Centro de la civilización minoica de Creta, entre los años 2000 y 1450 a.C., Cnossos es el lugar donde según la leyenda estuvo el legendario laberinto del Minotauro.Los conocimientos que tenemos de esta civilización minoica son escasos porque aún no se han podido descifrar los escritos que dejaron aquellos habitantes de Creta. Se conservan documentos escritos de dos tipos que aun no fueron descifrados, solamente un poco la B: Lineal A: de carácter jeroglífico iconográfico. Lineal B: de carácter silábico. Solamente se puede suponer que llegaron procedentes de Asia Menor hacia el año 7.000 a.C. Pero los enigmas de esta civilización no se quedan en su origen, sino que alcanzan a diversos aspectos de su sociedad. Así, sabemos que se trataba de una sociedad que vivió en torno a enormes palacios, bellísimos y de una riqueza extraordinaria, desde los que se administraban el gobierno de la ciudad. Sin embargo, estas ciudades que tantas riquezas acumulaba, no estaban fortificadas. ¿Por qué?. De todos éstos enormes palacios, el de Cnossos es el más conocido .
El palacio de Cnossos era un complejo que se disponía alrededor de un gran patio central. En el ala oriental estaban los aposentos, mientras que los almacenes en los que se acumulaban las riquezas se situaban en el ala contraria. En ese mismo lado se encontraban, además, los salones oficiales y la sala donde se celebraban las ceremonias públicas.Este gran palacio fue construido sobre la ladera de la colina donde vivió el rey Minos.Oculto en lo más profundo del Laberinto de Creta, que había construido el sabio Dedálo habitaba el monstruoso Minotauro, con su cuerpo humano deformado horriblemente por una cabeza de toro (esta criatura era el fruto de una maldición del dios Poseidón, sobre la esposa de Minos, la reina Pasifae que se había enamorado de un brioso toro). Periódicamente se llevaban grupos de jóvenes para ser internados en el Laberinto, y así el Minotauro pudiese saciar sus instintos bestiales, su hambre voraz. En cierta ocasión el joven Teseo iba oculto en uno de esos grupos. Este famoso héroe estaba decidido a acabar con el horrendo monstruo homicida, para salvar a la gente de Creta y así ganar más celebridad y fortuna. La misión era muy peligrosa, pero la doncella Ariadna, que era hermosa y algo hechicera, se prendó de la gallardía de Teseo, por lo cual le facilito un ovillo de hilo, a fin de poder escapar del intrincado y mortal edificio. Y así sucedió: cuando se descubrió Teseo, en el centro del Laberinto, enfrentó al Minotauro espada en mano y le quitó la vida. Luego retornó a la salida y a los brazos apasionados de Ariadna. Y aunque posteriormente Teseo cruel la abandonó en la Isla de Nassos, el apasionado Diónisos, deidad del júbilo y del éxtasis, tomó a Ariadna por esposa y le obsequió la inmortalidad. Esto es "grosso modo" la historia del palacio de Knosos según la leyenda.
Y aquí es donde comienza la incógnita, pues al no poder descifrar los textos, ni tan siquiera puede saberse cuál fue su auténtico nombre. Es en referencia al legendario rey Minos, cuando Arthur Evans acuñó el término de “civilización minoica”.Un nuevo misterio surge con muchas de las pinturas que se han encontrado en los yacimientos arqueológicos y que revelan unas prácticas, cuando menos, intrigantes, como es el caso de “saltar el toro“. Podían ser prácticas directamente entroncadas con la religión minoica en la que se idolatraban a las divinidades femeninas. Entre las pinturas y restos cerámicos encontrados, había referencias a animales, flores y frutas. Ésto revelaba su amor a la Naturaleza. Pero junto a éstos dibujos, también se encontraron en los sótanos restos de niños cortados con cuchillos. Se ha pensado tanto en sacrificios humanos, como en asesinatos, como en actos de canibalismo.Y, por último, el mayor misterio reside en la desaparición de esta civilización, bien por desastres naturales, por alguna invasión o bien por una crisis interna.La tesis más apoyada es la del terremoto, según la cual, Creta, un lugar propicio para este tipo de desastres naturales, había sufrido ya varios de ellos poco antes de la desaparición de esta civilización. El definitivo fue el 1450 a.C. cuando se produjo la erupción volcánica de la Isla de Tera, producto de uno de esos terremotos. Cnossos quedó cubierto de cenizas, como ocurrió con Pompeya, y los restos de la erupción llegaron incluso hasta Creta. Sin embargo, se ha deducido que la población tuvo tiempo de escapar y que aprovechando su debilidad fue Micenas, un gigante belicoso cercano quien terminó con ellosSir Arthur John Evans tiene el honor de ser el descubridor y excavador del palacio de Knosos. Nació en Nash Mills 1851 dentro de una rica familia inglesa cuyo cabeza de familia también era arqueólogo, geólogo y numismático. Estudió en Harrow, Oxford y Göttingen y trabajó durante varios años como corresponsal del Manchester Guardian en Ragusa (actual Dubrovnik). Más tarde, en 1884 fue nombrado director del Ashmolean Museum de Oxford. Siguió con entusiasmo la carrera de Heinrich Schliemann que había convulsionado a la acomodada sociedad científica descubriendo la Troya de Homero (1870) y había sacado a la luz la imponente cultura micénica (1874 - 1876), desenterrado Orcómenos en 1880 y el Palacio de Tirinto cuatro años después; el mismo en que Evans fue nombrado director del Ashmolean.Evans se contagió del furor de estos acontecimientos y comenzó a coleccionar sellos micénicos con inscripciones. Su interés por éstos le llevó a Creta donde se propuso buscar los restos arqueológicos que pudieran ayudarle a reconstruir la historia de la isla.Para ello, intentó comprar la colina de Kefala (donde se halla el palacio de Knosos), pero la situación política del momento (1894) con la isla bajo poder turco, le hicieron desistir hasta 1899 en que Creta era independiente del gobierno turco. Al año siguiente compra la colina e inicia los trabajos de excavación ayudado, entre otros, por el arqueólogo escocés Duncan Mackenzie.
Evans consagró su vida a los trabajos de excavación y restauración del palacio ininterrumpidamente, excepto el paréntesis de la I Guerra Mundial, hasta 1932 en que finalizaron los trabajo en el palacio. Desde 1920 hasta 1935 el arqueólogo publicó sus trabajos en cinco tomos "The Palace of Minos at Knossos".
El palacio de Cnossos era un complejo que se disponía alrededor de un gran patio central. En el ala oriental estaban los aposentos, mientras que los almacenes en los que se acumulaban las riquezas se situaban en el ala contraria. En ese mismo lado se encontraban, además, los salones oficiales y la sala donde se celebraban las ceremonias públicas.Este gran palacio fue construido sobre la ladera de la colina donde vivió el rey Minos.Oculto en lo más profundo del Laberinto de Creta, que había construido el sabio Dedálo habitaba el monstruoso Minotauro, con su cuerpo humano deformado horriblemente por una cabeza de toro (esta criatura era el fruto de una maldición del dios Poseidón, sobre la esposa de Minos, la reina Pasifae que se había enamorado de un brioso toro). Periódicamente se llevaban grupos de jóvenes para ser internados en el Laberinto, y así el Minotauro pudiese saciar sus instintos bestiales, su hambre voraz. En cierta ocasión el joven Teseo iba oculto en uno de esos grupos. Este famoso héroe estaba decidido a acabar con el horrendo monstruo homicida, para salvar a la gente de Creta y así ganar más celebridad y fortuna. La misión era muy peligrosa, pero la doncella Ariadna, que era hermosa y algo hechicera, se prendó de la gallardía de Teseo, por lo cual le facilito un ovillo de hilo, a fin de poder escapar del intrincado y mortal edificio. Y así sucedió: cuando se descubrió Teseo, en el centro del Laberinto, enfrentó al Minotauro espada en mano y le quitó la vida. Luego retornó a la salida y a los brazos apasionados de Ariadna. Y aunque posteriormente Teseo cruel la abandonó en la Isla de Nassos, el apasionado Diónisos, deidad del júbilo y del éxtasis, tomó a Ariadna por esposa y le obsequió la inmortalidad. Esto es "grosso modo" la historia del palacio de Knosos según la leyenda.
Y aquí es donde comienza la incógnita, pues al no poder descifrar los textos, ni tan siquiera puede saberse cuál fue su auténtico nombre. Es en referencia al legendario rey Minos, cuando Arthur Evans acuñó el término de “civilización minoica”.Un nuevo misterio surge con muchas de las pinturas que se han encontrado en los yacimientos arqueológicos y que revelan unas prácticas, cuando menos, intrigantes, como es el caso de “saltar el toro“. Podían ser prácticas directamente entroncadas con la religión minoica en la que se idolatraban a las divinidades femeninas. Entre las pinturas y restos cerámicos encontrados, había referencias a animales, flores y frutas. Ésto revelaba su amor a la Naturaleza. Pero junto a éstos dibujos, también se encontraron en los sótanos restos de niños cortados con cuchillos. Se ha pensado tanto en sacrificios humanos, como en asesinatos, como en actos de canibalismo.Y, por último, el mayor misterio reside en la desaparición de esta civilización, bien por desastres naturales, por alguna invasión o bien por una crisis interna.La tesis más apoyada es la del terremoto, según la cual, Creta, un lugar propicio para este tipo de desastres naturales, había sufrido ya varios de ellos poco antes de la desaparición de esta civilización. El definitivo fue el 1450 a.C. cuando se produjo la erupción volcánica de la Isla de Tera, producto de uno de esos terremotos. Cnossos quedó cubierto de cenizas, como ocurrió con Pompeya, y los restos de la erupción llegaron incluso hasta Creta. Sin embargo, se ha deducido que la población tuvo tiempo de escapar y que aprovechando su debilidad fue Micenas, un gigante belicoso cercano quien terminó con ellosSir Arthur John Evans tiene el honor de ser el descubridor y excavador del palacio de Knosos. Nació en Nash Mills 1851 dentro de una rica familia inglesa cuyo cabeza de familia también era arqueólogo, geólogo y numismático. Estudió en Harrow, Oxford y Göttingen y trabajó durante varios años como corresponsal del Manchester Guardian en Ragusa (actual Dubrovnik). Más tarde, en 1884 fue nombrado director del Ashmolean Museum de Oxford. Siguió con entusiasmo la carrera de Heinrich Schliemann que había convulsionado a la acomodada sociedad científica descubriendo la Troya de Homero (1870) y había sacado a la luz la imponente cultura micénica (1874 - 1876), desenterrado Orcómenos en 1880 y el Palacio de Tirinto cuatro años después; el mismo en que Evans fue nombrado director del Ashmolean.Evans se contagió del furor de estos acontecimientos y comenzó a coleccionar sellos micénicos con inscripciones. Su interés por éstos le llevó a Creta donde se propuso buscar los restos arqueológicos que pudieran ayudarle a reconstruir la historia de la isla.Para ello, intentó comprar la colina de Kefala (donde se halla el palacio de Knosos), pero la situación política del momento (1894) con la isla bajo poder turco, le hicieron desistir hasta 1899 en que Creta era independiente del gobierno turco. Al año siguiente compra la colina e inicia los trabajos de excavación ayudado, entre otros, por el arqueólogo escocés Duncan Mackenzie.
Evans consagró su vida a los trabajos de excavación y restauración del palacio ininterrumpidamente, excepto el paréntesis de la I Guerra Mundial, hasta 1932 en que finalizaron los trabajo en el palacio. Desde 1920 hasta 1935 el arqueólogo publicó sus trabajos en cinco tomos "The Palace of Minos at Knossos".
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