Un representante del Vaticano acudió al encuentro secreto entre la Delegación Extraterrestre y el Presidente Eisenhower en 1954.
A la izquierda el Obispo de Los Angeles, James Francis Mc Intyre, y a la derecha, el Obispo de Detroit, Edward Mooney.
Ambos fueron, por comisión del Papa Pío XII, los organizadores del S.I.V. Servicio de Inteligencia Vaticana, para coordinar los asuntos extraterrestres con las Comisiones Secretas del Gobierno de los Estados Unidos.
El Vaticano colaboró estrechamente con el Gobierno de Estados Unidos para mantener en el Máximo Secreto toda la información de tipo extraterrestre, ocultando la verdad a todos los países de la Comunidad Internacional.
La Oficina Secreta Vaticana para los asuntos extraterrestres cooperó en la manipulación de la información a los medios de comunicación, siendo co-responsables en la divulgación de mentiras a la población de Estados Unidos y de todo el mundo.
Cómplices necesarios en el pacto de silencio ante los crímenes cometidos por las agencias secretas gubernamentales hacia testigos ovni y personas que poseían información reservada o privilegiada.
Mataban a personas, y la cúpula del Vaticano callaba como si no supiera nada.
El Cardenal James Francis Mc Intyre, Obispo de Los Ángeles desde 1948 hasta 1978, asistió a la reunión secreta del 16 de abril de 1954, que tuvo lugar en California, en Muroc Airfeild, el mismo lugar que más tarde se convertiría en la Base de las Fuerzas Aéreas de Edwards.
Al encuentro acudió el entonces Presidente de Estados Unidos, Dwight Eisenhower, y una serie de personas relacionadas con la Agenda Secreta del grupo Majestic-12 y personajes colaboradores del secreto gubernamental.
Entre ellos, y además del Obispo Mc Intyre como representante secreto del Vaticano, así como oficiales del Gobierno del más alto nivel, se encontraban también asistentes especiales como Gerald Light, Presidente de la Asociación de Estudios Paranormales, el periodista Franklin Allen, y el economista Edwin Nourse, todos ellos al servicio del Gobierno.
La reunión secreta coincide con una desaparición misteriosa del Presidente, ausentándose durante varios días de la Casa Blanca, que llegó a preocupar a los funcionarios. Oficialmente se informó que el Presidente había ido al dentista en Palm Springs. El sitio, por cierto, quedaba cerca de la Base de Muroc.
Los militares habían cerrado y blindado la Base de Muroc durante 3 días.
En esta Base militar secreta tuvo lugar un primer encuentro entre una delegación extraterrestre y el Presidente Eisenhower. La reunión fue filmada por los militares con tres cámaras de 16 mm, colocadas en diversos puntos, cargados con películas de color.
En total se filmaron 20 minutos, en 7 rollos de 30 metros de longitud cada uno, que se encuentran a buen recaudo.
Dos días más tarde, el Papa Pío XII recibió al Obispo Mc Intyre.
El Papa decidió entonces crear un Departamento Secreto de información, con una estructura similar a los departamentos de la inteligencia militar, llamado S.I.V. Servicio de Inteligencia (o Información) Vaticana.
En la confirmación de todo ello, a la vuelta a los Estados Unidos de McIntyre, él junto con el Arzobispo Edward Mooney de Detroit, por encargo y orden directa del Papa, fueron los primeros coordinadores del S.I.V., para toda la operación de intercambio de información secreta extraterrestre entre el Vaticano y el Gobierno estadounidense.
Pocas personas saben que precisamente de aquél hecho, el encuentro secreto entre la delegación extraterrestres y la delegación del Presidente Eisenhower en la Base de Muroc en 1954, está basada la película que dirigió Steven Spielberg, titulada: "Encuentros en la Tercera Fase"
N del CIO: Desde aquella historia narrada por el secretario personal del Papa Juan XXIII donde su Santidad tuvo un encuentro en los jardines de la residencia de verano con un ser extraterrestre que descendió de una nave, para luego dialogar con el Papa por unos minutos, el Vaticano a estado siempre involucrado con historias de extraterrestres como lo demuestra este articulo recientemente publicado en el cual se denuncian graves hechos de complicidad entre la iglesia y el gobierno de EE.UU.
Creo que es hora de aceptar que no estamos solos...que nunca lo estuvimos.
Ambos fueron, por comisión del Papa Pío XII, los organizadores del S.I.V. Servicio de Inteligencia Vaticana, para coordinar los asuntos extraterrestres con las Comisiones Secretas del Gobierno de los Estados Unidos.
El Vaticano colaboró estrechamente con el Gobierno de Estados Unidos para mantener en el Máximo Secreto toda la información de tipo extraterrestre, ocultando la verdad a todos los países de la Comunidad Internacional.
La Oficina Secreta Vaticana para los asuntos extraterrestres cooperó en la manipulación de la información a los medios de comunicación, siendo co-responsables en la divulgación de mentiras a la población de Estados Unidos y de todo el mundo.
Cómplices necesarios en el pacto de silencio ante los crímenes cometidos por las agencias secretas gubernamentales hacia testigos ovni y personas que poseían información reservada o privilegiada.
Mataban a personas, y la cúpula del Vaticano callaba como si no supiera nada.
El Cardenal James Francis Mc Intyre, Obispo de Los Ángeles desde 1948 hasta 1978, asistió a la reunión secreta del 16 de abril de 1954, que tuvo lugar en California, en Muroc Airfeild, el mismo lugar que más tarde se convertiría en la Base de las Fuerzas Aéreas de Edwards.
Al encuentro acudió el entonces Presidente de Estados Unidos, Dwight Eisenhower, y una serie de personas relacionadas con la Agenda Secreta del grupo Majestic-12 y personajes colaboradores del secreto gubernamental.
Entre ellos, y además del Obispo Mc Intyre como representante secreto del Vaticano, así como oficiales del Gobierno del más alto nivel, se encontraban también asistentes especiales como Gerald Light, Presidente de la Asociación de Estudios Paranormales, el periodista Franklin Allen, y el economista Edwin Nourse, todos ellos al servicio del Gobierno.
La reunión secreta coincide con una desaparición misteriosa del Presidente, ausentándose durante varios días de la Casa Blanca, que llegó a preocupar a los funcionarios. Oficialmente se informó que el Presidente había ido al dentista en Palm Springs. El sitio, por cierto, quedaba cerca de la Base de Muroc.
Los militares habían cerrado y blindado la Base de Muroc durante 3 días.
En esta Base militar secreta tuvo lugar un primer encuentro entre una delegación extraterrestre y el Presidente Eisenhower. La reunión fue filmada por los militares con tres cámaras de 16 mm, colocadas en diversos puntos, cargados con películas de color.
En total se filmaron 20 minutos, en 7 rollos de 30 metros de longitud cada uno, que se encuentran a buen recaudo.
Dos días más tarde, el Papa Pío XII recibió al Obispo Mc Intyre.
El Papa decidió entonces crear un Departamento Secreto de información, con una estructura similar a los departamentos de la inteligencia militar, llamado S.I.V. Servicio de Inteligencia (o Información) Vaticana.
En la confirmación de todo ello, a la vuelta a los Estados Unidos de McIntyre, él junto con el Arzobispo Edward Mooney de Detroit, por encargo y orden directa del Papa, fueron los primeros coordinadores del S.I.V., para toda la operación de intercambio de información secreta extraterrestre entre el Vaticano y el Gobierno estadounidense.
Pocas personas saben que precisamente de aquél hecho, el encuentro secreto entre la delegación extraterrestres y la delegación del Presidente Eisenhower en la Base de Muroc en 1954, está basada la película que dirigió Steven Spielberg, titulada: "Encuentros en la Tercera Fase"
N del CIO: Desde aquella historia narrada por el secretario personal del Papa Juan XXIII donde su Santidad tuvo un encuentro en los jardines de la residencia de verano con un ser extraterrestre que descendió de una nave, para luego dialogar con el Papa por unos minutos, el Vaticano a estado siempre involucrado con historias de extraterrestres como lo demuestra este articulo recientemente publicado en el cual se denuncian graves hechos de complicidad entre la iglesia y el gobierno de EE.UU.
Creo que es hora de aceptar que no estamos solos...que nunca lo estuvimos.
Fuente: El Tiempo
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