Zecharia Sitchin, fallecido el 9 de octubre del pasado año 2010, describió a Nibiru según la cosmología sumeria como el 12º planeta o el Planeta X. Nibiru sería según sus postulaciones el hogar de una raza alienígena denominada Anunnaki y fue el responsable también de la destrucción por colisión de uno de sus satélites con el planeta llamado Tiamat y de dicha colisión se formaría la Tierra y otros restos serían lo que en la actualidad es el Cinturón de Asteroides situado entre Marte y Júpiter. En 2008, un equipo japonés anunció que según sus cálculos, debía existir un planeta no descubierto a una distancia de unas 100 UA (unidades astronómicas) con un tamaño de hasta dos tercios del de la Tierra. Estos cálculos refuerzan la hipótesis de la existencia de un planeta X, pero nada hace pensar que su órbita pueda ser distinta a la del resto de objetos del cinturón de Kuiper.
Joaquín Amortegui Valbuena en su libro Hercólubus, o planeta rojo ubicó éste planeta en un supuesto sistema solar llamado Tylo que estaría acercándose a la Tierra y profetizando que produciría la hecatombe apocalíptica del fin de los tiempos. La diferencia estriba en que éste tendría un tamaño de ¡6 veces el de Júpiter! No se asusten porque la hipótesis de la destrucción de la Tierra por parte de Hercólubus no se sostiene ni con andamios ya que la fuerza de atracción que existe entre la Tierra y el Sol es de 3,32 x 1022 N mientras que la fuerza de atracción que existiría entre el supuesto Hercólubus y la Tierra, al encontrarse a 4 UA cuando supuestamente se produciría el desastre, sería de 1,25 x 1019 N, es decir, 2.656 veces menor que la que ejerce el Sol las 24 horas del día, los 365 días del año sobre nuestro planeta sin producir estragos; por lo que no afectaría de forma significativa a la Tierra ni siquiera en el supuesto caso de existir este planeta ficticio.
Con todo ésto vengo a explicar que la humanidad que está atemorizada por éste tipo de amenaza de momento para el 2012 ni posteriores no va a venir ningún planeta de éstas características en órbita cercana a la Tierra para que pueda influir de alguna forma causando destrucción. Sería más factible la caída de algún asteroide o meteorito como se vienen produciendo de forma habitual. A no ser que… en realidad el planeta que se acercase según las antiguas tablillas sumerias y como tal hogar de los Anunnaki fuese algo parecido a La Estrella de la Muerte tal y como describió George Lucas en su famosa obra Star Wars. Ésta hipótesis es tan válida como las anteriores sino más al tratarse en realidad de una gran nave espacial.
La Estrella de la Muerte tenía 160 km de diámetro (el tamaño de una luna pequeña) portaba un arma de superlaser capaz de destruir un planeta entero y otro tipo de escudos energéticos de protección y rayos tractores de alta potencia, nada escapaba de su alcance; contaba con una población de 25.984 soldados especiales, 87.001 oficiales imperiales, 368.685 auxiliares y más de 100.000 pilotos soldados y pasajeros civiles, un auténtico “minimundo”. Ésta estación espacial tiene un parecido asombroso con una de las lunas de Saturno llamada “Mimas”. ¿Estarían las antiguas civilizaciones describiendo un objeto como un planeta o luna tripulado realmente por una raza alienígena como los Anunnaki?
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