Los extraterrestres vivieron en el Cusco y llegaron en un ovni
(objeto volador no identificado) antes de la época inca, según la hipótesis que
maneja el antropólogo cusqueño Renato Dávila Riquelme sobre los dos
extraños cuerpos momificados que se exhiben en la ciudad
imperial.
El antropólogo Renato Dávila dijo que el experto
en ovnis de Lima, Dante Ríos, llegó a Andahuaylillas para iniciar un estudio de
los seres hallados en dicha zona. Pero no sólo eso, dice que estos seres
extraños no sólo habrían ayudado a construir la capital del Tahuansinsuyo, sino
el majestuoso santuario de Machu Picchu. Anota que llegaron con un avanzado
conocimiento y se convirtieron en una especie de asesores o consejeros de
nuestros antepasados.
"Y entonces es posible que hayan ayudado a construir
Cusco porque la tecnología que se usó en nuestra tierra inca no existe en
ninguna parte del planeta. Su arquitectura está hecha al revés y todos los
cimientos para unir los enormes bloques de piedra no tienen cemento. ¿Cómo se
explica eso?", se preguntó en comunicación telefónica con OJO.
Es más, afirmó
que cada movimiento sísmico consolida más las bases de las rocas. "No se cae ni
se destruye, más bien se afianza", agregó.
Dávila Riquelme insistió en que son
humanoides porque sus características físicas no se asemejan a ninguna especie
humana ni etnia de la zona.
Además, cuando se dio el hallazgo en junio de
2009, junto a su hija Liliana Dávila Jurado, también
antropóloga, en el cerro Wiracocha, a dos kilómetros de la ciudad de
Andahuaylillas (Cusco), ubicado a más de 3,250 metros sobre el nivel del mar,
encontraron muy cerca de los cuerpos dos meteoritos de 15 toneladas de peso que,
según él, aún siguen en el lugar.
"Cuando lo ví quedé impresionado y lo
primero que pensé es un extraterrestre, por la forma del cráneo", opinó tras
lamentar que cuando los hallaron en una tumba se dieron cuenta de que fueron
huaqueados y por ello estaban desnudos.
Recogieron a ambos seres momificados
y los llevaron al museo privado Ritos Andinos y desde entonces están en
exhibición al público.
Ambos están en posición fetal, pero uno de ellos, de
50 centímetros, tiene su cráneo triangular pronunciado. El ojo derecho presenta
restos de globo ocular y su análisis de ADN permitirá determinar sus
características genéticas; la cavidad del ojo izquierdo está vacía. Su quijada
es bastante amplia y con hendiduras que no corresponden a la de los seres
humanos.
La segunda momia, de 30 centímetros, presenta similares
características, aunque está incompleta. No tiene rostro y está cubierta por una
capa fina similar a la placenta.
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