marzo 12, 2012

MARÍA MAGDALENA .....EL ENIGMA...

Icono donde se observa a María Magdalena embarazada, flanqueada por la Virgen María y Juan el apóstol, abrazada a la cruz, con el pañuelo en la mano izquierda , enjugándose las lágrimas, al pie de la cruz y junto a María Magdalena, aparece la calavera. Obsérvese la prominencia de los pechos hinchados, así como lo abultado del vientre caído y la posición adoptada de dar a luz. Resulta inequívocamente evidente de que se trata del personaje de María Magdalena... ¡EMBARAZADA!, ya que como podemos observar en la iconografía, solo aparecen tres personajes al pie de la cruz de Jesús : María ( La Virgen) la madre de Jesús, María Magdalena y el apóstol Juan. Evidentemente el autor quería asegurarse de que no habría duda posible sobre la identidad de María Magdalena, ya que en el icono solo aparecen las dos mujeres que tradicionalmente son identificadas con María la Virgen (madre de Jesús) y María Magdalena, lo que es aprovechado por el autor para despejar cualquier duda o posible equivoco sobre la identidad y el estado físico de la figura representada. Esta era la prueba o evidencia definitiva que había estado buscando. ¿Sería posible que nadie antes lo hubiese advertido? ¿Durante cuanto tiempo había permanecido oculto el mensaje del retablo? ........... El resto de la iconografía también hacia referencia a la relación entre María Magdalena y Jesús, así como vuelve a insistir en una Maria Magdalena embarazada, como podemos ver en otro icono donde aparece la Magdala con los signos inequívocos del embarazo, pero si quedaba alguna duda sobre la posible descendencia de Jesús y María Magdalena, el autor del retablo, se preocupa de dejar aclarada dicha situación a través de otro de los iconos, donde podemos observar a María Magdalena acompañada ya de sus dos vástagos, en este caso, de dos niñas mellizas o gemelas. ¿Por qué impulsó la Orden del Temple la veneración a la Virgen en toda Europa? ¿Intentaban recuperar así el culto a una deidad femenina adorada desde la antigüedad?se debe a los cistercienses de San Bernardo de Claraval, y también a sus allegados los Templarios, el resurgimiento de la antigua tradición. San Bernardo fue un gran impulsor del culto mariano; conocida es su gran devoción por la Virgen María. Por su parte, los freires del Temple fueron aún más audaces, y bajo su influencia eclosionó un encendido culto a la Nuestra Señora, o Notre Dame, que situaron bajo la imagen de vírgenes negras en muchas de sus posesiones y en la mayoría de las catedrales góticas francesas, edificadas precisamente en esos mágicos enclaves venerados desde la antigüedad.. La diferencia con los cistercienses, y he aquí lo curioso, es que podemos afirmar que el culto a la Nuestra Señora no iba dirigido a la Virgen María, sino a una figura que tenía una importancia mucho más secundaria: María Magdalena. María Magdalena embarazada con la cruz ( la carga) .Iconografía correspondiente a María Magdalena con las dos niñas gemelas o mellizas, llevadas de la mano y en brazos. ¿La evidencia de la descendencia de Jesús y María Magdalena? (foto del autor) Ahora, una vez había completado la observación de la totalidad del retablo podía sacar una conclusión. Este retablo, venía a explicar y dejar constancia, en forma iconográfica, del verdadero mensaje, así como de la vida de María Magdalena junto a Jesús el nazareno : - Estatus social de María Magdalena (icono de la princesa, con la inscripción de IVSTICIA), - Esposa de Jesús (vestida de luto tras la crucifixión, con la palma de martirio), testigo sacrificado, con el martirio al que fue sometido el personaje, por la Iglesia Católica, al presentarla como una prostituta ante la historia, o cuanto menos dejar que así lo pareciese, cuando ni siquiera en La Biblia había aparecido escrito nada al respecto sobre María Magdalena, dejando o provocando que el personaje cayera en descrédito, evitando así, conferirle el verdadero valor y significado histórico. - Testamentaria y continuadora de las voluntades del Maestro, pero sobre todo, portadora de la sangre de Jesús a través de su descendencia (icono apareciendo embarazada, soportando la cruz, el crucifijo, la carga). - Confirmación de la descendencia (icono con los dos niños gemelos o mellizos, en brazos, mostrando claramente el parecido con los progenitores). Después de todo lo que acababa de descubrir, necesitaba encontrar algún tipo de confirmación, así que fui en busca de la información que pudiera corroborar lo que había descubierto. No es posible detallar en el presente articulo toda la información obtenida con respecto al autor del retablo ( como así se hace en el libro), pero baste recordar que el Monasterio de Santes Creus pertenecia al Cister, orden fundada por San Bernardo de Claravall, quien a su vez intervino en la creación de la orden de Los Caballeros Templarios. Estos posteriormente llegaron hasta el Monasterio de Santes Creus, a través de la Orden Militar de Santa María de Montesa, fundada en 1.319 por el rey Jaume II de Aragón, para acoger a los Caballeros de la Orden del Temple, que consiguieron huir de Francia al ser perseguidos por el Rey Felipe IV el hermoso, con el beneplácito del Papa Clemente V, quien en 1.312 disolvió la Orden de los Caballeros del Temple, a fin de favorecer los intereses del rey francés, que de esta manera intentaría apropiarse de los tesoros de la orden, con quien tenía contraídas enormes deudas económicas a las que difícilmente podría hacer frente. Si como hemos visto, los Caballeros Templarios que consiguieron huir de la hoguera en Francia, se refugiaron en otras Ordenes, como en el caso de la Orden de Montesa o la de Calatrava, no es difícil adivinar que con ellos, además de sus bienes y riquezas, también llegarían los conocimientos secretos de la Orden y que por tanto, aunque la Orden de los Caballeros del Temple fue disuelta, ello no supuso la desaparición de los caballeros templarios, quienes siguieron su regla en otras ordenes, así como salvaguardar el secreto que les había supuesto la casi total exterminación, acusados de herejes, y que como ejemplo podemos comprobar a través del retablo de María Magdalena, el cual fue realizado en el año 1.603, según consta en el mismo, y utilizando un lenguaje oculto del iniciado, el cual demostraba poseer conocimientos sobre temas heréticos o prohibidos en aquella época, buscando la manera de transmitirlos sin que resultará evidente a los ojos profanos, tal como hasta entonces lo habían venido haciendo sus antecesores, los Caballeros Templarios, y anteriormente los Cátaros o también llamados “Les Bons Homes”. Sinceramente, creo que las evidencias hablan por si solas, más si tenemos en cuenta de que se trata de un retablo de principio del siglo XVII ( año 1.603) y con anterioridad, paralelamente y posteriormente a esa época, ya existían diversas iconografías e imágenes sobradamente conocidas de San Juan Evangelista, de las que a modo de ejemplo, podemos comprobar como en los lienzos siguientes : San Juan Evangelista en Patmos de Tiziano (1.380 -1560), San Juan Evangelista de El Greco (1.602 – 07 ) o el de San Juan Evangelista en Patmos de Velázquez ( 1618 - 22), por poner solo algunos ejemplos más conocidos, aparecen todos ellos con una imagen totalmente varonil, incluso en algún caso mostrando barba, por lo que no se correspondería con la imagen femenina representada en el retablo hallado en la iglesia del Monasterio de les Santes Creus a la que alguien del siglo XIX ( año 1.890) interesó hacer pasar por San Juan Evangelista. Por fin había encontrado la evidencia, me parecía increíble que aquel retablo no hubiese llamado anteriormente la atención de nadie, o por lo menos, yo no tenía constancia de ello, pero como me dijese Hermes, “todo tiene su momento” y quizá ahora había llegado el momento propicio. (Articulo extractado del libro “El Legado de María Magdalena” de José Luis Giménez Rodríguez –

3 comentarios:

Juan Antonio Torron Castro dijo...

Todo son intrigas e incognitas, estupendo escrito y estupendas conjeturas. Me permito comentarte que el pañuelo se encuentra en SU mano izquierda.

Un saludo grande.

Unknown dijo...

GRACIAS POR SU COMENTARIO Y POR LA CORRECCIÓN.UN SALUDO

Manu Peralte dijo...

Considero sus observaciones sobre los retablos astutas, acertadas y brillantes. Sin embargo, me gustaría matizar que tanto las santas escrituras como los personajes en ellas retratados (y por ende, de sus representaciones artísticas) no pueden nunca ser leídas de un modo literal (como si un relato histórico se tratara) sin llegar al absurdo. La interpretación de los símbolos como lo que realmente son nos resultará, sin duda, más fructífera incluso para revelar las circunstancias históricas que le dieron orígen. Desde el punto de vista de la gnosis, María Magdalena representa al alma completa (el andrógino) resultante de la sabia unión de las dos polaridades del ser: la masculina, Juan, lógicamente representada a la derecha, y la femenina María. Esta santa unión dará el esperado fruto: el alma completa estará lista para dar a luz dicho fruto ( de ahí su preñez). Mas la falsa identidad deberá antes ser sacrificada para la iluminación del verdadero ser ("Yo debo morir para que recibais al Espíritu Santo"). Todo ello se llevará a cabo en la cruz de la existencia material en la que inciden las dos naturalezas (de ahí el crucificado a los pies del cual se halla la embarazada). Podría extenderme mucho más, pero yendo al grano, un análisis cuidadoso nos podría conducir fácilmente a rechazar la famosa hipótesis de Lincoln i Leigh en "El enigma sagrado". Me inclino más por la nueva versión de los hecho propuesta por el profesor Martín Lapiedra en su "Filia Dei", en que se sitúa el nacimiento real del Mesías en el año 33 d.C., cronología alterada muy a conciencia por la Iglesia imperial, para desvirtuar la verdadera magnitud del personaje de María Magdalena, acaso el auténtico Mesías que escapó a la cruz. Para más información, les remito al citado libro:

http://mateofiliadei.blogspot.com.es/

Saludos

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