abril 18, 2012

REBELIÓN EN EL CIELO....(2)




Lo que sí está claro es que, cumplidos los siete días de la creación y terminada la obra de Dios, todo era luz y ningún espíritu de la oscuridad enturbiaba el Paraíso. Solo había ángeles. ¿Qué ocurrió? En los textos quedan los vagos ecos de una batalla entre los ángeles, de una afrenta contra el Creador y de una rebelión celeste por parte de un grupo de espíritus descontentos. En Génesis 6:1-2 se lee: “Cuandolos hombres empezaron a multiplicarse en la Tierra y les nacieron hijas, los hijos de Dios vieron que las hijas de los hombres estaban bien y tomaron para sí las que más les gustaban”. Los “hijos de Dios”, es decir, los ángeles, tomaron para sí a las hijas de los hombres, haciéndolas sus esposas. Y a Yahvé eso no le gustó nada, ya que decidió de inmediato reducir la duración de la vida humana a 120 años, además de provocar el Diluvio Universal para que las aguas terminaran con aquella abominación de la carne. Importante castigo. A la violencia de las aguas solo sobrevivió Noé con su familia. Y, en cuanto a la longevidad, hay que tener en cuenta que en la etapa previa al Diluvio los humanos superaban los 900 años de edad. Matusalén, por ejemplo, cumplió 969. Hay que ir al Libro de Enoch, conocido también como Libro de los guardianes, para saber los detalles de esta rebelión, organizada precisamente por los vigilantes o ángeles guardianes. Ocurrió en tiempos de Jared, cuando ya habían pasado siete generaciones desde Adán y Eva. Cuenta Enoch que 200 ángeles guardianes, atraídos por la concupiscencia y por la carne que veían en los cuerpos hermosos de las humanas, abandonaron sus obligaciones para aparearse con ellas. De esa cópula imposible y antinatural entre el espíritu y la materia nacieron los nefilims, unas criaturas gigantescas y terroríficas que practicaban la antropofagia, el canibalismo y el vampirismo. Según aclara el apócrifo La vida de Adány Eva, la rebelión se amplió cuando el arcángel Miguel, siguiendo instrucciones del Creador, exigió a todos los ángeles que prestaran obediencia al hombre. Un gran número de ángeles se negó a hacerlo. Voces tan cualificadas como las del evangelista Juan y la de Santo Tomás de Aquino afirman que una tercera parte de todas las jerarquías angélicas se sumó a la sublevación. Así empezó la gran batalla entre el bien y el mal y así surgieron los demonios, que no son otra cosa que los ángeles caídos y su descendencia. Lo advierte Enoch en su libro: “Y ahora los gigantes que han nacido de los espíritus y de la carne serán llamados en la Tierra `espíritus malignos´ y sobre la Tierra estará su morada”. El Diluvio terminó, efectivamente, con sus cuerpos, pero sus espíritus sobrevivieron. En ese primer enfrentamiento masivo entre la luz y la oscuridad se distinguieron algunos de los ángeles rebeldes. Por ejemplo, Shemihaza, cabecilla de los 200 guardianes sublevados. Bajo su mando, al frente de una escuadra, estaba Azazel, demonio citado en el Levítico. También destacaron ciertos ángeles de la luz. Sobre todo, los arcángeles. Siguiendo las órdenes del Creador, Miguel anunció a Shemihaza que perecerían todos los rebeldes que se habían unido con mujeres, al igual que su descendencia. Y Rafael encadenó a Azazel de pies y manos y lo arrojó a las tinieblas, y sobre él echó “piedras ásperas y cortantes”. Y Gabriel hizo desaparecer a los hijos de los vigilantes enfrentándolos en una “guerra de destrucción”. En cualquier caso, los espíritus de los demonios quedaron esparcidos por la Tierra y el mundo se dividió entre la luz y la oscuridad.................

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