Naves extraterrestres en la Tierra

¿Cómo viajaban estas naves extraterrestres? ¿Cuál era su fuente de impulsión?, eran los interrogantes más importantes que debían desentrañar los científicos y para ello lo primero era estudiar el panel de control de la nave.

Observaron dentro de la cabina un conjunto de paneles en los que se incluían diversos cuadrantes e instrumentos marcadores, tampoco permitieron a los investigadores arribar a alguna realidad por comparación con nuestros instrumentales. Sus símbolos se asemejaban más a una antigua escritura egipcia, con jeroglíficos indescifrables, o a ideogramas representativos de ideas o estructuras por medio de signos que a nuestros actuales fonogramas para producir el sonido.

Pero la más fantástica, la más formidable de las sorpresas que le deparó a los técnicos y científicos la nave extraterrestre, residió en la fuente de energía que impulsaba la astronave. Era ésta de una magnitud tal que dejó perplejos a todos los investigadores, ya que los innumerables mecanismos cibernéticos -que apenas pudieron ser descifrados- permitieron comprobar la forma en que era propulsada, vislumbrándose así una colosal hazaña científico/tecnológica de los pequeños seres siderales.

Impulsaban a sus artefactos mediante la energía cósmica, una fuente de energía electromagnética de tan alto poder que dejaba a los seres humanos muy atrás frente a sus conocimientos científicos. Hasta acá llegó la conferencia dictada por el mencionado en entradas anteriores, Doctor Silas Newton el 21 de noviembre de 1965 en la Universidad de Denver, Colorado, EE.UU.

Esta es una prueba sobre una de las naves que poseen los norteamericanos y la segunda de ellas fue la que cayó en las proximidades del lago Erie, del estado de Pennsylvania, el 10 de diciembre de 1966, pero de la que casi no se obtuvieron datos y los obtenidos no fueron lo suficientemente concretos como para ser incluídos aquí.

Rusia también poseería una nave de grandes dimensiones, cuyos detalles no se dieron a conocer ya que el 18 de octubre de 1967 fue creada la comisión investigadora presidida por Stolyerov Anatoli, General de la Fuerza Aérea, un entusiasta y defensor del tema como el astrónomo y doctor Fyodor Ziegel, el famoso escritor científico Alexander Kasantev y el ingeniero Arcady Tikhonoff, de los que la ciencia mundial espera que permitan hacer conocer los detalles de sus investigaciones.