enero 25, 2013

¿Cuándo volverán los “dioses” de Sumer?




Los dioses Anunnaki, ¿volverán? ¿Cuándo se producirá el retorno? Creemos que las profecías del Retorno se cumplirán. La pregunta sobre la fecha del retorno ha preocupado a la Humanidad desde hace más de dos mil años. Pero, ¿cuál será la señal del Retorno y qué nos traerá? ¿Será un acontecimiento feliz o, como ocurrió con el Diluvio, será el fin, tal como se indica en el Armagedón del Apocalipsis? ¿Será una catástrofe, tal vez nuclear, que afectará solamente al Próximo Oriente o será a escala mundial? Estas últimas posibilidades convierten estas profecías en un asunto de sobrevivencia de la Humanidad. Porque Armagedón es el nombre de un lugar específico en una tierra que ha estado bajo las amenazas de la aniquilación nuclear. En el siglo veintiuno a.C., una guerra de los reyes del este contra los reyes del oeste fue seguida por una hecatombe nuclear. Veintiún siglos después los miedos de la Humanidad fueron expresados en unos rollos, encontrados en una cueva cerca del Mar Muerto, que describen una “guerra de los Hijos de la Luz contra los Hijos de la Oscuridad’”. ¿Quiénes son estos Hijos de la Luz y estos Hijos de la Oscuridad? Su identificación se presta a múltiples elucubraciones.

De nuevo hoy, en el siglo veintiuno d.C. una amenaza nuclear amenaza el mismo lugar histórico. ¿Se repetirá la historia? Una conflagración aniquilante ha sido representada como parte del escenario del Fin de los Días en Ezequiel. Aunque unos misteriosos Gog y Magog se presentan como los principales instigadores en esa guerra final, la lista de los combatientes se dice que abarca a todas las naciones. Y el foco de conflagración serán ‘los moradores del Ombligo de la Tierra’ que, según la Biblia, son los habitantes de Jerusalén. Es realmente significativo que entre la extensa lista de Ezequiel de naciones involucradas en la guerra final (Armagedón), figure destacada Persia (hoy Irán), el mismo país que está involucrado en la producción de armamento nuclear con la que podría ‘barrer de la faz de la Tierra’ a la gente que habita Har-Megiddo.Megido, Mageddo o Meguiddó, es una colina de Israel, situada 90 km al norte de Jerusalén y 31 km al sudoeste de la ciudad de Haifa. Se conoce también como Har Megiddo (en hebreo) y Tell al-Mutesellim (en árabe). En tiempos antiguos, Megido era una ciudad importante, apareciendo su nombre en jeroglíficos egipcios y en escritura cuneiforme: en las “cartas de Amarna“; gozaba de una importante situación estratégica, pues dominaba una vía de comunicación primordial en el Valle de Jezreel, a la salida de los desfiladeros del Carmelo, al noroeste de Tanak y en el camino de esta ciudad al Tabor. Era una de las estaciones principales en el camino que seguían los ejércitos en dirección de Egipto a Siria. Tras la ocupación por los hebreos, fue situada en el territorio de Isacar, pero atribuida a la tribu de Manasés.

Sobre su situación, Jakut, geógrafo árabe del siglo XII, dice que “Ledjun es la antigua ciudad de Mageddo que recibió, bajo la dominación romana, el nombre de Legio“. En sus inmediaciones se entablaron tres célebres batallas, una durante el siglo XV a. C. Es un importante lugar arqueológico, un montículo con 26 estratos de ruinas de antiguos asentamientos, conocido por motivos históricos, teológicos y geográficos. Según se narra en la Biblia, este paraje, el Valle de Jezreel, será el escenario donde acontecerá el Apocalipsis (las Revelaciones) o la batalla final entre las fuerzas de la luz, dirigidas por Jesucristo, y las de las tinieblas, guiadas por Satanás o el Anticristo, durante el “Fin del Mundo“, la batalla definitiva de Armagedón. La expresión griega Har Ma·ge·don, tomada del hebreo y convertida en “Armagedón”, significa “Montaña de Megido”, o “Montaña de Asamblea de Tropas”.

Pero, ¿quiénes son Gog y Magog y por qué tal profecía de hace más de dos milenios suena tan actual? Armagedón, una guerra final de Gog y Magog, es además un elemento esencial en el escenario del Fin de los Días del libro profético del Nuevo Testamento, llamado Apocalipsis de San Juan. Relaciona a los instigadores de los sucesos apocalípticos con dos bestias, una de las cuales puede ‘hacer caer fuego del cielo a la tierra, a la vista de los hombres’. Sólo encontramos una posible enigmática clave para su identificación: “¡Aquí está la sabiduría! Que el inteligente calcule la cifra de la Bestia; pues es la cifra de un hombre. Su cifra es 666”. Muchos han intentado descifrar este misterioso número 666, suponiendo que se trata de un mensaje codificado perteneciente al Fin de los Días. Debido a que el libro fue redactado cuando comenzó la persecución romana a los cristianos, la interpretación aceptada es que el número era un código relacionado con el emperador Nerón, ya que el valor numérico de su nombre en hebreo (NeRON QeSaR) sumado da la cifra de 666. El hecho que haya ido a la plataforma espacial en Baalbek, posiblemente a inaugurar el templo de Júpiter, en el año 60 d.C. puede-ofrecer alguna pista.las profecías de Las Revelaciones son del futuro, uno debe concluir que Babilonia no es simbólico, sino que se refiere a una futura Babilonia que se verá envuelta en la guerra del Armagedón (Har-Megido, Monte Megiddo, en Israel). Una guerra que se desarrolla en la Tierra Sagrada de los Dioses. Si esta futura Babilonia corresponde al Irak actual, los versículos proféticos son sorprendentes, porque además de predecir eventos que llevan a la caída de Babilonia después de una espantosa guerra, predicen la partición de Babilonia (Irak) en tres partes, que es algo que se está planteando. Como el Libro de Daniel, el cual pronostica fases de tribulaciones durante los procesos mesiánicos, así Las Revelaciones trató de explicar las enigmáticas profecías del Viejo Testamento al describir una Primera Era Mesiánica con ‘una Primera Resurrección’ de mil años de duración, seguida por un reinado Satánico de mil años, cuando Gog y Magog se involucren en una terrible guerra, y una Segundo Era Mesiánica, seguida por otra resurrección y una ‘segunda venida’.

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