junio 12, 2012

El mito de Oannes, el hombre pez


Existieron realmente los Diose anfibios
En la tradición, los hombres-pez, compañeros de las sirenas, son conocidos como tritones. La sociedad de estos seres es marcadamente patriarcal. Sus poblados están instalados en acantilados y arrecifes, construidos con corales y conchas marinas.
Se dice que los hombres pez son reales, y que descienden de nuestros ancestros distantes que llegaron a la playa desde el mar. Los hombres pez descenderían de los ancestros que, o bien permanecieron en el mar, o bien decidieron retornar a él.
Los embriones humanos tienen branquias que por lo general desaparecen antes de nacer.
Los cuentos y leyendas de sirenas del mar y tritones se remontan a la antigüedad y hacen parte del folclore de casi todos los países del mundo. A lo largo de los siglos, los hombres-pez han sido vistos por testigos de reconocida integridad. y siguen viéndose en la actualidad.
La leyenda del hombre-pez de Liérganes es una leyenda española del siglo XVII, que el propio Feijoó incluyó en su Teatro Crítico Universal (Madrid, 1771). La historia del Peje Nicolao de Sicilia es de las leyendas más antiguas y conocidas acerca de hombres-pez, que se remonta al siglo XII.

Otra deidad antigua con cola de pez fue Dagón, dios de los filisteos, que figura en la Biblia: 1 Samuel 5: 1-4. El Arca de la Alianza fue colocada junto a una estatua de Dagón en un templo consagrado a dicho dios en Ashod, una de las cinco grandes ciudades-estado filisteas.
Según los dogon (en Mali), su conocimiento de Sirio B -a la que llaman «estrella digitaria»- se lo dieron unos seres parecidos a peces llamados los Nommos, que llegaron de Sirio hace miles de años
El primer tritón registrado por la historia fue Ea, (Enki) un dios sumerio con cola de pez, más conocido como Oannes, una de las tres grandes deidades de los babilonios. Ejercía dominio sobre el mar y también era el dios de la luz y de la sabiduría, además de haber sido quien llevó la civilización a su pueblo. Oannes fue originalmente el dios de los acadios, un pueblo semita del extremo norte de Babilonia. Esta información la facilitó Beroso, un sacerdote caldeo de Bel que vivió en Babilonia en el tercer siglo a.C.
Queztálcoatl, Viracocha (en Perú), Oannes (el avatar de Visnú) y Oannes (el hombre pez de Babilonia), los Annunaki, los Nefelim de la Biblia. Los Nommo (del pueblo Dogon), son dioses mitad pez.¿Son todos los mismos civilizadores? ¿Forman parte todos ellos de una historia común?.
En el siglo XIX, Paul Emil Botta, vicecónsul francés en Mosul, Irak, y aficionado a la arqueología (si bien su interés primordial era el pillaje) descubrió una escultura extraordinaria de Oannes que databa del siglo VIII a.C., en el palacio del rey asirio Sargón II en Khorabad, cerca de Mosul. La escultura de Oannes, el hombre-pez, reposa en la actualidad en el Museo del Louvre en París.
Beroso, un sacerdote de Bel Marduk, en Babilonia, en la época de Alejandro Magno, tenia acceso a los informes cuneiformes y pictográficos que se remontaban a varios miles de años anteriores a el. Es importante citar la mayor parte del cuerpo de la leyenda en la forma que se dispone hoy
En el primer año hizo su aparición, de la parte del Golfo Pérsico que bordea a Babilonia, un animal dotado de razón, que se llamaba Oannes. Todo el cuerpo del animal era como el de un pez, y tenia debajo de una cabeza de pez otra cabeza humana y también pies abajo, como los de hombre, unidos a la cola de pez.
Su voz y también su lenguaje era articulado y humano (su representación se conserva incluso hoy en sellos cilíndricos Asirios del siglo IX a J.C., que se encuentran el el departamento de Asia antigua del Museo de Berlín).
Este ser, durante el día solía conversar con los hombres; pero no tomaba ningún alimento en ese tiempo y les enseñaba letras y ciencias y toda clase de artes. Les enseñó a construir casas, fundar templos, a recopilar leyes y les explicó los principios de la geometría, Les enseñó a distinguir las semillas de la tierra y a recoger frutos.
EL HARI-PURANA, y muchos otros libros sagrados de la INDIA, afirman claramente que VISHNU tomó la figura de PEZ con cabeza humana, a objeto de rescatar los VEDAS perdidos en el Diluvio.
Y fué OANNES, AVATAR DE VISHNU, QUIEN logró que el INICIADO VISVAMITRA y su familia, construyeran el ARCA o ARGHA, que les permitió sobrevivir al cataclismo, y OANNES permaneció junto a los sobrevivientes.
OANNES se mantuvo con figura de PEZ y cabeza humana, y durante todo el tiempo, y cada día al ponerse el sol, se sumergía al fondo de las aguas hasta la aurora siguiente.
Esta alegoría del AVATARA DE VISHNU, OANNES, se la observa en el TEMPLO DEL DIOS RAMA, en figura de hombre que sale de la boca de un pez con los VEDAS en la mano, después de haberlos recobrado de las aguas del diluvio.
Esta misma versión se la encuentra en los Antiguos Manuscritos CALDEOS, en donde, propiamente en la patria de UR, OANNES fue conocido como DAGON. DAGON, u OANNES, que es el mismo KNEPH del antiguo Egipto que descansa sobre una serpiente de SIETE CABEZAS.
Las historias relativas al dios pez Oannes presentan un curioso parecido con las de Viracocha y Kon-Tiki.
Viracocha o el dios Kon-tiki recibe el nombre de Queztálcoatl en Perú o en México. Tienen en común que ambos eran barbudos y ambos surgieron del mar. Prohibieron los sacrificios humanos. Ambos fueron civilizadores.
Robert Temple señala que los Nommos -los dioses anfibios de quienes los dogon afirman haber recibido su conocimiento de Sirio B- se parecen mucho a los anfibios extranjeros que, según el historiador Beroso, fundaron la civilización babilónica y cuyo líder se llamaba Oannes.

Le Plongeon indicó el parecido entre el nombre de este dios y la palabra maya oaana, que significa «el que tiene su residencia en el agua». Si está en lo cierto, esto parecería una argumento favorable a la existencia de una conexión entre América Central y las tierras del Oriente Medio.

Al igual que Brasseur, Le Plongeon citaba el mito mesopotámico según el cual la civilización fue traída al mundo por unos seres procedentes del mar que se llamaban oannes, y señaló que la palabra maya oaana significa «el que vive en el agua». De hecho, Le Plongeon dedicó mucho espacio a hablar de las similitudes entre la lengua maya y las lenguas antiguas del Oriente Medio 

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