noviembre 14, 2012

TECNOLOGÍA FUTURÍSTICA DEL PASADO.....(1)


El descubrimiento casual, realizado por un granjero algodonero del área de Phoenix, de elementos compuestos de un solo átomo en los años 1970 puede haber abierto la puerta a: la energía libre ilimitada, la cura del SIDA y el cáncer, longevidad, velocidades más rápidas que la de la luz, antigravedad y mucho más, quizás incluso viajes en el tiempo o ínter-dimensionales.

¿Pero puede precipitar este descubrimiento nuevas políticas e incluso la guerra en la lucha para ganar el control sobre esta nueva tecnología? Y además, mientras este hallazgo ha sido asombroso para la ciencia moderna, parece que no es nada nuevo.



Como afirmaba el Eclesiastés 1:9 (Edición Nueva Internacional),
“Lo que ha sido será otra vez, lo que ha sido hecho será hecho otra vez; no hay nada nuevo bajo el sol.”
Hoy en día, varios eruditos han relacionado este alucinante descubrimiento con la mitología y las leyendas del pasado más lejano, especialmente las de la antigua Mesopotamia conocida actualmente como Irak.



El interés por esta nueva tecnología creció rápidamente y allá por el 2003, algunos investigadores incluso estaban afirmando que la invasión de Irak había tenido que ver más con este nuevo descubrimiento que con el petróleo, las armas de destrucción masiva o con un cambio de régimen. Esta historia de hallazgos nuevos asombrosos, su conexión con los relatos del pasado antiguo y el posible papel que todo esto juega en los acontecimientos mundiales actuales esta ganando más y más el interés del publico.

Parece como si estos secretos primordiales fueran perdidos hace siglos, aunque vestigios de este conocimiento pueden haber sido conservados a través de los años por una serie de sociedades secretas.



La presente historia empezó con David Hudson, un algodonero de Phoenix Arizona, que se definía a si mismo como Republicano conservador. A mediados de los 70, Hudson había encontrado arando en el suelo cocido y seco una tarea dura. Empezó a buscar otras maneras de darle vida al suelo incluso empezó inyectando ácido sulfúrico dentro del suelo en un intento de abrir la corteza seca. 

Descubrió que rociando sus muestras de suelo con una solución de cianuro, podía obtener trazas de metales de la mena, incluso de oro.

“Habíamos estado haciendo análisis del suelo [cuando se nos ocurrió] esta idea de literalmente amontonar la mena en una pieza de plástico y rociarla con una solución de cianuro, que disuelve el oro selectivamente y lo saca de la mena,” dijo Hudson al publico congregado en Dallas en 1995.

“Este se escurre de la mena hasta que golpea el plástico y entonces se vierte en el estanque de sedimentación. Es bombeado hacia arriba a través de carbón activado donde se adhiere al carbón y entonces la solución liquida vuelve al montón... La idea parece bastante simple. Decidí, como saben muchos granjeros tienen avionetas, otros muchos caballos de carreras, otros muchos coches de carreras... Yo decidí que iba a tener una mina de oro.”
Después de comprobar varios lugares, incluyendo minas de oro abandonadas, Hudson encontró cerca de Phoenix el sitio que estaba buscando.
“Tenía un montón de palas excavadoras, camiones cisterna, maquinas niveladoras, orugas (tipo de maquina excavadora) y ese tipo de cosas que se tienen en una granja y tenia también a los operarios, así que decidí que iba a preparar uno de esos sistemas de filtración con cianuro.”
Hudson obtuvo más de lo que había imaginado.
“Empezábamos a recuperar el oro y la plata y llevaríamos el carbón a nuestra granja. Lo extraeríamos con una solución de hidróxido de sodio y cianuro caliente. Lo haríamos pasar a través de una “célula de ganancia-eléctrica” para sacar el oro fuera. Y entonces haríamos lo que se llama un “ensayo de fuego”, donde lo diriges a un horno de reducción para obtener cuentas (bolitas) de oro y de plata... Este es el procedimiento honrado por el tiempo para recuperar oro y plata y básicamente se ha utilizado durante 250-300 años. Es el estándar aceptado en la industria,” explicó.
Pero, junto con pequeñas cantidades de oro y plata, Hudson también recuperó pequeñas cuentas de un material que frustraba los intentos de análisis.
“Algo que no podíamos explicar se estaba recuperando con el oro y la plata” dijo.
Este “algo” resultaron ser elementos hasta ahora desconocidos para la ciencia moderna, elementos compuestos por un solo átomo. Esta materia monoatómica se encuentra prácticamente en cualquier cosa a nuestro alrededor incluido los alimentos que comemos y el agua que bebemos. Hudson descubrió que estos elementos podían ser recuperados de los metales nobles como el oro, plata, cobre, cobalto y níquel junto con el platino, paladio, rodio, iridio, rutenio y osmio.



También descubrió que el núcleo de esta materia monoatómica se comportaba de una manera insólita. Bajo determinadas circunstancias, empezaban a girar y creaban extrañas formas deformadas. Extrañamente, cuando estos núcleos giraban empezaban a separarse por si solos.

Se encontró, por ejemplo, que en el elemento Rodio 103, el núcleo se deformaba en proporción de dos a uno, el doble de largo que ancho parecido a una botella de coca-cola y entraba en un estado de alto espín*.

“Es algo inherente al material”, anoto Hudson. “No es algo que tu hagas desde el exterior.”
* espín. (Del ingl. to spin, girar como un huso). m. Fís. Momento intrínseco de rotación de una partícula elemental o de un núcleo atómico.



Después de estudiar durante dos años este material, un químico analítico de Arizona informó a Hudson,
“Puedo decirte, sin lugar a duda, que no es ninguno de los elementos de la Tabla Periódica.”
Refiriéndose a una muestra el químico dijo,
“Tenemos aquí algo que sé que es rodio puro y aun así ninguno de estos análisis espectroscópicos muestran que sea rodio... Esto no tiene ningún sentido. Esto desafía todo lo que me han enseñado en la universidad, todo lo que me han enseñado en la licenciatura. Voy a enviar esto a mi profesor de licenciatura en el estado de Iowa.”
Sin embargo, el erudito profesor de la universidad no pudo identificar el material de la muestra.

Una muestra fue enviada a los laboratorios Harwell en Oxfordshire, Inglaterra, para realizar un análisis de activación por neutrón pero también ellos fracasaron a la hora de identificar el elemento. Hudson finalmente encontró una fuente de información en la Academia de las Ciencias Soviética en Rusia. Mediante equipos especializados, los científicos determinaron que esta misteriosa sustancia blanca estaba compuesta enteramente por metales del grupo del platino en una forma desconocida hasta entonces por la ciencia moderna.



Algo claramente nuevo e inaudito estaba revelándose.

Trabajando con “United Technologies” (Tecnologías Unidas), el nuevo material de Hudson se colocó en pilas de combustible desarrolladas recientemente. Aunque los análisis mostraban que el material no contenía rodio, cuando se añadía a carbón y se colocaba en una pila de combustible, se comportaba como solamente podría hacerlo el rodio. 

Se le dijo a Hudson que si podía explicar como obtener su extraño polvo blanco a partir de materiales disponibles comercialmente, podría patentar el proceso. En 1988, hizo exactamente eso, cumplimentando patentes tanto de EE.UU. como del resto del mundo sobre 11 elementos monoatómicos.


Acuñó el término “Orbitally Rearranged Monatomic Elements” or ORMEs (Elemento Monoatómico Reordenado Orbitalmente) para describir esta nueva materia encontrada. Este material en un estado puro monoatómico forma una sustancia en polvo blanca como la nieve, que se parece a la harina para cocinar común. 



Entonces el estudio de este raro material tomo un giro todavía mas extraño.
“Lo asombroso del asunto”, explicó Hudson, “es el peso del material. Era muy difícil pesarlo... en la oficina de patentes quieren cosas muy precisas [pero] no podíamos obtener resultados consistentes con el material. Se mantenía ganando peso y ganando peso.”
Utilizando análisis-termo-gravimétricos, se descubrió que cuando se redujeron muestras del material al estado de polvo blanco, este perdió el 44 por ciento de su peso original. Respectivamente al calentar o al enfriar el material, este ganaría o perdería peso.
“Mediante enfriamientos y calentamientos repetidos podíamos hacer que el material pesara menos que el peso de la cacerola en la que estaba", dijo Hudson.

"...O podíamos hacer que su peso fuera 300 o 400 veces su peso inicial dependiendo de si lo estábamos calentando o enfriando... si tomas este polvo blanco y lo pones en un recipiente de cuarzo y lo calientas hasta el punto en el que se fusiona con el cuarzo, se vuelve negro y vuelve a ganar todo su peso. Esto no tiene lógica, es imposible, no puede pasar. Pero así es."
A principios de la década de 1990, fueron publicados documentos científicos por el Instituto Niels Bohr, "Argonne National" y "Oak Ridge National Laboratories" que apoyaban la existencia de estos elementos monoatómicos de alto-espín y su poder como superconductores. 



Hudson también se reunió con el Dr. Hal Puthoff director del Instituto de Estudios Avanzados de Austin, Texas. Puthoff realiza investigación puntera en los campos de la energía de punto-cero y la gravedad como fuerza de fluctuación de punto-cero. Tanto él como otros científicos han teorizado que existe energía suficiente en los átomos contenidos en el espacio de una taza de café vacía para hervir todos los océanos de la Tierra si se utilizara totalmente.

Puthoff también había teorizado que una materia al reaccionar en dos dimensiones debería perder sobre un 44 % de su peso gravitatorio, exactamente la pérdida de peso hallada por Hudson.

Cuando se halló que los elementos de Hudson, al calentarlos, podían acumular una atracción gravitatoria menor que cero, Puthoff concluyó que el polvo era "materia exótica" capaz de curvar el tiempo y el espacio. Las propiedades antigravitatorias del material fueron confirmadas cuando se mostró que un platillo de pesaje pesaba menos cuando se ponía el polvo en él que cuando estaba vacío. La materia había pasado sus propiedades anti-gravitatorias al platillo.

Para su mayor asombro, se halló que cuando el polvo blanco era calentado hasta cierta temperatura, no solo su peso desaparecía sino que el polvo se desvanecía de la vista. Cuando fue utilizada una espátula para remover en el plato, aparentemente no había nada allí. Sin embargo, cuando se enfrió el material, reapareció en la misma forma que tenía originalmente cuando se depositó en el plato. El material no había desaparecido simplemente se había movido dentro de otro plano dimensional.

Como si todo esto no fuera lo suficientemente mágico, un pariente orientó a Hudson hacia un libro de alquimia. Como era un hombre practico, un granjero, un metalúrgico, Hudson desdeño cualquier referencia a lo oculto. Sin embargo rápidamente quedó intrigado por las similitudes entre sus elementos monoatómicos recientemente descubiertos y las descripciones del pasado.

La Alquimia es un intento de siglos de antigüedad de descubrir la relación existente entre el hombre y el universo y beneficiarse de la comprensión de los principios básicos de la vida.


La teoría Alquimica determinó que debe existir alguna sustancia que puede ocasionar la transmutación de ciertos metales. El principal entre estos metales era el oro. Este misterioso catalizador fue llamado algunas veces como "la tintura", pero más a menudo como "el polvo". Este término, cuando pasó de la lengua Arábiga al Latín, pasó a ser conocida como el "elixir de la vida" y más comúnmente como la "Piedra Filosofal".



Según la Enciclopedia Británica, esta piedra "que no es una piedra" era llamada a veces,
"una medicina para la purificación de los metales "base" o "malos", y de ahí había un pequeño paso para verla como una medicina para la curación de las enfermedades humanas."
Esta visión fue confirmada por Eirenaeus Philalethes, un alquimista del siglo XVII, que escribió,
"Nuestra Piedra no es nada más que oro disgregado al más alto grado de pureza y fijación sutil..."
Todo el mundo sabe de la búsqueda de los alquimistas de la formula para cambiar los metales viles en oro pero pocos se han preguntado porque realmente querían oro. Se ha asumido que los alquimistas querían riquezas.

Pero un estudio más profundo de la alquimia y del ocultismo revela que estos hombres y mujeres del pasado estaban intentando recuperar el conocimiento antiguo perdido hacia mucho en las neblinas del tiempo.



¿Acaso había David Hudson hallado la deseada Piedra Filosofal?

El granjero de Phoenix se asombró todavía más cuando consultó al rabino local,
"¿Ha oído hablar alguna ver del polvo de oro blanco?"



"Oh, si," fue la respuesta inesperada, "pero según nuestro entendimiento nadie ha sabido como hacerlo desde la destrucción del primer templo [El Templo de Salomón]. El polvo blanco es la magia, que puede ser usado tanto para la magia blanca como magia negra."
Por el año 2004, David Hudson había desaparecido de la vista después de prometer al público que se proponía producir su polvo blanco monoatómico para el beneficio de toda la humanidad.

Su desaparición de la escena pública generó mucha especulación. ¿Había sido solo un estafador que se deslizó en las sombras antes de que fuera descubierto? ¿O había descubierto, la gente que tenía mucho que perder con su descubrimiento, la manera de neutralizarlo? ¿O se había tomado un poco de su maravilloso polvo áureo y se había elevado hacia otra dimensión? 



Entre tanto, la conexión entre su polvo de oro y las leyendas antiguas capturaron la atención de un creciente numero de eruditos e investigadores.

El autor Británico Laurence Gardner en un reciente libro titulado "Lost Secrets of the Sacred Ark" (Secretos Perdidos del Arca Sagrada), escribió que el libro completo más antiguo del mundo - El libro Egipcio de los Muertos - habla de los faraones comiendo "el pan de la presencia", también llamado "comida schefa", cuando realizaban el viaje ritual a la otra vida.


En cada nivel, el faraón preguntaría, "¿Que es esto?"



Se ha comparado esto con el relato Bíblico de Moisés y los Israelitas en el desierto continuando el éxodo desde Egipto. Para mantenerse en el desierto, Moises y su gente comieron una sustancia blanca en polvo que llamaban "manna". Este manna era molido en pequeños pasteles o hervido.

En hebreo, manna literalmente significa "¿Que es esto?"



Gardner remarcó que tiene una importancia extraordinaria que, independientemente de toda la investigación intensa y costosa actual en el área de estos elementos monoatómicos, los secretos de este misterioso polvo eran conocidos hace varios miles de años atrás.
"Sabían que eran superconductores intrínsecos en el cuerpo humano", escribió Gardner. "Sabía que tanto el cuerpo físico como el cuerpo de luz [el espíritu o alma] tenían que ser alimentados para aumentar la producción de hormonas y el mejor alimento para lograr esto era nombrado shem-an-na por los Babilonios, mfkzt por los Egipcios y manna por los Israelitas."
El relato del Éxodo narra como Moisés estalló en ira al regresar de la montaña donde había recibido las Tablas de la Ley de Dios. Al parecer en su ausencia los Israelitas habían tomado la mayor parte del oro que poseían y lo habían fundido para hacer un becerro que entonces adoraron.



Éxodo 32:20 [Edición Nueva Internacional] afirma,
"Y él [Moisés] tomó el becerro que ellos habían fabricado y lo quemó en el fuego; luego lo molió hasta hacerlo polvo, lo esparció en el agua y hizo que los Israelitas lo bebieran."
Como beber oro molido hubiera sido mortal, obviamente Moisés, que había sido bien educado en el conocimiento esotérico Egipcio, conocía el secreto para fabricar polvo de oro monoatómico de alto espín.



La confirmación de que esto era así vino en 1904 cuando el arqueólogo Británico Sir William Flinders Petrie descubrió una gran fundición en el Monte Horeb, situada en extremo sur de la Península del Sinaí. Algunos eruditos creen que Horeb es la localización real de la montaña de Moisés mencionada en la Biblia. 

Fue en Horeb donde Petrie descubrió un templo cerrado que comprendía patios adosados, santuarios y habitaciones, todas rellenas con relieves, con columnas y estelas que representaban a la nobleza Egipcia y mencionaban el misterioso mfkzt. Lo más sorprendente fue el hallazgo de un crisol (recipiente de fundición metalúrgico) junto con una cantidad considerable de polvo blanco puro oculto ingeniosamente bajo unas losas de piedra. Como no tenía interés por el polvo, Petrie permitió que saliera volando con los vientos del Sinai.

Varios relieves de este templo antiguo describen a diferentes dirigentes Egipcios, entre estos Tuthmosis IV Amenhotep III junto con el bueno de Hathor. En estos relieves varias personas están ofreciendo al rey un pan cónico. ¿Era este el legendario polvo blanco conocido como mfkzt?

La respuesta parece ser que sí, como la figura que ofrece el polvo puede ser identificada como un tesorero Egipcio llamado Sobekhotep, descrito en otra parte como el hombre que "trajo la noble Piedra Preciosa a su majestad."

Esto nos lleva a la conexión con Irak. Es evidente para muchos investigadores y eruditos hoy en día que la civilización Egipcia, lejos de ser la primera gran cultura del mundo como popularmente se creía, era de hecho un mero remanente de una cultura mucho más antigua y fascinante - los Sumerios

Se le puede seguir el rastro a todos los secretos más profundos del mundo hasta volver a Sumer en Mesopotamia, la primera gran civilización conocida que estaba situada entre los ríos Tigris y Éufrates a las orillas del Golfo Pérsico. En los tiempos bíblicos, se la llamaba Caldea o Shinar. Hoy se la conoce como Irak.

La cultura Sumeria parece aparecer de la nada hace mas de 6000 años y antes de que se desvaneciera extrañamente, tuvo una gran influencia en la vida tan lejos hacia el Este como el Río Indus, que fluye desde los Himalayas pasando por Pakistán hacia el mar Arábigo, y en el Nilo en los reinos Egipcios posteriores.

Casi nada se sabía sobre los Sumerios hasta hace unos 150 años cuando los arqueólogos, espoleados por los escritos del viajero italiano Pietro Della Valle a comienzos del siglo XVII, comenzaron a excavar en los extraños promontorios que salpicaban el campo al Sur de Irak. Empezando con el descubrimiento del palacio de Sargón II cerca de la actual Khorsabad por el francés Paul Emile Botta en 1843, los arqueólogos encontraron ciudades enterradas, palacios destruidos, objetos y miles de tablillas de arcilla que detallaban todas las facetas de la vida Sumeria.


A finales del siglo XIX, el Sumerio había sido reconocido como un lenguaje original y estaba siendo descifrado. A pesar del conocimiento actual, al público en general aun se le ha enseñado poco sobre esta primera gran civilización que se materializó repentinamente en Mesopotamia.



Es fascinante darse cuenta que puede ser posible conocer más sobre esta civilización de 6000 años de edad que lo que podremos conocer sobre los más recientes Egipcios, Griegos y Romanos. La explicación yace en la escritura cuneiforme Sumeria.

Mientras que los papiros de los otros imperios antiguos se desintegran con el tiempo o se destruyen por los incendios de la guerra, la escritura cuneiforme se grababa en tablillas de arcilla fresca con un estilete creando una marca en forma de cuña. Estas tablillas entonces se secaban, se cocían y se guardaban en amplias bibliotecas. Alrededor de 500.000 de estas tablillas de arcilla han sido halladas hasta ahora y han suministrado a los investigadores modernos un conocimiento incalculable sobre los Sumerios.



El conocimiento de Sumeria fue llevado a Egipto por el Patriarca Bíblico Abraham por medio de conocimiento inteligentemente codificado hallado en la Torah y otros textos antiguos Hebraicos como el Sefer Yezirah (Libro de la Creación) y el Sefer HaZohar (Libro de la Luz). Estos libros anteceden al Talmud, una compilación de las leyes Judías y tradiciones más antiguas escritas por primera vez en el siglo V d.C., y fueron elaborados siglos antes del tiempo de Jesús. 

De acuerdo con el Libro de la Luz, le fueron entregados por Dios a Adán "misterios de sabiduría" cuando aun estaba en el famoso Jardín del Edén. Estos secretos antiguos fueron transmitidos a través de los hijos de Adán a Noe hasta Abraham mucho antes de que los hebreos existieran como un pueblo diferenciado. De acuerdo con la Biblia, Abraham era un Sumerio originario de Ur de Caldea, el antiguo nombre para Irak.

Otros Sumerios viajaron frecuentemente y extensamente y se piensa que han traído su tecnología avanzada sobre la construcción de barcos y cartografía a los primeros Fenicios que se establecieron a lo largo de las costas Mediterráneas orientales en lo que es ahora el Líbano.

Su conocimiento de los cielos era asombroso y enigmático.

"Todo el concepto sobre astronomía esférica, incluyendo el circulo de 360 grados, el cenit, el horizonte, los ejes celestiales, los polos, la eclíptica, los equinoccios, etc., todo surgió repentinamente en Sumer" remarco el escritor Alan Alford.
El Conocimiento Sumerio sobre los movimientos del sol y la luna dio lugar al primer calendario del mundo, utilizado durante siglos posteriormente por los Semitas, los Egipcios y los Griegos.



Poca gente se da cuenta de que no solo debemos nuestra geometría sino también nuestro sistema para medir el tiempo al sistema matemático de los Sumerios (basado en unidades divisibles por 60).
"El origen de los 60 minutos que hay en una hora y los 60 segundos en un minuto no es arbitrario, sino basado en un sistema sexagesimal (múltiplo del numero 60)", informó Alford, añadiendo que el zodiaco moderno era una creación Sumeria basada en sus 12 "dioses".
Lo usaban para hacer un mapa del gran ciclo precesional - la división de la vista de 360 grados (del cielo nocturno) desde el Polo Norte de la Tierra durante su orbita de 12 meses alrededor del sol en 12 partes iguales - o casas - de 30 grados cada una.

Teniendo en cuenta el ligero balanceo de la órbita de la Tierra, el movimiento de este ciclo completo dura 25,920 años, un suceso conocido como el Año Platoniano, llamado así por el erudito Griego Platón que inspiró las posteriores sociedades secretas como los Caballeros Templarioslos Illuminati y las Tablas Redondas de Cecil Rhodes.
"La pregunta incómoda que los científicos han esquivado es: ¿como pudieron los Sumerios, cuya civilización solo duró 2.000 años, haber observado y registrado el ciclo celestial que tarda 25.920 años en completarse? y ¿por qué su civilización comienza en la mitad del periodo zodiacal? ¿Es esto una pista de que su astronomía fue un legado de sus dioses?" preguntó el autor Alford.
por Jim Marrs
 bibliotecapleyades.net/

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