marzo 03, 2013

Los otros Triángulos de las Bermudas




El Mar de los Sargazos Este se encuentra en una porción del Océano Atlántico entre las islas de las Antillas Mayores (oeste) y las Azores (este). Se sabe que allí las algas proliferan (pertenecientes al género Sargassum). Estas algas, de color marrón, suben a la superficie en grandes cantidades, dando a ciertas áreas del Mar de los Sargazos un aspecto de una pradera. Otra cosa peculiar del mar de los Sargazos es el hecho de que siempre está en calma y, a pesar de estar en una alta latitud, el agua siempre esta inusualmente cálida. El mar de los Sargazos fue descubierto por Cristobal Colón el 16 de septiembre de 1492 en el primer viaje a América, cuando se encontraba a 1600 km de las Islas Canarias. Viendo las carabelas navegar en el medio de estas exuberantes manchas verdes, él pensó que estaba en las cercanías de la tierra y sondeo el fondo sin encontrarlo, aunque el uso una cuerda larga de 200 brazos. Unos días más tarde las hierbas fueron tan espesas que el mar parecía que se había coagulado, pero al oeste a los 72° meridianos las hierbas cesaron (curiosamente, los mismos datos proporcionados por Sanderson). Incluso Jules Verne escribió sobre el mar en su libro "Los grandes navegantes del siglo XVIII", llamandolo "un lago en el océano abierto". "Según Verne, la mítica Atlántida estaría justo en la parte inferior del Mar de los Sargazos. La zona en cuestión tiene una misteriosa reputación, la cual es de "secuestrar" a los tripulaciones de sus barcos, dejando las embarcaciones vacías mientras este continua su viaje. Uno de los más conocidos es el del barco mercante francés Rosalie, un barco construido en el año de 1838 con 222 toneladas de madera, que partió de Hamburgo y se dirigia a la Habana, Cuba La nave fue encontrada el 06 de noviembre de 1840 a la deriva fuera de la costa de Cuba, sin tripulación, incluso con sus velas desplegadas. El único sobreviviente fue un canario dentro de su jaula. El casco y su carga estaban completamente intacta, así que se descarta un ataque de piratas. Incluso los botes salvavidas estaban en el lugar.
No estaba claro el cómo las personas habían sido capaces de dejar el barco. Ni por qué uno quería arrojarse al mar. La tripulación desapareció misteriosamente, se esfumo, nunca se supo nada más en lo absoluto. En algún momento de septiembre o a principios de octubre de 1872, el Mary Celeste atracó en el muelle 44 del East River de Nueva York, preparándose para recibir un nuevo cargamento y una nueva tripulación. El 7 de noviembre de 1872, a las ordenes del capitán Benjamin Briggs, zarpa con una carga de alcohol perteneciente a Meissner Ackermann & Coin desde Staten Island, New York hacia Génova, Italia. Además de una tripulación de 7 miembros, llevaba al capitán y dos pasajeros, la esposa del capitán, Sarah E. Briggs (née Cobb), y su hija de dos años, Sophia Matilda. Diez personas en total. El 04 de diciembre de 1872 el bergantín fue avistado por otro barco, el Dei Gratia. El Mary Celeste fue localizada entre las costas de Portugal y las Azores y estaba a la deriva navegando a través del estrecho de Gibraltar. No había muestras de la presencia de la tripulación a bordo. Un grupo de marineros de la Dei Gratia fue enviado a bordo.
El Mary Celeste fue abandonada: la tripulación había desaparecido. La nave estaba en buenas condiciones, aunque estaba completamente chorreando de agua. Sólo una de las bombas estaba en operación y en la bodega había hasta un metro de agua. Algunas de las velas estaban rasgadas. Un trozo de barandilla había sido arrancado para lanzar el bote al agua. Esto, por lo menos, aclaraba la forma en que había desaparecido la tripulación: había abandonado el barco. Pero, ¿por qué? ¿Qué razones pudo tener un marino experimentado como Benjamin Spooner Briggs para abandonar un barco en perfectas condiciones metiendo a su mujer y a su hijita, con los siete miembros de la tripulación, en un bote pequeño y poco estable? Abandonar un barco es una medida desesperada, algo que sólo se hace cuando no hay otra alternativa; sin embargo, como declaró después uno de los tripulantes del Dei Gratia, el Mary Celeste estaba en condiciones de dar la vuelta al mundo. Entonces, ¿por qué fue abandonado? La carga de 1701 barriles de alcohol estaba intacta, aunque una vez en Génova, se descubrió que nueve barriles estaban vacías. A bordo había incluso reservas de alimentos y agua para seis meses. Los últimos registros de navegación encontrados en el barco informaban que habían llegado a Santa María en las Azores el 25 de noviembre. El bergantín fue conducido al puerto de Gibraltar por los hombres del Dei Gratia y posteriormente incautado por las autoridades británicas. Ninguno de los hombres que desaparecieron en el Mary Celeste fueron encontrados, nunca nadie supo los que les había sucedió. En 1873 se informó que dos botes salvavidas desembarcaron en las costas de España, uno contenia un curpo y una bandera de Estados Unidos, el otro que contienia cinco cuerpos. Sin embargo, estos cuerpos no lograron ser sido identificados.
Tierra del Fuego Otra trampa para los barcos y marineros esta representada por Tierra del Fuego, un archipiélago frente al extremo sur de Sudamérica. Durante su primer viaje alrededor del mundo comenzado en 1520, el famoso navegante Fernando de Magallanes avisto muchas luces móviles cerca del archipiélago. Algunos pensaron que se trataba de antorchas encendidas sobre balsas a la deriva. La idea inspiro al navegante que llamó a las islas "Tierra del Fuego". Las crónicas hablan de un terrible suceso que ocurrió muchos siglos más tarde y todavía permanece envueltas en misterio. En octubre de 1913, marineros a bordo de una nave británica avistaron un buque desconocido a la deriva. Cuando abordaron el barco, los marineros descubrieron que la cubierta estaba totalmente podrida, y con horror, descubrieron 20 esqueletos que supuestamente representaban lo que quedaba de la tripulación original. Los esqueletos fueron hallados sentado en la manera habitual, en la postura de quien participa en un largo - y aburrido - cruce de océano. Todos los bienes y equipos de la nave estaban intactas y nada fuera de lugar. Los documentos encontrados a bordo revelaron que la nave había dejado el puerto de Nueva Zelanda 23 años atrás, en dirección a Londres, con un cargamento de lana y carne congelada. ¿Qué pasó con la nave y su tripulación? eso sigue siendo un misterio. Sin embargo, encuentros con naves "fantasma" o cementerios flotantes no son tan raros en mar abierto.
El Triángulo de Michigan No sólo el mar mantiene secretos y lugares misteriosos. El lago Michigan, en Estados Unidos, por ejemplo, fue el escenario de numerosos avistamientos de objetos misteriosos y aviones fantasmas, según escribe Dwight Bower, un historiador marino, en su libro "Extrañas Aventuras de los Grandes Lagos". La leyenda del triángulo nació en 1937, cuando el capitán George Donner desapareció misteriosamente de la cabina del barco durante una entrega rutinaria de carbón en Michigan. Parece que el capitán había indicado que quería ser despertado cuando el barco llegé al puerto. Pero cuando sus hombres fueron a su camarote no pudieron encontrarlo, a pesar que su puerta estaba cerrada con llave desde el interior. Trece años después, el 23 de junio de 1950, el vuelo 2051 de la Northwest Airlines, un DC-4 en servicio entre Nueva York y Seattle con 55 pasajeros a bordo, desapareció en el suave aire en medio de la noche, cuando paso por el triángulo de Michigan a 1100 metros de altura. Al principio se pensaba que el avión se había estrellado en el lago, pero los buzos de investigación dieron resultados negativos. Incluso hasta hoy, no se ha encontrado los restos del naufragio. Solo habita el misterio Ocurrencias de tales acontecimientos misteriosos han dejado perplejos a los investigadores. Las misteriosas desaparición de barcos, aviones y personas han llevado a la gente a creer en la presencia de poderes sobrenaturales en esas regiones. La ciencia ha fallado al determinar si fue debido al propio error del ser humano o algún otro fenómeno natural, la causa de estos incidentes. Así que, si por cosas del destino estas pasando por algunos de estos misterioso lugares mientras lees este artículo, no te molestes en pedir a los guardias que hechen un ojo cauteloso por si se presenta algún calamar gigante. Mejor descansa y reflexiona sobre las palabras del poeta Henry Wadsworth Longfellow: ¿Quieres - así respondió el timonel - conocer el secreto del mar? ¡Solo quienes afrontan sus peligros pueden comprender su misterio!

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