Hace algunos años un connotado periodista científico de la ex Unión Soviética G.
N. OSTRUNOV, se presentó en el MUSEO DE SALZBURGO solicitando que le mostrasen
el paralelepípedo que el DOCTOR GURLT, había descubierto y dado a la publicidad
en el artículo “FOSSIL METEORITE FOUND IN COAL” en la REVISTA NATURE páginas 35
y 36, 1886, en una mina de carbón del período terciario en ALEMANIA, es decir
tenía millones de años de antigüedad, y no obstante la longevidad del objeto,
éste había sido trabajado con una máquina.
Cuando el periodista soviético
hizo su solicitud; no fue tratado con la cortesía debida y le dijeron que el
cubo, quizá se había extraviado durante la SEGUNDA GUERRA MUNDIAL y que no
existía ninguna prueba de su existencia.
No obstante la negativa, según los
miembros de la ACADEMIA DE CIENCIAS que lo examinaron, aseguraron que se trataba
de un objeto que tenía casi la forma de un cubo, en el que dos de sus caras
opuestas estaban ligeramente redondeadas, medía 67 por 47 milímetros, pesaba 785
gramos y tenía una incisión bastante profunda hasta la mitad de su
altura.
Estaba compuesto de acero duro al níquel y al carbono.
No tenía
suficiente azufre para que fuese PIRITA que es un elemento natural.
Mientras
unos investigadores, sostenían que se trataba de un meteorito fósil, otros
aseveraban que era un meteorito reelaborado.
Pero, ¿Por quién? ¿Por los
dinosaurios? Por fin se llegó a la conclusión que se trataba de un objeto
elaborado artificialmente.
Aunque nunca se aclaró por quien, razón por lo que
fue llevado al MUSEO DE SALZBURGO, pero cada vez se habló menos de él.
En
1910, se pudo constatar que ya ni siquiera figuraba en el inventario del
museo.
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