abril 16, 2013

Naves extraterrestres en la Tierra..




El detalle que sorprendió a técnicos y científicos fue el de no encontrar en toda la estructura metálica de la nave señal alguna de soldadura o remachado, unión tan usual en las construcciones humanas o sea que la nave espacial parecía construida en una sola pieza de forma circular y sin ningún tipo de costura metálica visible que mostrara donde terminaba una parte y comenzaba la otra.
Ante este panorama los investigadores comenzaron sus trabajos a fin de poder penetrar dentro de la astronave para lo cual trataron de producir un boquete o algo semejante, ya que la pequeña escotilla ofrecía dificultades por sus reducidas dimensiones. Pero al pretender perforar el metal, se toparon con otra sorpresa: las mechas del tipo corriente de los taladros eléctricos se quebraron y al ser suplantadas por otros modelos de cortes y temples especiales, el resultado fue análogo al anterior.
Se utilizaron sopletes del tipo común y oxídrico, inclusive con mezclas especiales hasta obtener temperaturas de casi 5.250ºC y se obtuvieron los mismos efectos que los ya citados; en una palabra, el material con que estaba construido parecía indestructible. Posteriormente, al ser sometido a ensayos metalográficos en los laboratorios de pruebas, reveló un tipo de cohesión molecular tan extraordinario que indicaba una elaboración desconocida para la metalurgia terrestre.
Venciendo distintas dificultades que no se mencionan, los técnicos lograron finalmente introducirse por la pequeña escotilla rota, presentándose ante sus ojos un espectáculo completamente desolador. Seis pequeños cadáveres de tripulantes del disco volador aparecían en su interior, siendo su aspecto, morfológicamente, parecido al de los seres humanos.
Su muerte presuntamente debió haber ocurrido por efectos de la descompresión brusca de la atmósfera, al destruirse la escotilla faltante, la que estaba construida de un material similar a nuestro plástico pero de una dureza increíble. Los rostros de los cadáveres aparecían como quemados, suponiéndose que ello fue originado por el brusco contacto con nuestra atmósfera a velocidades fantásticas. Todos estaban vestidos en la misma forma, con una especie de buzo azul que les cubría por completo todo el cuerpo, salvo el rostro, que fue la parte afectada.
El material con que estaban construidos los buzos, demostró que no era de fibras naturales o sintéticas similares a los plásticos humanos, sino más bien de textura metálica pero dotado de una gran flexibilidad e imposible de destruir soportando perfectamente bien las llamas de sopletes oxídricos a 2.250ºC.
Pero lo que más interesaba a los científicos era determinar la mecánica de la nave y su instrumental, eso lo vamos a ver en la próxima entrada...
Fabio Zapata

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