octubre 11, 2012

Ish-rÁ - La Luz - Capítulo 5ª -




La tierra de Ke-M-eT


Las naves Atlantes llegaron con su precioso cargamento a la tierra de Ke-M-eT, dos de los exploradores del círculo de Tro-noS, habían preparado el aterrizaje en el lugar escogido por Mi Señor Ish-rÁ mientras que con los recién llegados, comenzó a levantarse un campamento en el lugar donde nacería el primer centro habitado y que fue llamado por nosotros, Ch-E-nI.
Las Madres Guerreras Sejmet que acompañaron a las naves y algunos de sus guerreros híbridos, formaron una primera linea de protección contra las amenazas del lugar proveniente de los depredadores que habitaban por el nuevo territorio y que garantizaría la seguridad del primero de nuestra especie que, por mutación de su energía, tuvo una forma sólida en Aqua, el creador de la primera dinastía divina, el Faraón Nar-meR y su descendencia. Los grandes recursos de agua que proporcionaba El Gran Río Madre, fueron rápidamente utilizados para convertir los campos próximos en ricos vergeles que garantizarían los alimentos necesarios para la recién llegada población junto a grandes recursos de pesca fluvial y muchas y variadas especies de seres inferiores comestibles.

Los Maestros Atlantes comenzaron a trabajar en una residencia estable para que los descendientes directos del Faraón pudieran estar en un lugar más saludable y hacer frente a la enorme mortandad que presentaban tanto las hembras de apareo como sus crías en el momento del parto o en días posteriores debido a lo insalubre que resultó ser las orillas del Gran Río Madre plagado de variadas especies de insectos que transmitían todo tipo de enfermedades y que no afectaba de igual manera a las crías de padre y madre Hu-ma-dos-apienS.

Mi Señor Ish-rÁ, ante el evidente riesgo de que la descendencia del Faraón no garantizara la continuidad sagrada de los futuros gobernadores del nuevo reino, solicitó ayuda a los físicos del planeta Taurtatis, los grandes maestros en el arte de las sanación de todas las especies solidas de los universos conocidos, los sabios Madre Ta-urt, que eran respetados de forma inimaginable por todas las razas y cuyo planeta de doble estrella jamás había sido visitado por raza foránea alguna, pues tal era su reputación, que todos los mundos evitaban tener cualquier tipo de enfrentamiento con ellos. Con su llegada, se estabilizó en gran medida la supervivencia de los descendientes divinos, al mismo tiempo que formó a un grupo de elegidos que se especializaron en el conocimiento de las treinta y seis partes que el sabio Madre Ta-urt definió como división del cuerpo de los hijos híbridos del Dios RÁ.

La llegada de un Ta-urT a la casa del Faraón, fue considerada como un hecho divino por todos los híbridos debido a sus extraordinarios poderes y a la imagen que tenía, mezcla de animal y humano y de macho y hembra, inmediatamente fue considerado como un hijo del Dios Sol y a su marcha, sus seguidores lo elevaron a la categoría de deidad con el nombre de Diosa Madre Taueret. Sus enseñanzas, crearon una escuela que inició una ciencia que no existía en AquA y que tuvo una repercusión directa en el aumento en número y longevidad de los Hu-ma-dos-apienS.

Después de algún tiempo, llegaron a las proximidades de Tinis que es así como fue llamado en la lengua propia de los Hu-ma-dos-apienS el primer centro de población fundado en Ke-M-eT, algunos grupos muy mezclados de Hu-ma-doS descendientes de Do-ye-caíN con desertores del grupo originario que partió de Pa-rá-dei-soS. En un principio, se mantuvieron a una prudente distancia pero, ante el evidente riesgo de que pudieran mezclarse con los híbridos puros, los guerreros Tinitas, los atacaron obligando a que se retiraran hacia la zona baja del Gran Río Madre, próximos al gran mar que se encontraba en su desembocadura y que por las observaciones de los exploradores que comprobaron que estaba situado entre grandes masas de tierra, fue llamado, Ta-thiS.

Por aquel entonces, los Maestros Atlantes con la aprobación de Nuestro Señor, habían fundado una colonia en una isla de grandes dimensiones situada en medio de uno de los océanos de AquA y al poniente de la tierra de Ke-M-eT. La isla fue llamada Atlantica y su principal ciudad, Atlantida. La rápida comunicación que concedían las naves Atlantes, hicieron que la relación entre ambas razas propiciaran la construcción y desarrollo de la ciudad de Ch-E-nI, o Tinis y de la preparación de un gran proyecto de Mi Señor, el gigantesco centro de referencia para la navegación que existiría en AquA.

La confirmación de Tinis como gran centro organizativo y de gobierno, permitió que los híbridos tinitas se expandiera por las riveras del Gran Río Madre. Las grandes zonas de cultivos que se crearon permitieron una más que suficiente cantidad de alimentos lo que propició un aumento importante en el número de los ciudadanos de Ch-E-nl. El Faraón Nar-meR, continuó con su labor de reproductor manteniendo las expectativas de supervivencia de sus descendientes en un nivel que garantizaba la continuidad de la casta dirigente. Precisamente, en las zonas donde se cultivaban los alimentos de la creciente población, se produjo la llegada de gran cantidad de Hu-ma-dos que, empujados por el hambre, se asentaron cerca de las zonas de cultivo. Al principio se decidió dar caza a todos los que se aproximaran pero su gran número y la extraordinaria capacidad de reproducción de estos, aconsejo permitir que crearan asentamientos estables y comenzaron a utilizarlos como trabajadores en las tareas más duras y peligrosas a cambio de alimentos y posteriormente, de la protección de los guerreros tinitas contra los que les acosaban que no eran otros que más Hu-ma-dos que aparecían por doquier.

También llegaron a Tinis, los tres Ra-bI que abandonaron el Pueblo que mira a Dios y que, seguidos por los suyos, decidieron solicitar el amparo y la protección de Nar-meR. El Faraón permitió que los recién llegados se unieran a los descendientes que Ekras antes, habían llegado con el líder ya fallecido Ab-rÁ-aM. El actual dirigente de los que se autodenominaban Abramitas, era el quinto hijo varón del extinto líder y de nombre Ab-rÁ-aM-seT. Set, como se le conocía por los suyos, era violento y con una fuerza colosal que había llegado al mando de su tribu tras asesinar a su hermano mayor Ab-rÁ-aM-si-riS, que era quien debía sustituir por derecho en el liderazgo a su padre. Los recién llegados acataron inmediatamente la autoridad de Set y le entregaron los tres Mandamientos de Dios de los cuales eran depositarios. Posteriormente, Set llevó a los tres ancianos Ra-bI en un viaje hacia el interior del abrasador sistema terrestre que rodeaba a las poblaciones de las riveras del Gran rió Madre y después de varios ciclos de luz y sombra. Regresó solo afirmando que los Ra-bI, habían sucumbido a la prueba del Dios Sol lo que demostraba su impureza y por lo tanto, él, era el único y legítimo líder militar y religioso de la tribu. Los Abramitas, se establecieron en el levante de las tierras del Faraón cerca de un mar que llamaron como a su tribu y también fue conocido por el tono del agua en sus riberas debido al color rojo de las algas que flotaban en ellas y en una zona que hizo de frontera con las tierras de Canaán y de Ke-M-eT.

En todo el sistema de organización de los diferentes planetas de los dos universos conocidos, se estableció un protocolo por el cual, cualquier descubrimiento de una nueva raza o especie, era inmediatamente comunicado al resto de sistemas de tal forma que nadie, pudiera tener influencia exclusiva en los contactos con nuevas formas de vida ya fueran inteligentes o no. El tercer universo, de relativo reciente descubrimiento, presentaba enormes lagunas en cuanto a su composición, tamaño y contenido. De este tercer universo, llegó una de las mayores sorpresas del sistema federativo, los Asianos. Esta raza inteligente con base de carbono, presentaban grandes similitudes con el sistema evolutivo de los nativos de AquA. Nadie tuvo un contacto prolongado con ellos y apenas se conocían sus sistemas organizativos ni sus alcances tecnológicos. Se conocía su capacidad de transportarse en naves a través de los universos pero nadie, tuvo conocimiento de que hubieran establecido bases o colonias fuera de su planeta madre Assa.

Cuando los exploradores del círculo de Tro-noS que vigilaban los movimientos de los El-oh-iM en sus recientes y extensas colonias en el planeta, llegaron con la noticia de haber encontrado asentamientos de Asianos en AquA, causaron una gran conmoción entre las diferentes razas aliadas de Nuestro Señor Ish-rÁ. En la mayor masa terrestre del planeta y muy alejados de los movimientos de nuestros híbridos y de otras especies colonas, los Asianos, habían establecido mucho antes que nosotros, los primeros centros poblados no Hu-ma-doS. Habían creado grandes asentamientos y la hibridación que produjeron, se encontraba muy avanzada y perfectamente definida tanto en su zona demográfica como en su sistema de comunicación escrita y oral así como, un avanzado sistema de aprovechamiento de los sistemas fluviales y de recolección de alimentos. De baja estatura y piel muy pálida, acompañados de órganos de visión pequeños y oblicuos, los Asianos, representaron un auténtico revés para lo que representó la gran obra de Mi Señor en AquA, los Hu-ma-dos-apienS y su hegemonía evolutiva en el planeta azul.

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