diciembre 11, 2013

GÉNESIS DE LOS REYES DEL GRIAL 1




Mientras que la investigación para el antecesor de este libro, La Herencia del Santo Grial, se basó en el Nuevo Testamento, El Génesis de los Reyes del Grial se concentra en los tiempos del Antiguo Testamento, especialmente, en los primeros relatos de los libros del Génesis y del Éxodo.

Como se ha descubierto en estudios previos, los textos del Evangelio que han sido de dominio público por siglos, a menudo guardan poca relación con las historias de primera mano de la era con la cual se relacionan. 

El Nuevo Testamento, como lo conocemos, fue compilado por los Obispos del siglo IV para sustentar la recién manipulada fe cristiana y, en la misma manera, las escrituras del Antiguo Testamento se diseñaron para apoyar la fe hebrea emergente, en lugar de representar el hecho histórico. 

Claramente, uno tiene que volver a las escrituras pre-bíblicas para encontrar cualquier anomalía, pero el problema en términos bíblicos es que las primeras escrituras hebreas (las cuales fueron re-estructuradas muchos siglos después) fueron escritas solo entre los siglos VI y I AC, así que no es probable que sean completamente auténticas al relatar historias de millares de años antes. Ciertamente, es obvio que este es el caso porque, cuando estos libros fueron escritos inicialmente, su propósito expreso fue transmitir la historia de una religión que no surgió realmente hasta bien entrada la historia ancestral. 

La Biblia explica que la historia del linaje de sangre comenzó con Adán y Eva, de cuyo tercer hijo, Seth, evolucionó una línea que progresó a través de Matusalén, Noé y, eventualmente, Abraham, quien llegó a ser el gran patriarca de la nación hebrea. El texto relata que Abraham llevó a su familia hacia el oeste fuera de Mesopotamia (hoy en día Iraq) a la tierra de Canaán (Palestina), de donde algunos de sus descendientes se desplazaron a Egipto. Después de muchas generaciones, viajaron de regreso a Canaán donde, en su momento, David de Belén llegó a ser Rey de los reinos recién constituidos de Judea e Israel.

Si lo vemos como se presenta en las escrituras, esto es una saga fascinante, pero no hay por ningún lado nada que indique por qué la línea ancestral de David y sus herederos subsiguientes, era especial de alguna manera. De hecho, lo contrario es el caso; sus antepasados son presentados como una sucesión de buscadores errantes de territorio, que no se ha visto sean de importancia particular hasta los tiempos del mismo Rey David.

Su historia bíblica no aguanta una comparación con, digamos, los faraones contemporáneos del antiguo Egipto, pero de su importancia, se nos dice, viene del hecho que Abraham y sus descendientes, fueron designados como 'el pueblo elegido de Dios'. Esto, por supuesto, nos pone a dudar porque, según el Antiguo Testamento, su Dios solo los condujo por una cadena de hambrunas, guerras y dificultades generales, en lugar de actuar como su pastor misericordioso - una imagen que sólo es representada de vez en cuando.

Dado que el primer grupo de estos libros, posteriormente canónicos, se escribió mientras los judíos estaban en cautiverio en la Babilonia Mesopotámica del siglo VI AC, entonces es evidente que fue en Babilonia donde se guardaron los registros originales. De hecho, desde la época de Adán, digamos, a través de unas diecinueve generaciones hasta Abraham, toda la historia patriarcal hebrea fue mesopotámica. Más específicamente, la historia era de Sumeria, en la Mesopotamia meridional, donde los antiguos sumerios de hecho se refirieron a los prados del delta del Éufrates como el Edén.

Al investigar para el libro La Herencia del Santo Grial, se evidenció que constituían buenas fuentes de información de apoyo, los distintos Evangelios y textos que no fueron escogidos por los obispos para su inclusión en el Nuevo Testamento canónico - los libros que fueron estratégicamente ignorados. En forma similar, hubo libros que se excluyeron del Antiguo Testamento: los libros de Enoc y de los Jubileos, por ejemplo.

Un trabajo adicional, al cuál se le presta atención, específicamente en los libros del Antiguo Testamento de Joshua y 2-Samuel, es el libro de Jasher. Pero a pesar de la importancia aparente de Jasher para los escritores hebreos, no se incluyó en la selección final. También, el libro de los Números guía nuestra atención al libro de Las Guerras de Jehová, mientras que en el libro de Isaías, se nos lleva al libro del Señor. El mismo hecho que estas escrituras sean mencionadas en la Biblia, significa que deben ser anteriores al Antiguo Testamento. De hecho, todos son citados como importantes pero, por una razón u otra, los redactores vieron la oportunidad para excluirlos cuando se hizo la selección canónica.

A menudo nos hemos preguntado por qué el Dios bíblico de los hebreos los condujo por pruebas, tribulaciones, inundaciones y desastres cuando, de vez en cuando, él parece haber actuado con una personalidad bastante opuesta y misericordiosa. La respuesta es que, aunque aparentemente ahora es acogido en un contexto general como Dios Único por las iglesias judías y cristianas, hubo originalmente una diferencia clara entre las figuras de Jehová y El Señor. Ellos eran, en la práctica, deidades bastante diferenciadas. El dios al que llamaban Jehová, era tradicionalmente un Dios tempestuoso - un Dios de la ira y la venganza, mientras que el Dios al que se refirieron como El Señor, surge como un Dios de la fecundidad y la sabiduría.

En tiempos antiguos, la palabra hebrea prevaleciente para Señor era Adón, mientras que el aparente nombre personal de Jehová no se utilizó en absoluto. Venía de la raíz hebrea original YHWH (Yahweh), que significaba 'soy lo que soy' - una declaración que se le atribuye haber dicho Dios a Moisés en el monte Sinaí, centenares de años después de la época de Abraham. Sin embargo, la Biblia también aclara que el Dios de Abraham, fue llamado realmente El Shaddai, que significa Montaña Alta.

Jehová, por lo tanto, no era en absoluto un nombre. Los primeros textos se refieren simplemente a El Shaddai y a su contraparte Adón. Los cananeos llamaron a estos Dioses El Elyon y Baal, significando exactamente lo mismo: Montaña Alta y Señor. En las Biblia modernas, las definiciones Dios y el Señor son utilizadas y entremezcladas como si se refirieran al mismo personaje de Jehová, pero originalmente no era así. Uno era un dios vengativo (un aniquilador de personas), y el otro era un Dios social (un benefactor de personas). Adicionalmente, en contraste con las enseñanzas de la Biblia, varias tradiciones relatan que estos Dioses, ambos tenían padres, esposas, hijos e hijas.

A través de la era patriarcal, los hebreos emergentes intentaron apoyar a Adón el Señor pero, en cada giro, El Shaddai (El Dios tempestuoso Jehová) se vengaba con inundaciones, tempestades, hambrunas y destrucción general. Aún en los tiempos de cautiverio (alrededor del año 586 AC), la Biblia explica que Jerusalén fue derrocada por orden de Jehová. Entonces, decenas de millares de israelitas fueron tomados como rehenes en Babilonia, simplemente porque uno de sus reyes pasados (un descendiente del Rey David) había erigido altares en veneración de Baal el Adón.

Fue durante el transcurso de este cautiverio que los israelitas finalmente cedieron. Ellos decidieron, después de generaciones de apoyo de Adón , sucumbir al opuesto Dios de la ira, desarrollando una nueva religión sin temor de su retribución. Fue, de hecho, en este momento que el nombre aparente de Jehová apareció por primera vez - poco más de 500 años antes de la época de Jesús. A continuación, la Iglesia Cristiana también puso abordo a Jehová, llamándolo simplemente Dios, y todos los conceptos hasta ahora sociales de Adón, se desecharon totalmente. Las dos religiones fueron ambas de allí en adelante fe de temor, e incluso hoy en día sus seguidores se denominan como 'temerosos de Dios'.

Esto nos aporta el conocimiento de que, dentro de un panteón general de dioses y diosas (muchos de los cuales se mencionan realmente en la Biblia), había dos Dioses predominantes y opuestos. En culturas diferentes se les ha llamado El Elyon y Baal, El Shaddai y Adon, Ahriman y Mazda, Jehová y el Señor, Dios y el Padre - pero estos modismos no son nombres personales; todos ellos son definiciones titulares.

Para descubrir las identidades de estos Dioses, no debemos mirar más allá de donde originalmente se les registró como operativos. Al respecto, textos antiguos cananeos (descubiertos en Siria en 1.920) revelan que sus respectivas cortes estaban en el valle del Tigris y el Éufrates, en la Sumeria Mesopotámica – sobre el delta Edén del Golfo Pérsico.

Los registros escritos sumerios se pueden rastrear hasta el 3er milenio AC y en ellos se explica que los Dioses en cuestión eran hermanos. En Sumeria, el Dios tempestuoso quien eventualmente llegó a ser conocido como Jehová, se llamaba Enlil o Ilul-kur-gal (que significa el Alto de la Montaña) y su hermano, quien llegó a ser Adón el Señor, se llamaba Enki - un nombre muy apropiado porque Enki significa el Arquetipo.

Los textos nos informan que fue Enlil quien trajo el Diluvio; fue Enlil quien destruyó Ur y Babilonia, y fue Enlil quien se opuso constantemente a la educación y la iluminación de la humanidad. De hecho, un texto sirio original, relata que fue Enlil-Jehová quien arrasó las ciudades de Sodoma y Gomorra en el Mar Muerto - no porque fuesen guaridas de la maldad como se enseña generalmente, sino porque ellos eran grandes centros de sabiduría y aprendizaje.

Por otro lado, fue Enki, quien (a pesar de la ira vengativa de su hermano) otorgó a los sumerios acceso al Árbol del Conocimiento y al Árbol de la Vida. Fue Enki quien estableció la estrategia de escape durante el Diluvio, y fue Enki quien entregó las Tablas del Destino, honradas por todos los tiempos - las tablas de la ley científica que llegaron a ser los cimientos de las originales escuelas de misterios en Egipto.

Muchos libros mencionan la escuela hermética del Faraón Tutmosis III, quien reinó cerca del año 1.450 AC, pero generalmente no es sabido que la escuela que él heredó era la original Corte del Dragón, fundada por los sacerdotes de Mendes cerca del año 2.200 AC. Posteriormente, fue ratificado por la 12va dinastía de la Reina Sobeknefru como una Soberana Orden Sacerdotal, para ser llevada eventualmente desde Egipto a los Reyes de Jerusalén y los Príncipes del Mar Negro de Scythia. Hace alrededor de 600 años, el Rey Segismundo de Hungría reconstituyó la Orden, que existe hoy día como La Corte Imperial y Real de la Soberanía del Dragón, bajo los auspicios de la Casa de Vere de Anjou.

Los reyes de la primera sucesión (quienes reinaron en Sumeria y Egipto antes llegar a ser Reyes de Israel) al instalarse fueron ungidos con la grasa del Dragón: el cocodrilo sagrado. Esta noble bestia fue conocida en Egipto como el Messeh (del cual derivó el verbo hebreo "ungir") - y los Reyes de esta sucesión dinástica fueron conocidos como Dragones o Mesías (significando Los Ungidos). En tiempos del conflicto, cuando se unieron los ejércitos de los diferentes reinos, se escogió un líder general y fue llamado el Gran Dragón (el Rey de Reyes) o, como mejor conocemos el nombre en su antigua forma céltica, el Pendragón.

Un aspecto interesante de la palabra 'realeza' es que es idéntica a parentesco (N. Del T.: se refiere a las palabras en idioma inglés kingship y kinship respectivamente). En su forma original “kingship” era “kainship”, y el primer Rey de la sucesión Mesiánica era el Caín bíblico (Kain), la Cabeza de la Casa Sumeria de Kish. Al reconocer esto, uno puede ver inmediatamente una anomalía de origen en la historia tradicional del Génesis, pues la línea histórica hasta llegar a David y Jesús, no era en absoluto de Adán y el hijo de Eva Seth. Era del hijo de Eva, Caín, cuyos sucesores registrados (aunque se les da poco espacio en el Antiguo Testamento) fueron los primeros grandes reyes de Mesopotamia y Egipto.

Al leer la Biblia con este conocimiento en mente, entonces vienen a aparecer dos importantes características más. La enseñanza convencional cita generalmente a Caín como el primer hijo de Adán y Eva - pero no lo era; inclusive el libro del Génesis nos dice que no lo fue. De hecho, confirma cómo Eva le dijo a Adán que el padre de Caín era El Señor, quien era por supuesto Enki el Arquetipo. Aún fuera de la Biblia, en las escrituras del Talmud hebreo y el Midrash, queda bastante claro que Caín no era el hijo de Adán.

Así que, ¿qué más se nos ha enseñado equivocadamente acerca de este aspecto particular de la historia? El libro del Génesis (en su traducción inglesa) nos dice que Caín era 'un labrador del suelo' - pero esto no es en absoluto lo que los textos originales dicen. Lo que dicen es que Caín tuvo 'dominio sobre la tierra', que es un asunto bastante diferente cuando se considera su status de rey.

Los traductores de Biblia parecen haber tenido un problema constante con la palabra Tierra - a menudo traduciéndola como suelo, arcilla o polvo, en vez de reconocerla como relacionada con La Tierra. Aún en el caso de Adán y Eva, los traductores cometieron evidentes errores. La Biblia dice, 'Masculino y femenino los creó, y a él le llamó Adán'. Escrituras más antiguas utilizan la palabra más completa Adâma, que significa 'de la Tierra'. Sin embargo, esto no significaba que ellos estaban hechos de tierra; significa (como la Biblia Áncora hebrea explica en términos precisos) que ellos eran Terrícolas.

Hace alrededor de 6.000 años, Adán y Eva (conocidos entonces como Atâbba y Kâva - y llamados colectivamente el Adâma) fueron criados con propósitos de realeza por Enki y su esposa y hermana Nîn-khursag. Esto sucedió en una 'cámara de creación' la cual en los anales sumerios se le denomina la Casa de Shimtî (Shi-im-tî que significa 'aliento - viento - vida'). Adán y Eva ciertamente no eran las primeras personas en la Tierra, pero fueron los primeros de la sucesión real alquímicamente ideada. A Nîn-khursag se le llamó la Dama del Embrión, o la Dama de la Vida, y era la madre sustituta de Atâbba y Kâva, quienes fueron creados a partir de un óvulo humano fertilizado por el Señor Enki.

Fue a causa del título de Nîn-khursag, la Dama de la Vida, que a Kâva posteriormente le fue dada la misma distinción por los hebreos. De hecho, el nombre Kâva (Ava o Eva) en forma subsiguiente significó "vida". Hay un interesante paralelo aquí porque, en sumerio, el modismo La Dama de la Vida era Nîn-tî (Nin significa Dama, y tî significa Vida). Sin embargo, otra palabra sumeria, ti (con pronunciación más larga: "tii") significa 'costilla' - y fue en virtud de la confusión entre las dos palabras, tî y ti, por parte de los hebreos, que Eva llegó a ser incorrectamente asociada con la costilla de Adán.

Tanto Enki como Nîn-khursag (junto con su hermano Enlil - el posterior Jehová) perteneció a un panteón de Dioses y diosas conocidos como los Anunnaki, lo cual, en sumerio, significa 'el Cielo vino a la Tierra' (An-unna-ki). De hecho, la Gran Asamblea de los Anunnaki (llamada luego la Corte de los Elohim) se menciona realmente en el Salmo No. 82 del Antiguo Testamento, en donde Jehová hace su ofrecimiento de poder supremo sobre los otros Dioses.

Según la tradición del Dragón, la importancia de Caín era que él fue producido directamente por Enki y Kâva, así que su sangre era tres cuartos Anunnaki, mientras que sus hermanastros, Hevel y Satânael (mejor conocidos como Abel y Seth), eran menos de la mitad Anunnaki, siendo la progenitura de Atâbba y Kâva (Adán y Eva). La sangre Anunnaki de Caín era tan avanzada, que se dijo que la sangre de Abel, su hermano, era muy terrestre en comparación. Se relató en las escrituras que Caín 'surgió muy por encima de Abel', para que la sangre de su hermano fuera tragada por la tierra - pero esta descripción original fue completamente mal interpretada por la Biblia moderna, la cual ahora afirma que Caín 'se alzó contra Abel' y derramó su sangre sobre la tierra. Esto, no es de ningún modo lo mismo.

La historia ahora puede proseguir, considerando el más antiguo Escudo de Armas en la historia soberana - un título que denotaría el linaje Mesiánico del Dragón a lo largo de los tiempos. Los sumerios se referían a esta insignia como el el Gra-Al, pero la historia bíblica se refieren a él como la Marca de Caín. Esta Marca es presentada por la Iglesia moderna como si fuera una forma de maldición, pero en la Biblia no se le define así. El Génesis realmente cuenta que, habiendo discutido con Jehová sobre un asunto de observancia soberana, Caín temió por su vida. Consecuentemente, el Señor puso una marca sobre Caín, jurando una venganza séptupla contra sus enemigos. 

Nunca se ha comprendido completamente por qué Jehová habría decidido proteger a Caín, cuando fue él quien tuvo la queja contra Jehová. Pero el hecho es que Jehová no tomó esta decisión; la Marca sobre Caín fue puesta por el Señor - y el Señor (el Adón) no era Jehová sino el propio Padre de Caín, Enki.

Pocas personas piensan jamás piensan en cuestionarse acerca de los supuestos enemigos de Caín, como se los define en el Génesis. ¿Quiénes podrían haber sido? ¿De dónde habrían venido? De acuerdo a la Biblia sólo existían Adán y Eva, junto con sus hijos Caín y Abel – y aparentemente Caín mató a Abel. ¡Por lo tanto, si uno acepta el texto por lo que dice, no había más nadie que pudiera ser enemigo de Caín!

El Gra-Al sumerio, al cuál la tradición bíblica le llama la Marca de Caín, era un digno símbolo así como la Copa de las Aguas, o la Rosi-Crucis (la Copa de Rocío), y fue identificada en todos los registros (inclusive en los anales egipcios, fenicios y hebreos) como una Cruz roja vertical centrada dentro de un Círculo. A través de las eras fue desarrollada y embellecida, pero siempre ha permanecido esencialmente igual y se le reconoce como el símbolo original del Santo Grial.

Otra anomalía se presenta poco después en el Génesis, cuando se nos dice que Caín encontró esposa. ¿Quiénes en toda la tierra podrían ser los padres de ella, si Adán y Eva eran la única pareja viva? ¡Luego, sin ni siquiera afrontar esta anomalía, el Génesis procede a dar una lista de los descendientes de Caín! De todo esto se saca en claro, que ha sido editada información importante del relato del Antiguo Testamento. Simplemente, existía mucha más gente por esa época y no es difícil encontrar sus historias fuera de la Biblia. A parte de los registros sumerios, incluso textos antiguos hebreos y cristianos dan mucha más información al respecto. 

Para aumentar aún más la sucesión histórica de Caín, este se casó con su hermanastra, una princesa pura Anunnaki llamada Luluwa. Su padre era Enki y su madre fue Lilith, una nieta de Enlil. Aunque no nos da el nombre de la esposa de Caín, la Biblia da el nombre de su hijo menor Enoc (Henôch), mientras que los registros sumerios citan a su hijo mayor y sucesor real Atûn, quien quizás es más conocido como el Rey Etâna de Kish.

Se decía que Etâna 'caminó entre los Dioses' y fue alimentado de la Planta del Nacimiento (o el Árbol de la Vida como se le llama en el Génesis). De allí en adelante los reyes de esa línea, fueron denominados como las ramas del Árbol - y la palabra antigua para rama era 'klone' (clon). En tiempos posteriores, esta Planta o Árbol se redefinió como la Vid – y así el Gra-Al, la Vid y el linaje Mesiánico, llegaron a entrelazarse en la literatura del Santo Grial de las eras subsiguientes.

En virtud del cruce así concebido, esta sucesión real se modeló específicamente para liderazgo y, en todos los aspectos del conocimiento, la cultura, la conciencia, la sabiduría y la intuición, estaba altamente avanzada respecto a sus contemporáneos mundanos. Para conservar su sangre lo más pura posible, siempre se casaron con un pariente cercano, porque se conocía completamente que el gen predominante de la sucesión era portado por la sangre de la madre. Hoy en día a esto lo llamamos ADN Mitocondrial. Y así nació una tradición heredada por sus descendientes reales en Egipto, y por los posteriores gobernantes célticos de Europa. La verdadera realeza fue mantenida, fue transferida a través de la hembra y los matrimonios reales fueron por lo tanto, estratégicamente concertados con hermanastras maternas o primos de la línea maternal.

Habiendo llegado al punto dónde se menciona por primera vez la Planta del Nacimiento en los registros, estamos alrededor del año 3.500 AC, y es aquí donde comenzamos a aprender cómo fue alimentada oralmente la sucesión real desde los primeros días con suplementos corporales. Esta práctica original continuó por más de 1.000 años, hasta que el programa de alimentación se volvió completamente científico y alquímico.

Antes discutir la dieta real en detalle, vale la pena considerar por qué todos los personajes importantes de Sangre Real (los Sangréal) que progresaron a partir de Caín y sus hijos, fueron estratégicamente ignorados por los hebreos y por la Iglesia cristiana, en favor de promocionar una línea paralela menor, a partir de Seth, el hijo de Adán. ¿Por qué que la inmediata dinastía Cananea fue rehuida por los atemorizados discípulos de Enlil-Jehová?

En el libro del Génesis del Antiguo Testamento, las líneas de descendencia se dan a partir de Caín y de su hermanastro Seth, pero es de interés destacar, que los nombres detallados en las primeras generaciones son bastante similares en cada lista, aunque se dan en un orden diferente: Enoc, Jared, Mahalaleel, Matusalén y Lamec. En vista de esto, a menudo se ha sugerido que la línea descendiente desde Seth hasta el hijo de Lamech, Noé, fue creada por los compiladores de Biblia, para evitar mostrar la verdadera descendencia desde Caín hasta la época de Noé. Si este fuese el caso, entonces algo debe haber ocurrido durante la vida de Noé para causar que la historia ancestral fuese velada por los escritores posteriores, como de hecho es transmitido en la Biblia misma.

En esa etapa de la historia familiar, el vengativo Jehová aparentemente advirtió a Noé y a sus hijos contra la ingestión de sangre - un edicto que llegó a ser expresamente importante para el estilo de vida hebreo posterior. Desde hace mucho tiempo ha sido una acostumbrada práctica judía, colgar carne para que sangre antes de cocinarla y consumirla pero, por contraste, la fe cristiana se preocupa especialmente por la ingestión figurada de sangre. En la tradición cristiana, se acostumbra tomar el sacramento de la Comunión (la Eucaristía), en la que el vino se bebe del cáliz sagrado, representando simbólicamente la sangre de Jesús: la sangre de la Vid Mesiánica.

¿Podría ser, por lo tanto, que la costumbre cristiana moderna es un salto atrás involuntario a algún ritual lejano pre-Noé al que Jehová se opuso? Si ese es el caso, entonces ya que se sabe que el Cáliz es un símbolo enteramente femenino que ha sido emblemático de la matriz de los primeros tiempos (como se discutió en el libro La Herencia del Santo Grial), ¿podría esta sangre Mesiánica (ahora simbolizada por el vino) haber sido un extracto de sangre menstrual en los tiempos originales? 

La respuesta a estas preguntas es Sí, eso era precisamente la costumbre - pero no era tan insulso como quizás parezca. De hecho, pocos de nosotros pensamos en cuestionar las fuentes máximas de muchas de las medicinas y suplementos corporales que hoy en día se ingieren - y aquellos que son conocedores a menudo estarían reacios a decirnos. La hormona Premarin, por ejemplo, viene de la orina de yeguas preñadas, mientras que ciertas hormonas del crecimiento y la Insulina se fabrican del E. Coli - una bacteria fecal.

El extracto de sangre en cuestión era, en el primer caso, el de Nîn-khursag la hermana-esposa de Enki, la denominada Dama de la Vida. Era una esencia sagrada Anunnaki, definida como la más poderosa de todas las fuerzas vitales y se le veneraba como Fuego de Estrellas. Fue del vientre de Nîn-khursag que nació la línea real y fue su sangre, el divino Fuego de Estrellas, con el que la sucesión del Dragón se alimentó suplementariamente. En el antiguo Egipto, a Nîn-khursag se le llamó Isis y, bajo cualquier nombre, ella era la madre máxima de la línea Mesiánica, pues era suyo el gen de de la línea matriarcal que constituyó el comienzo de la realeza.

Vale recordar, por lo tanto, que el edicto bíblico de abstenerse de la sangre no provino de Enki el Sabio, sino de Enlil-Jehová, el Dios de la ira y la venganza que habría instigado el Diluvio, forzado el caos en Ur y Babilonia, y habría intentado engañar a Adán diciéndole que moriría si comía del Árbol del Conocimiento. Este no era un dios que le agradaran las personas y los registros sumerios son muy claros al respecto. De ahí que, si él prohibía la ingesta de sangre, no es probable que hubiese sido un edicto para el beneficio de Noé y sus descendientes; sino más probablemente para su detrimento.

En términos estrictos, el original Fuego de Estrellas era la esencia lunar de la Diosa, pero aún dentro de un entorno mundano cotidiano, la menstruación contiene las secreciones endocrinas más valiosas, especialmente la de las glándulas pineal y pituitaria . La glándula pineal del cerebro, se asoció en particular directamente con el Árbol de la Vida, pues de esta glándula diminuta, se decía que secretaba la esencia misma de la activa longevidad, conocida como soma - o como los griegos la llamaron, ambrosía.

En círculos místicos, la flor menstrual (la que tiene el flujo) (N.del T.: en idioma inglés la palabra Flow-er contiene las mismas sílabas que la palabra flor y también es la contracción de “ella la fluente”) por mucho tiempo se le ha conocido como la flor, y se le representa como un lirio o un loto. De hecho, la definición 'flor' es la misma raíz de la palabra moderna flor en el idioma inglés. En Sumeria antigua, las hembras claves de la sucesión real todas eran veneradas como lirios, teniendo nombres tales como Lili, Luluwa, Lilith, Lilutu y Lillette.

En la representación pictórica, el Dragón Mesiánico guarda poca relación con la bestia alada de la mitología occidental posterior que respira fuego. Era, en esencia, una serpiente de grandes fauces con cuatro patas – muy similar a un cocodrilo o un lagarto. Este era el Messeh sagrado cuyo nombre era Draco. Esta bestia soberana, era un símbolo divino de los faraones egipcios, un símbolo del Terapeutote egipcio en Karnak y Qumrân, mientras que también era la serpiente marina Bistea Neptunis de los Reyes Pescadores descendientes Merovingios en Gaul.

En las referencias a serpientes en textos hebreos antiguos, se usa la palabra nahash (de la raíz NHSH), pero esto no se relaciona con serpientes en la manera en que quizás nosotros las percibamos como víboras venenosas. Se relaciona con las serpientes en su capacidad tradicional de mensajeras de sabiduría e iluminación – pues la palabra nahash realmente significa "descifrar", "averiguar". Las serpientes, de una forma u otra, siempre se asociaron con la sabiduría y la sanación - con los Árboles de la Vida y del Conocimiento, siendo costumbre identificarlos con serpientes. De hecho, el emblema de muchas asociaciones médicas actuales es precisamente esta imagen de una serpiente enrollada alrededor de la Planta del Nacimiento - una representación mostrada en los relieves de la antigua Sumeria, como el propio símbolo personal de Enki.

En forma interesante, otro símbolo común para las organizaciones de atención médicas representan dos serpientes enrolladas, dando vueltas en espiral alrededor del caduceo alado de Hermes el Mago. En estos casos, el simbolismo verdadero del ritual del Fuego de Estrellas se transmite y este símbolo se puede trazar hasta el origen mismo de las escuelas alquímicas de misterio y las instituciones gnósticas. Los registros explican que el báculo central y las serpientes entrelazadas, representan la médula espinal y el sistema nervioso sensorial. Las dos alas superiores significan las estructuras ventriculares laterales del cerebro. Entre las alas, arriba de la columna vertebral, se muestra el pequeño nodo central de la glándula pineal.

La combinación de la pineal central y sus alas laterales por mucho tiempo se ha conocido el Cisne y en el conocimiento del Grial (como en algunos círculos del Yoga), el Cisne es emblemático del ser completamente iluminado. Este es reino máximo de la conciencia lograda por los Caballeros medievales del Cisne - como el personificado por figuras caballerescas tales como Parcival y Lohengrin.

La pineal es una glándula muy pequeña, con forma de pino cónico. Se sitúa en el centro del cerebro, aunque fuera de los ventrículos, y no forma parte de la masa cerebra como tal. Con el tamaño de un grano de maíz, el científico óptico francés del siglo XVII, René Descartes, pensó que era el asiento del alma - el punto en que la mente y el cuerpo se unen. Los antiguos griegos pensaban igual y en el siglo IV AC., Herofilo describió a la glándula pineal como un órgano que regula el flujo de los pensamientos.

En los días de la antigua Sumeria, los sacerdotes de Anu (el padre de Enlil y Enki) perfeccionaron y elaboraron un ramificada ciencia médica en base a sustancias vivas, siendo un componente esencial el Fuego de Estrellas menstrual. En el primer caso, fue esencia lunar Anunnaki pura llamada el oro de los dioses, con la que se alimentaba a los reyes y reinas de la sucesión del Dragón. Más tarde, sin embargo, en Egipto y el Mediterráneo, los extractos menstruales se recolectaron ritualmente a partir de sacerdotisas vírgenes sagradas, quienes eran veneradas como las Mujeres Escarlata. De hecho, la misma palabra ritual, tiene su origen en esta práctica y en la palabra ritu (rubor), lo que definía la ceremonia sagrada.

Desde luego los suplementos hormonales, son utilizados por el estamento actual órgano-terapéutico, pero sus secreciones inherentes (tales como la melatonina y la serotonina), se obtienen a partir de glándulas disecadas de órganos muertos y carecen de los elementos realmente importantes que sólo existen en la fábrica glandular del humano vivo.

En el simbolismo del fuego de la antigua alquimia, el color rojo es sinónimo del metal oro. En algunas tradiciones (inclusive los tantras hindúes), al rojo también se le identifica como negro. De allí que la diosa Kali se dice que es roja y negra. Sin embargo, la herencia original de Kali era sumeria, y se decía que era Kalimâth, la hermana de Luluwa, la esposa de Caín. Kali era una de las primeras princesas de la casa del Dragón y por su asociación con el Fuego de Estrellas, ella llegó a ser la diosa del tiempo, las estaciones, los períodos y los ciclos.

Por lo tanto en los primeros días, los metales de los alquimistas no eran metales comunes, sino sustancias vivas, y los misterios ancestrales eran de naturaleza física, no metafísica. De hecho la palabra 'secreto' tiene su origen en el conocimiento oculto de las secreciones glandulares. La verdad era el ritu, del cual no sólo se deriva la palabra ritual, sino también las palabras raíz y rojo. El ritu, se decía, se revela como materia física en la forma del más puro y noble de todos metales: el oro, el cual se creía representaba la verdad máxima.

Así como la palabra secreto tiene su origen en la traducción de una antigua palabra, así también otras palabras relacionadas tienen bases similares. En el antiguo Egipto, la palabra Amén se utilizaba para significar algo oculto o escondido. La palabra oculto significa lo mismo: 'Escondido de la vista' - y aun hoy en día utilizamos Amén, para concluir las oraciones y los himnos, mientras que algo oculto se cree que es siniestro. Sin embargo, en términos reales, ambas se relacionan con la palabra secreto, y las tres estaban de una u otra forma conectadas con la ciencia mística de las secreciones endocrinas.

Puesto que a Kali se le asociaba con el negro, la palabra inglesa 'coal' (N. del T.: ‘carbón’) - que denota aquello que es negro - también proviene del nombre Kali a través de la palabra intermedia kol. En la tradición hebrea, Bath-Kol (la contraparte de Kali), se le llamaba la Hija de la Voz, y se decía que la voz se originaba durante la pubertad femenina. De allí que el vientre se asociaba con la voz enigmática y se decía que el Fuego de Estrellas era la Palabra oracular del Vientre. 

Por lo tanto, el vientre era el “utterer”, (N. del T. divulgador), o el útero.

A las Mujeres Escarlata se les llamó así por ser una fuente directa del Fuego de Estrellas sacerdotal. Fueron conocidas en Grecia como las hierodulai (mujeres sagradas) - una palabra que luego se transformó (mediante el francés medieval al inglés) a “harlot”. En la lengua germánica original se les conoció como horés, lo cual fue luego anglificado a “whores” (N. del T. harlot y whores, significan prostituta, ramera). Sin embargo, la palabra originalmente significaba simplemente, 'amadas'.

Como se explica en los buenos diccionarios etimológicos, estas palabras eran descripciones de una alta veneración y nunca fueron intercambiables con tales definiciones de prostituta o adúltera. Su asociación, ahora común, era de hecho, una estrategia completamente inventada por la Iglesia romana medieval, en su propuesta para denigrar del noble estatus de las sacerdotisas sagradas.

La retirada del dominio público, del conocimiento de la tradición genuina del Fuego de Estrellas, ocurrió cuando la ciencia de los primeros gnósticos y posteriores adeptos, fue suprimida por los falsificadores de la cristiandad histórica. Una cierta cantidad de la gnosis (el conocimiento) original, se preserva en el saber talmúdico y Rabínico pero, en términos generales, los judíos y cristianos convencionales hicieron todo lo que pudieron para distorsionar y destruir todas las huellas del arte antiguo.

Además de ser el Oro de los Dioses, al menstruo Anunnaki también se le llamó el Vehículo de Luz, siendo la máxima fuente de la manifestación y, en esta consideración, se equiparó directamente con las Aguas Místicas de la Creación - el flujo de la sabiduría eterna. Fue por esta razón, que la Rosi-Crucis (Copa de las Aguas) se convirtió en la Marca de Caín y en el símbolo subsiguiente de la sucesión real. Se decía que la Luz quedaba inactiva en una persona espiritualmente dormida, pero que podía despertarse y motivarse por la energía espiritual de la auto-voluntad y por la auto-búsqueda constante. Esto no es un proceso mental obvio, sino realmente una conciencia de libre pensamiento: un plano amorfo del ser puro o conocimiento.

Fue este mismo concepto de auto-compleción lo que trajo el mayor problema para Enlil-Jehová. En contraste, su hermano Enki supo que los humanos que comían del Árbol del Conocimiento (la sabiduría Anunnaki) y de la Planta del Nacimiento (el Fuego de Estrellas Anunnaki) podían llega a ser casi como Dioses. Aún, se dice que Jehová habría reconocido esto y el Génesis sostiene que cuándo Adán había tomado la fruta del Árbol, Jehová dijo, 'Mirad, el hombre ha llegado a ser como uno de nosotros'.
Traducción: Carlos Estrada / Ana Indriago
Conferencia de Sir Laurence Gardner,
Titulo en ingles: Genesis Of The Grail Kings

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