaparecer definitivamente después de la muerte.Si consideramos la reencarnación como algo real, tendríamos la posibilidad de paulatinamente y a través de diferentes existencias, ir puliendo y perfeccionando todos lo errores y defectos, que todos y sin excepción, tenemos.
Pero una cosa es lo que pensemos cada cual, y otra hechos contrastados. Y de momento, asegurar la existencia de la reencarnación, sin margen de error, es arriesgado. Aunque debemos recordar la conocida ley física afirmando que la energía nunca desaparece, transformándose siempre. Y por otra parte, ¿acaso no es todo cíclico en el Universo?. Pocas cosas o ninguna hay, que terminen en un punto de "no retorno". No tenemos más que observar la naturaleza y darnos cuenta como funciona todo a nuestro alrededor. Siempre después de un invierno viene una primavera y después de la noche, un nuevo día.
Otro caso de Reencarnación .
En la ladera de una colina con vistas al pueblo turco de Hancagiz, Engin Sungur se volvió hacia sus padres y dijo: "Veo el pueblo donde vivía". ellos sabían, sin embargo, que él sólo había vivido con ellos en Tavla, un pueblo más grande a unos 4 km de Hancagiz. Lo que el niño de dos años les estaba diciendo es que Hancagiz había sido su pueblo en una vida anterior. Como los Sungur son musulmanes-alevi que, al contrario de sus vecinos, musulmanes-sunni, creen en la reencarnación, reaccionaron con curiosidad más que con risas.
"¿De quién eres hijo?", le preguntaron. "Soy Naif Cicek", respondió y empezó a contarles circunstancias de su vida anterior y que había ido a Angora poco antes de morir. Luego, Engin pidió a sus padres que le llevaran a Hancagiz.
Al principio los Sungur, quienes nunca habían oído hablar de Naif Cicek, se negaron. Poco después el pequeño Engin se encontró en la calle con Gulhan Cicek, la hija del fallecido, la cual iba al colegio de Tavla. Se dirigió a ella llamándola "hija mía" y, viendo que la chica se asustaba, le explicó que él era su padre. Antes de este incidente no había habido ningún contacto entre las dos familias pero, ante lo sucedido, la madre de Engin decidió llevarlo a Hancagiz para ver al resto de la familia.
En cuanto vio a la viuda de Naif Cicek la llamó "esposa mía" e identificó por su nombre a otros siete miembros de la familia. El niño llegó a indicar un terreno asegurando que en el pasado había sido suyo, lo cual resultó ser cierto a pesar de que ya no formaba parte de la finca. También describió con detalle cómo había sido golpeado por una camioneta, conducida por su hijo, al hacer marcha atrás. Además, se supo que Naif fue a Angora a ver a un médico, tal como había dicho Engin, y murió poco después, en diciembre de 1979, a los 54 años. Engin nació casi tres años después, el 8 de octubre de 1982.
misteriosconxana.blogspot
1 comentario:
tengo una teoria respecto a esto que llamo "la teoria del ciclo o reciclaje de energia", esta energia que en algunas religiones llaman "alma" no se crea ni se destruye, asi mismo como en energia o electricidad de una computadora almacena informacion (recuerdos) que pasan de un ser vivo a otro al momento de morir.
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