junio 23, 2012

INFLUENCIAS EN LA BIBLIA.....


Los escritores de la Biblia se vieron fuertemente influenciados por las leyendas y tradiciones de otros pueblos. Algunas partes del texto sacerdotal, de hecho, mantiene afinidades inequívocas con ciertos mitos y leyendas Babilónicas.
La versión sacerdotal de la leyenda de la creación en el Génesis, capitulo uno, posee una serie de afinidades con la leyenda Babilónica del Enuma Elish, un poema de unas mil líneas que fuera encontrado en las ruinas de la ciudad de Nínive, al norte de Irak. Este poema data del 2000 a 2600 A.C., mucho antes de cualquiera de las versiones de la leyenda de la creación del Génesis.
El Enuma Elish nos cuenta de como el Dios Marduk creó el Universo en varias etapas. Primero, emanó luz de los Dioses Babilónicos para iluminar su trabajo. Luego, Marduk creó el firmamento, un duro y claro "techo" que se sostiene por encima del cielo. Luego, Marduk creó la tierra seca, por debajo del firmamento, y luego creó las luces de los cielos. Finalmente, Marduk creó a los humanos, y en el día final los Dioses descansaron y celebraron. El orden de la narrativa en el Génesis sustenta signos inequívocos de la influencia del Enuma Elish.
Paralelismos se encuentran también entre el Génesis y la leyenda épica Babilónica de Gilgamesh, escrita alrededor del 2000 A.C. En Gilgamech, encontramos la historia de Utnapishtim, un hombre al que la Diosa Ea le informa que la tierra será destruida por el Dios Enlil en un rapto de cólera, ahogándolo todo en un gran diluvio. En respuesta, Utnapishtim fabrica un gran barco de madera, y lo carga con si mismo, su familia, y toda clase de animales vivos. Grandes lluvias azotan la tierra por seis días, todo es inundado y ahogado excepto Utnapishtim y su bote. Luego que las aguas "bajan", Utnapishtim envía a una paloma, luego una golondrina, y por último a un cuervo a encontrar tierra seca. Luego del diluvio, Utnapishtim y su esposa son recompensados por los Dioses y hechos dioses a si mismos, y son llevados al cielo. (A Noé no le fue tan bien). Demás está decir que las similitudes entre este poema y la leyenda de Noé son inconfundibles, y es muy probable que buena parte del Génesis fuera redactado bajo el influjo de la tradición Babilónica.
Similares problemas de autoría emergen en el Nuevo Testamento. Si bien la tradición popular sostiene que los Evangelios fueron escritos por los discípulos de Jesús; Mateo, Marcos Juan y Lucas, hoy es de aceptación general entre los historiadores bíblicos que ninguno de los Evangelios fue escrito por alguien que hubiera conocido a Jesús. El primero de los cuatro Evangelios, Marcos, fue escrito al rededor del año 70 D.C., a unos 40 años de la muerte de Cristo, por una persona, que según los eruditos Bíblicos, no parece haber sido muy educada y que por ende probablemente no fuera un sacerdote. Desde el
análisis lingüístico e histórico, algunas pistas apuntan a que el trabajo fue perpetrado en Roma.
El Evangelio de Mateo fue escrito a mediados de los ochenta, por un Judío que fuera probablemente abogado, y que en ningún caso fue tampoco una persona educada. Donde fue exactamente escrito continúa en cierta disputa, pero la ciudad de Antioquia es la candidata principal. Aparentemente, el autor de Mateo tenía un familiar conocimiento del Evangelio de Marcos, de modo que muchas de las secciones de su obra se repiten casi palabra por palabra con el libro anterior.
El Evangelio de Lucas fue escrito a pocos años del de Mateo. Muchos eruditos Bíblicos están de acuerdo de que Lucas, y los Hechos de los Apóstoles son de una misma autoría, y muchas pistas apuntan a que el autor fue un gentil (No Judío). Como el autor de Mateo, el escritor de Lucas tuvo acceso al primer Evangelio de Marcos, y dejó partes completas del libro virtualmente intactas.
El Evangelio de Juan fue terminado alrededor del año 100 D.C., A diferencia de los autores Mateo y Lucas, el autor de Juan no parece haber tenido contacto alguno con los primeros textos. El texto original de Juan fue escrito en griego, y fue probablemente el trabajo del estudiante de alguien que oyó a su vez las palabras de Juan el apóstol. Por lo que el Evangelio de Juan es una recopilación al menos de tercera mano, y, como en los otros evangelios, atribuye a Cristo palabras que probablemente él nunca pronunció.
Los fundamentalistas cristianos, por supuesto, rechazan la idea de una Biblia ensamblada pieza a pieza años después de los eventos que describe, por una sucesión personas que tuvo motivos para enfatizar las cosas a su manera. Sin embargo la prueba histórica y arqueológica sencillamente no puede dejarse de un lado.

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