octubre 20, 2012

EXISTIÓ OTRA HUMANIDAD.....J.J. BENÍTEZ...


La seca y desértica llanura de Nazca, en el Perú, es una reliquia del pasado, pues emerge airosa de la hecatombe planetaria de hace 65 millones de años. En esta planicie, la zona de Ocucaje tiene como sede principal a la ciudad de Ica, decorada a su vez por tres hermosas colinas de extraña geometría artificial. Al realizar casuales excavaciones y en una especie de gigantesca bóveda, fueron apareciendo interminables filas de piedras pintadas con diferentes motivos alusivos a diversos aspectos de la vida de una comunidad inteligente que luchaba intensamente para sobrevivir. Una larga fila de piedras medianas explica que la observación y conocimiento del cosmos ocupaba un lugar de vanguardia. Sin duda conocían y viajaban a planetas de estrellas cósmicamente cercanos. Además sabían que en planetas de la constelación de Cáncer existía vida animal y vegetal; en un novel planeta de la nebulosa de Orion se estaba desarrollando una primitiva civilización de características humanas y en un planeta de una estrella del cúmulo abierto de “Las Pléyades”, situado a 700 años luz de la tierra, hay un planeta que ostenta continentes muy parecidos a los de la tierra. Otra hilera de piedras grabadas nos hace conocer que esta humanidad entablo una lucha a muerte por su propia supervivencia: la destrucción de los dinosaurios se convirtió en un asunto de primerísima prioridad, pues la abundancia de estos gigantescos animales amenazaban ahogar su civilización. No hay evidencia que ellos emplearan armas nucleares que sin duda las tenían; las grabaciones nos enseñan que ellos empleaban un pequeñísimo aparato aéreo parecido a un helicóptero que les permitía descender sobre la cabeza del animal, perforándole con un martillo de tamaño mediano. De esta manera lograron eliminar a centenares de dinosaurios, pero lograron culminar exitosamente este propósito. Incluso, pareceque lograron domesticar a muchos dinosaurios herbívoros, pues en muchas piedras grabadas se logra apreciar a estos seres junto a tan descomunales animales. Un gran asteroide venia en rumbo de colisión con la tierra. Su gran masa los intentos por desviarle o pulverizarle habían fracasado. Por lo tanto, el choque era inevitable y esa humanidad se preparo de la mejor manera para afrontarle. Se hicieron febriles preparativos para evacuar en numerosos cruceros espaciales a los seres mas representativos de ese inmenso conglomerado inteligente. ¡Y llego el día de partir! Con gran solemnidad las gigantescas naves espaciales se elevaron lentamente ante el asombro y emoción de aquella humanidad condenada, ¿Cuál era su destino? ¡El gran planeta de las Pléyades!

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