Existieron realmente los Diose anfibios
En la tradición, los hombres-pez, compañeros de las
sirenas, son conocidos como tritones. La sociedad de estos seres es marcadamente
patriarcal. Sus poblados están instalados en acantilados y arrecifes,
construidos con corales y conchas marinas.
Se dice que los hombres pez son reales, y que
descienden de nuestros ancestros distantes que llegaron a la playa desde el mar.
Los hombres pez
descenderían de los ancestros que, o bien permanecieron en el mar, o bien
decidieron retornar a él.
Los embriones humanos tienen branquias que por
lo general desaparecen antes de nacer.
Los cuentos y leyendas de sirenas
del mar y tritones se remontan a la antigüedad y hacen parte del folclore de
casi todos los países del mundo. A lo largo de los siglos, los hombres-pez han sido vistos por
testigos de reconocida integridad. y siguen viéndose en la actualidad.
La
leyenda del hombre-pez de Liérganes es una
leyenda española del siglo XVII, que el propio Feijoó incluyó en su Teatro
Crítico Universal (Madrid, 1771). La historia del Peje Nicolao de Sicilia es de
las leyendas más antiguas y conocidas acerca de hombres-pez, que se remonta al siglo
XII.
Otra deidad antigua con cola de pez fue Dagón, dios de los
filisteos, que figura en la Biblia: 1 Samuel 5: 1-4. El Arca de la Alianza fue
colocada junto a una estatua de Dagón en un templo consagrado a dicho dios en
Ashod, una de las cinco grandes ciudades-estado filisteas.
Según los dogon (en Mali), su conocimiento de Sirio B -a la que llaman «estrella
digitaria»- se lo dieron unos seres parecidos a peces llamados los Nommos, que
llegaron de Sirio hace miles de años
El primer tritón registrado por la
historia fue Ea, (Enki) un dios sumerio con cola de pez, más conocido como Oannes, una de las tres
grandes deidades de los babilonios. Ejercía dominio sobre el mar y también era
el dios de la luz y de la sabiduría, además de haber sido quien llevó la
civilización a su pueblo. Oannes fue originalmente el
dios de los acadios, un pueblo semita del extremo norte de Babilonia. Esta
información la facilitó Beroso, un sacerdote caldeo de Bel que vivió en
Babilonia en el tercer siglo a.C.
Queztálcoatl, Viracocha (en Perú), Oannes (el avatar de Visnú)
y Oannes (el hombre pez de Babilonia), los
Annunaki, los Nefelim de la Biblia. Los Nommo (del pueblo Dogon), son dioses
mitad pez.¿Son todos los
mismos civilizadores? ¿Forman parte todos ellos de una historia
común?.
En el siglo XIX, Paul Emil Botta, vicecónsul francés en Mosul,
Irak, y aficionado a la arqueología (si bien su interés primordial era el
pillaje) descubrió una escultura extraordinaria de Oannes que databa del siglo
VIII a.C., en el palacio del rey asirio Sargón II en Khorabad, cerca de Mosul.
La escultura de Oannes,
el hombre-pez, reposa en la actualidad
en el Museo del Louvre en París.
Beroso, un sacerdote de Bel Marduk, en
Babilonia, en la época de Alejandro Magno, tenia acceso a los informes
cuneiformes y pictográficos que se remontaban a varios miles de años anteriores
a el. Es importante citar la mayor parte del cuerpo de la leyenda en la forma
que se dispone hoy
En el primer año hizo su aparición, de la parte del
Golfo Pérsico que bordea a Babilonia, un animal dotado de razón, que se llamaba
Oannes. Todo el cuerpo
del animal era como el de un pez, y tenia debajo de una
cabeza de pez otra cabeza
humana y también pies abajo, como los de hombre, unidos a la cola de
pez.
Su voz y
también su lenguaje era articulado y humano (su representación se conserva
incluso hoy en sellos cilíndricos Asirios del siglo IX a J.C., que se encuentran
el el departamento de Asia antigua del Museo de Berlín).
Este ser,
durante el día solía conversar con los hombres; pero no tomaba ningún alimento
en ese tiempo y les enseñaba letras y ciencias y toda clase de artes. Les enseñó
a construir casas, fundar templos, a recopilar leyes y les explicó los
principios de la geometría, Les enseñó a distinguir las semillas de la tierra y
a recoger frutos.
EL HARI-PURANA, y muchos otros libros sagrados de la
INDIA, afirman claramente que VISHNU tomó la figura de PEZ con cabeza humana, a
objeto de rescatar los VEDAS perdidos en el Diluvio.
Y fué OANNES, AVATAR DE
VISHNU, QUIEN logró que el INICIADO VISVAMITRA y su familia, construyeran el
ARCA o ARGHA, que les permitió sobrevivir al cataclismo, y OANNES permaneció junto a
los sobrevivientes.
OANNES se mantuvo con figura
de PEZ y cabeza humana, y
durante todo el tiempo, y cada día al ponerse el sol, se sumergía al fondo de
las aguas hasta la aurora siguiente.
Esta alegoría del AVATARA DE VISHNU,
OANNES, se la observa en
el TEMPLO DEL DIOS RAMA, en figura de hombre que sale de la boca
de un pez con los VEDAS
en la mano, después de haberlos recobrado de las aguas del diluvio.
Esta
misma versión se la encuentra en los Antiguos Manuscritos CALDEOS, en donde,
propiamente en la patria de UR, OANNES fue conocido como
DAGON. DAGON, u OANNES,
que es el mismo KNEPH del antiguo Egipto que descansa sobre una serpiente de
SIETE CABEZAS.
Las historias relativas al dios pez Oannes presentan un curioso
parecido con las de Viracocha y Kon-Tiki.
Viracocha o el dios Kon-tiki
recibe el nombre de Queztálcoatl en Perú o en México. Tienen en común que ambos
eran barbudos y ambos surgieron del mar. Prohibieron los sacrificios humanos.
Ambos fueron civilizadores.
Robert Temple señala que los Nommos
-los dioses anfibios de quienes los dogon afirman haber recibido su conocimiento
de Sirio B- se parecen mucho a los anfibios extranjeros que, según el
historiador Beroso, fundaron la civilización babilónica y cuyo líder se llamaba
Oannes.
Le
Plongeon indicó el parecido entre el nombre de este dios y la palabra maya
oaana, que significa «el que tiene su residencia en el agua». Si está en lo
cierto, esto parecería una argumento favorable a la existencia de una conexión
entre América Central y las tierras del Oriente Medio.
Al igual que Brasseur, Le Plongeon citaba el mito mesopotámico según el
cual la civilización fue traída al mundo por unos seres procedentes del mar que
se llamaban oannes, y
señaló que la palabra maya oaana significa «el que vive en el agua». De hecho,
Le Plongeon dedicó mucho espacio a hablar de las similitudes entre la lengua
maya y las lenguas antiguas del Oriente Medio
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