
Difícil sería construir una, pero quizá no imposible El viaje en el tiempo ha sido un tema recurrente de la ciencia ficción desde que H. G. Wells escribiera su célebre novela La máquina del tiempo allá por 1895. Pero, ¿es posible construir una máquina que transporte un ser humano al pasado o al futuro? Durante decenios, el viaje en el tiempo estuvo proscrito por la ciencia respetable. En los últimos años, sin embargo, parece como si los físicos teóricos se recrearan en ello. ¿No es acaso divertido cavilar sobre viajes en el tiempo? Pero la investigación tiene también una vertiente seria. Es capital comprender la relación entre causa y efecto si se quiere elaborar una teoría unificada de la física. Caso de ser posible el viaje en el tiempo sin restricciones, aunque sólo fuera en principio, la naturaleza de tal teoría unificada se vería radicalmente afectada. Nuestro más penetrante conocimiento del tiempo proviene de las teorías de la relatividad de Einstein. Antes de su formulación, se creía que el tiempo era absoluto y universal, idéntico para todos, sin importar cuáles fuesen las circunstancias físicas. En su teoría de la relatividad especial, Einstein enunció que el intervalo medido por los relojes de un sistema de referencia entre dos sucesos dependía de su movimiento. Los relojes de dos sistemas de referencia que se muevan de manera diferente registrarán lapsos de tiempo distintos entre dos sucesos que ocurran en el mismo momento. Es habitual describir ese efecto mediante "la paradoja de los gemelos".
La máquina de Paul Davies
La máquina de Ronald Mallet
Las tres teorías anteriores necesitan de investigaciones y mucho, mucho dinero para llevarse a cabo. Y a día de hoy no parece que exista la tecnología suficiente para hacerlas realidad. Sin embargo a día de hoy existe un prototipo de la máquina del tiempo, el desarrollado por Ron Mallet de la universidad de Connecticut. Mallet, inspirado en las teorías de la relatividad en las que la energía y la masa pueden curvar el espacio-tiempo, trabaja con la luz, que es sobre todo energía, tratando de hacer anillos láser, para crear una especie de círculos de espacio tiempo, de esta manera, si soltamos información dentro de este cilindro aparecería en el pasado, en el preciso momento de poner el aparato en funcionamiento. La máquina de Mallet es, a día de hoy, la mayor aproximación a la máquina del tiempo. Es cierto que es consciente de que no puede enviar materia, pero sí información, como ondas. Además, la máquina solo funcionará en el momento en que se encienda no se podrá viajar a un pasado más lejano.
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