diciembre 20, 2012

E L R E I N O S U B T E R R Á N E O



Estracto del Libro : Acuario: Llegada de La Edad de Oro. Por el Maestro Omraam Mikhaël Aïvanhov 
Ya hace años, os hablé de este reino subterráneo llamado Agharta, donde se ha desarrollado desde hace milenios una civilización fantástica. Este reino escondido está en comunicación con la superficie de la tierra porque existen aberturas en diferentes países del mundo: en los polos, en América del Sur, en Mongolia, en el Tibet…e incluso en Francia, en los Pirineos. Desde tiempos muy lejanos se han transmitido leyendas - sobre todo entre los pueblos nórdicos – que hablan de un país, más allá de los hielos polares, una tierra donde reina una eterna primavera. Y según una conocida tradición de la Ciencia iniciática, las auroras boreales estarían producidas por seres extremadamente evolucionados que habitan en estas regiones y por una luz que procede del centro de la tierra.
Algunas personas en el mundo han tenido conciencia de la existencia de Agharta. Incluso se ha hecho una película, «Shangri-La» en la que se cuestionaba la existencia del país de la eterna juventud. Pero en todos los países existe esta tradición. Ya sea en Grecia, en India, en Egipto, todos los pueblos han tenido sus ideas respecto a este país de la juventud y de la eterna felicidad; y es precisamente el reino subterráneo de Agharta al que otras culturas han llamado el país del Santo Grial, Thulé, el jardín de Hespérides ...
Ahora, cada vez más, se habla y se escribe sobre Agharta, pero hace años era una cuestión poco conocida. Había el libro de un ruso, Ossendowski: «Bestias, hombres y dioses» que cuenta todo lo que le ha sido dicho a este respecto en los monasterios del Tibet. Pero sobre todo es el libro del marqués Saint Yves d'Alveydre: «La misión de la India», el que aporta las mayores revelaciones sobre Agharta. Saint- Yves d'Alveydre era un escritor, un erudito e incluso un Iniciado. Poseía la facultad de desdoblarse, y por eso revela en esta obra que ha podido entrar personalmente en Agharta. Da detalles extraordinarios sobre este reino subterráneo iluminado por una especie de sol central, donde, al igual que sobre la tierra, crecen árboles y flores, donde viven animales y hombres. Habla de bibliotecas y de archivos que se extienden a través de kilómetros y que contienen toda la historia de la humanidad. Sí, libros extraordinarios que fueron escritos por grandes Iniciados y que contenían grandes secretos; fueron retirados de las manos de la humanidad, pero están allá, en Agharta, y sólo aquéllos que están evolucionados tienen derecho a leerlos.
Todo lo que pasa en el mundo desde un principio está registrado y conservado en estos archivos. Todo lo que ha desaparecido de la superficie de la tierra y que se cree definitivamente perdido, se encuentra allá abajo. Si queréis saber cómo eran ciertos personajes históricos, allá lo encontraréis. Y también vosotros estáis allí, en miniatura. Porque todos nosotros existimos bajo la forma de un doble para que se nos estudie. En Agharta hay siempre un reflejo en miniatura de todo lo que pasa aquí. Y los Aghartianos saben incluso que en este momento estoy hablando de ellos.
Algunos, que han investigado, piensan que los bohemios, los zíngaros, proceden de Agharta, de donde fueron expulsados, y que es de allí de donde han traído los conocimientos que tienen sobre el Tarot, por ejemplo, y que se transmiten de generación en generación. Se cree también que los Aghartianos proceden de los Atlantes y de los Lemures. Antes de que el continente comenzara a zozobrar - habrían pasado quince mil años según ciertos investigadores - deberían haber huido con sus máquinas extraordinarias para refugiarse en las entrañas de la tierra donde han creado ciudades, asentándose allá.
Evidentemente se cuentan toda clase de historias extraordinarias respecto a Agharta. ¿Son verdaderas o falsas? No es esto lo que me interesa. Lo que me interesa es la filosofía, los principios sobre los que se ha fundado este reino, y cómo propagarlo, y sobre todo cómo hacer comprender a los humanos que acabarán rompiéndose la cabeza si continúan siguiendo filosofías erróneas.
Agharta es un reino muy sabiamente organizado y gobernado, donde millones de hombres viven en la prosperidad, la paz y la felicidad, al abrigo de enfermedades e incluso de la vejez. Saint-Yves d'Alveydre habla en detalle de esta organización. En la cumbre reina una trinidad de seres: el Brahatma, el Mahatma, y el Mahanga (que Ossendowski cita bajo los nombres de Brahytma, Mahytma y Mahynga). A Brahatma está confiada la Autoridad, a Mahatma el Poder, y a Mahanga, la Organización. Y como Agharta posee una estructura que es un reflejo del orden cósmico, por debajo de esta trinidad superior hay un grupo de 12 personas, a semejanza del zodíaco, y después un grupo de 22, a semejanza de los 22 principios del Verbo, con cuya ayuda Dios creó el mundo; después 365, como los 365 días del año, etc.
Durante años he reflexionado y meditado mucho sobre Agharta y he trabajado para entrar en comunicación con su reino invisible. Quizás no lo creáis, pero ha llegado el momento de decíroslo; os traigo la misma organización. Es preciso que los humanos comprendan ahora que aún no han encontrado el gobierno que les conviene y que sólo la sinarquía, el gobierno de los Iniciados, puede resolver todos los problemas políticos, sociales, económicos.
Os traigo la misma cultura que existe en Agharta. Todavía no puedo en verdad, desvelarla, revelarla, porque parece ser algo tan lejano, tan absurdo, que me arriesgo a que me metan en algún sitio especial... Sí, si os digo todo lo que sé, me meterán en un manicomio. Es por ello que no me atrevo a haceros ciertas revelaciones. Pero todo está aquí, en mi cabeza, y cada vez os hago penetrar más y más en estas verdades de la Ciencia iniciática. Por otra parte, si actuáis de buena fe, no podéis dejar de reconocer que todo lo que os he revelado hasta ahora era verdad. Así pues, os dejo libres, haced lo que queráis.
Y lo que es absolutamente verídico es que os traigo una nueva cultura. La Enseñanza de la Fraternidad Blanca Universal tiene por misión el introducir en el mundo la filosofía de Agharta. Una tradición cuenta que Rama, después de haber conseguido asentar la Edad de Oro en la tierra, fue a habitar a Agharta y que muchos otros grandes espíritus, como Buda o San Juan, o incluso el alquimista Nicolás Flamel, también han ido a vivir en Agharta. Pero lo que no se sabe, es que en nuestra época los Aghartianos se reencarnan sobre la tierra para traer su ciencia, su organización, su gobierno: el gobierno de los Iniciados.
Puedo explicaros cómo viven los Aghartianos, cómo nacen, cómo entienden el amor. Saben que la fuerza sexual es una energía preciosa, por eso no la malgastan, sino que por el contrario la utilizan para convertirse en criaturas superiores, en divinidades. Por otra parte es de Agharta de donde procede el verdadero Tantra-yoga, tan conocido en el Tibet y en la India, pero del que muy pocos Occidentales tienen una buena comprensión. ¡En cuanto a la práctica, mejor no hablar...! Muchos no han logrado otra cosa que enfermar y desequilibrarse. Así pues, atención, no os aconsejo que os embarquéis en este sentido. Estudiad, preparaos, purificaos, y enseguida obtendréis todo tipo de revelaciones sobre la extraordinaria ciencia de aquellos seres.
Porque la ciencia de los Aghartianos concierne también a los descubrimientos más avanzados de la física. Tienen la posibilidad de vigilar y controlar todo lo que pasa sobre la tierra; pueden incluso destruir completamente a toda la humanidad desencadenando la potencia de los cuatro elementos. Pero como son seres evolucionados y pacíficos, no lo harán. Incluso es muy probable que los platillos volantes cuya existencia ahora ya no se puede dudar, no procedan de otros planetas, sino del centro de la tierra, pasando por el polo Norte o Sur. Muchos observadores situados en el Ártico o en el Antártico han visto platillos volantes que iban o venían en esta dirección.
Los Aghartianos tienen pues, medios de locomoción completamente excepcionales. Lo que es notable, es que se hayan manifestado sobre todo a partir de 1945, después de la bomba atómica de Hiroshima. Vienen para vigilar, saben que los humanos son tan insensatos que podrían destruir la humanidad; y en este caso, también ellos, bajo tierra, serían alcanzados, y evidentemente están un poco inquietos. Puede ser que dentro de algunos años se decidan a salir para dar mensajes, advertencias. Puede que también ¿por qué no? se lleven consigo a algunos de vosotros, para mostrarles el esplendor de su país devolviéndolos enseguida a la tierra. Hasta el presente ninguno de los que han podido ir a Agharta han vuelto. Pero los Aghartianos son de una bondad y generosidad tan grandes, que no hay que temerles. Han vencido todas las debilidades humanas.
Naturalmente muchos han intentado perseguirles. Pero sus platillos volantes están rodeados de un campo magnético que les hace invulnerables, y si ven que les persiguen proyectan rayos que detienen o bloquean las máquinas de sus perseguidores. Trabajan siempre con la luz; su poder está en la luz, con ella neutralizan todas las fuerzas hostiles. Se ajustan a esta regla iniciática según la cual hay que utilizar la luz como protección contra los elementos nocivos. Pronto, los humanos comenzarán a descubrir muchos de sus secretos.
Y yo, os lo estoy diciendo desde hace años: no hay nada tan importante a estudiar como la luz, porque la luz tiene todos los poderes. Últimamente la ciencia ha descubierto la potencia del rayo láser. Quedan muchos descubrimientos por hacer, pero un día todo lo que os he revelado será reconocido y comprobado. Hasta el presente no se han tomado en serio estas revelaciones, porque no han sido confirmadas por la ciencia oficial. En lugar de sentidas interiormente, de tocadas casi con su alma, con su espíritu, los humanos, que están tan intelectualizados, esperan el veredicto de la ciencia oficial para creer las más grandes verdades. Pero os lo digo: tarde o temprano lo que os he revelado en mis conferencias será comprobado científicamente. Esto empieza por otra parte con las experiencias que se han hecho en Rusia; los demás países están retrasados, pero seguirán a los Rusos y aceptarán la realidad del poder del pensamiento, del aura, de la clarividencia. Unos técnicos han preparado ahora unos aparatos que pueden registrar ciertos fenómenos llamados «parapsíquicos» y estamos obligados a aceptar los resultados de estos registros. Los humanos esperan siempre el veredicto de los aparatos externos, sólo confían en estos aparatos. Mientras que los aparatos que el Creador ha puesto en ellos mismos, no los tienen en cuenta, no los utilizan. Sin embargo debería ser al revés.
Os he dicho que Agharta me interesa desde el punto de vista filosófico por el modelo de organización, de gobierno y de vida colectiva que nos presenta. También nosotros debemos trabajar para la colectividad con el mismo desinterés que los Aghartianos, con este amor infatigable, con el fin de formar una familia sobre toda la tierra, y que no haya más fronteras, guerras ni miserias.
En aquel momento, los intereses de cada persona serán respetados. Cuando todo marcha bien en la colectividad, cada uno de sus miembros se encuentra bien. Mientras que si sólo están bien algunos individuos, pero no la colectividad, estos individuos tarde o temprano son amenazados y aplastados porque este bienestar no es una situación estable y duradera. Por eso cuando se ve que cada cual no tiene otra idea en la cabeza que estar bien él, burlándose abiertamente de los demás, se puede predecir que se trata de una situación inestable. Si los humanos hiciesen un esfuerzo por olvidarse un poco de sí mismos, para consagrarse a la colectividad, todo el mundo tendría sus intereses salvaguardados. Porque el interés de todos está ahí. Por eso siempre digo: no sabéis lo que os conviene, vuestro comportamiento lo prueba, tarde o temprano os desmoronaréis.
La vida colectiva nos envuelve, nos domina, nos dirige, no se puede jamás ser libre e independiente frente a la colectividad. No hay pues que ocuparse en buscar un pequeño abrigo para sí, porque estos no son más que paños calientes. ¡Pero se está aún tan lejos de esta amplitud de conciencia! Las personas son como los insectos: desde el momento en que algo no va, se esconden en su agujerito pensando que allí estarán seguros. Bueno, lo comprendo, se ha recibido esta herencia de los insectos, es fantástico. Pero ahora podemos, por lo menos, cambiar un poco. Naturalmente, los humanos han progresado en el sentido colectivo. Pero no es suficiente porque aún siguen destruyéndose entre sí. Su conciencia se ha ampliado un poco, es verdad, pero la situación no ha cambiado. Antes, se mataba a un hombre, ahora se pueden matar a millones de golpe. ¡Ahí está el progreso! ¡Ah! en eso se ha progresado. También las ciudades son mayores, pero interiormente la naturaleza es la misma: cada cual en su agujerito. Son unos «trogloditas»; como en el pasado, están aislados, divididos, se muestran hostiles entre sí.
Hay que ir a buscar soluciones en lo alto, en el espíritu, en la luz. Mientras que los humanos intenten resolver los problemas sin esta luz, incluso las mayores transformaciones políticas, sociales, etc., no serán verdaderamente eficaces; habrá siempre un germen de interés personal que irá contra el interés colectivo y que, poco a poco, contaminará todo el resto. Es preciso pues que consulten esta sabiduría eterna a la que consultan los Aghartianos y que yo siempre consulto, entonces ella les dirá qué hacer. Pero tampoco la Iglesia la consulta. La Iglesia incluso reemplaza el interés del Señor por su propio interés; y por ello la predicción de Fátima es terrible para ella. Pero la gente ya no cree en nada, son el interés y el dinero los que ocupan ahora el primer lugar.

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