abril 12, 2012

LAS RUNAS DE KENSINGTON....




Existen varios argumentos que se han sostenido como pruebas para demostrar la llegada de vikingos a las costas de dicho país en fechas precolombinas, hecho que ha provocado aún más controversias. Por ejemplo, una presunta prueba es la Kensington Runestone (PIedra de las Runas de Kensington.): mientras que los paleografólogos y filólogos indican que se trata de un bulo y que las inscripciones no son auténticas, dos prestigiosos geólogos sostienen su autenticidad basándose en la edad de la piedra y de las incisiones.Las runas de Kensington que supuestamente es un objeto vikingo del siglo XIV, encontrado en Norteamérica. Hacia finales del otoño de 1354 el rey Magnus Erikson, primer gobernante de los reinos combinados de Noruega y Suecia, comisionó a Knutson, un "decidor de leyes" o juez y uno de los hombres más prominentes de su corte, para reclutar una expedición destinada a salvar las almas de una desaparecida colonia noruega en la costa oeste de Groenlandia. Presumiblemente el grupo zarpó a principios de la siguiente primavera. No se volvió a tener noticias de ellos. El segundo hecho: Cincuenta años atrás [1898] una laja de piedra aferrada por las raíces de un árbol fue hallada por un residente sueco cerca de Kensington, Minnesota. Sobre ella, grabado en letras rúnicas, llevaba lo que pretendía ser un mensaje a la posteridad. Registraba la masacre de un grupo de exploradores por parte de los indios. Suponiendo que la reliquia sea genuina, estos exploradores deben haber sido miembros de la expedición de Knutson. La fecha en la inscripción era 1362.El tercer hecho: Hace unas pocas semanas la laja fue ubicada en el gran hall del Instituto Smithsoniano, en Washington. El Dr Matthew W. Stirling, Jefe de la Oficina Gubernamental de Etnología Americana (Government's Bureau of American Ethnology), la llamó "probablemente, el más importante objeto arqueológico encontrado hasta ahora en Norte América."Cuando fue descubierta, en primer lugar, en general la piedra fue denunciada como un fraude ingenuo. En el medio siglo que pasó desde su descubrimiento, las mayores objeciones han sido contrarrestadas con evidencia corroborativa. Por más de diez años, descartada y desacreditada por los estudiosos, la reliquia fue usada como losa en el piso del barroso granero de una granja. Las mismas características que una vez hicieron que los expertos la denunciaran como fraude se citan ahora como testimonio de su autenticidad.El caso completo depende, por supuesto, de la autenticidad de esta laja de piedra gris que el muy conservador Smithsoniano acaba de colocar entre sus más grandes tesoros. Fue en el verano de 1898 que Olof Ohman, joven inmigrante sueco, propietario de tierras cerca del pueblo de Kensington, en el Condado de Douglas, Minnesota, desenterró el tocón de un álamo en la orilla de una ciénaga.Aprisionado en sus raíces había una pieza plana, en forma de lápida, de roca basáltica gris, una de las duras piedras sedimentarias de origen glaciar comunes en la región. Tenía el tamaño aproximado de una lápida en un cementerio rural sueco. Talladas en una cara y un borde de esta piedra había extrañas letras.Todo esto tenía poco sentido y poco interés para el granjero Ohman. Era un hombre estólido y poco imaginativo. El carácter de Ohman tiene importancia en el esfuerzo por validar la reliquia. Las circunstancias del descubrimiento de la piedra están registradas en una declaración jurada que Ohman hizo ante el Juzgado de Paz local. Si Ohman hubiese sido un parlanchín o un estudiante de Historia especialmente si él hubiese intentado alguna vez hacer algún dinero con su hallazgo podría haber habido motivos para sospechar. Pero era la clase de hombre que tiene poca inclinación y aún menos capacidad para cometer un fraude.Le contó a algunos vecinos acerca de la extraña piedra. A sugerencia de ellos la entregó al banco local en su siguiente viaje de aprovisionamiento a la sede del Condado. El banquero tenía un intenso interés en las antigüedades locales y, a su vez, envió la reliquia a la Universidad de Minnesota, en Minneapolis. Allí el Profesor O. J. Breda, uno de los más destacados estudiosos escandinavos en América, pudo descifrar la mayor parte de la inscripción sin gran dificultad. Las letras eran runas nórdicas, el curioso primer alfabeto de los pueblos Germánicos derivado de alguna forma indirecta de las letras de los Griegos y Romanos. Algunos de esos símbolos no significaron nada para Breda. En su traducción, dejó espacios cada vez que no entendía. Se sabe ahora que representaban números.

Esta es la traducción actualmente aceptada:

[Somos] 8 Goths [suecos] y 22 noruegos en [un] viaje de exploración desde Vinland a través (o cruzando) el Oeste. Hemos acampado junto a (un lago con) dos skerries [islas rocosas] a un día de viaje al Norte de esta piedra. Salimos y pescamos un día. Después de que volvimos a casa [nosotros] encontramos 10 [de nuestros] hombre rojos de sangre y muertos. AV[e] M[aría], salva[nos] del mal. [Nosotros] tenemos 10 de (nuestro grupo) junto al mar para cuidar de nuestros barcos(o barco) a 14 días de viaje desde esta isla. Año 1362.

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