Algunos verán deformidades, otros extraterrestres o alienígenas y otros, diferentes ramas evolutivas.
Los datos que se poseen sobre estos cráneos son incompletos, lo que hace difícil saber cuál fue el contexto en que pueden haber convivido con otros hombres, definir su antigüedad y cuál es su origen. Hay cráneos muy distintos entre sí, como si provinieran de diferentes especies, similares aunque con diferencias con el género humano.
Al publicarse por primera vez algunas fotos de estos cráneos en Internet, en la discusión que se generó de inmediato aparecieron muchos partidarios de la idea de que estas formas raras se deben a deformaciones intencionales de los cráneos que fueron aplicadas por razones rituales, estéticas o religiosas; una costumbre conocida de, por ejemplo, la antigua Nubia, Egipto y otras culturas. La deformación se producía en los niños desde muy pequeños, aplicándoles presión por medio de tablas, cintas de cuero, ataduras de tela y otros artefactos que, debido a la compresión constante, lograban que los cráneos se deformaran y crecieran con formas no usuales. Lo cierto es que cualquiera que sea el método que se aplique, el proceso lleva a cambiar la forma pero nunca el volumen, ya que la deformación, debiéndose a una compresión, jamás podría aumentar la capacidad craneana. Los cráneos deformados por estos métodos rituales mantienen la capacidad en centímetros cúbicos que se conoce en los humanos, mostrando deformaciones por presión en la frente, laterales y hasta la nuca. En cambio los cráneos de este estudio, con forma de cono por lo general, aunque hay otras clases de deformidades, no se parecen en nada a los resultantes de las maneras usuales de deformar los cráneos, un hecho que los antropólogos han aceptado.
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