Esta "vida" o fuerza anímica, que había sido depositada, originalmente por Ceridwen, había evolucionado a través de la creación animal hasta tomar forma humana, pero se encontraba sin la inspiración espiritual de Awen, la facultad razonadora impartida directamente por Dios.Existían tres círculos de evolución espiritual: el circulo de Abred; el circulo de Gwinvyd y el circulo de Ceugant. Desde Annwun la vida se arrastraba hasta Abred, el círculo de prueba, el plano terrenal, en el cual la fuerza anímica adquiría forma física. Esto incluía a la humanidad y a todo lo que se encontraba bajo ella. Era un lugar en el que tanto el bien como el mal disponían de la misma capacidad e influencia. El hombre se hallaba libre de toda obligación, y todo acto era producto del consentimiento y la elección. A medida que el hombre evolucionaba, también lo hacía su Awen, adquiriendo una mejor visión de Dios. En este sistema druidico de la evolución se concedía gran énfasis y se consideraba un factor importante la "libre voluntad", al contrario de la religión brahmánica, de la que se ha dicho que en ese aspecto se parecía mucho al druidísmo.Estas "enseñanzas" proceden de los discutidos volúmenes conocidos colectivamente como Barddas, documentos que habían sido recopilados de manuscritos mas antiguos por el bardo gales Iolo Morganwg. Pero una lectura cuidadosa de las Barddas revela algunos conceptos célticos muy distintos, de los cuales es un buen ejemplo el "enigma de los bardos". Esto tiene dos partes, según el esquema de los acertijos de pregunta y respuesta, un tipo de ejercicio el pensamiento muy popular entre los celtas, el cual empieza así: No hay nada verdaderamente escondido más que lo que resulta inconcebible; no hay nada que no se conciba, más que lo inconmensurable; no hay nada inconmensurable excepto Dios. No hay Dios sino aquello que no es concebible.No hay nada que no se conciba, más que lo que esta realmente oculto.No hay nada verdaderamente oculto excepto Dios.La solución empieza de esta manera:Lo que no es concebible es lo más grande de todo,y lo inconmensurable de lo que no esta en un lugar:Dios es lo más grande de todo, y lo inconmensurable de la inteligencia.Y no puede haber existencia para nada, sino a través de la inteligencia;y la no existencia de todo procede de lo que no esta en un lugar.Estos postulados subrayan la profunda filosofía de los druidas, y parecen compartir un terreno común con la Qabalah, un antiguo sistema hebreo de evolución mística; también con las enseñanzas brahmánicas y con muchas otras religiones antiguas.Los druidas también consideraban posible que el hombre evolucionase del estado de Gwynvyd a lo largo de su vida por medio de su propia volición o por el recuerdo de Dios. En otras palabras, los celtas creían mucho mas en el "libre agente" que sus homólogos de oriente. La idea del "recuerdo" se vincula con la preocupación egipcia por aprender el nombre de los dioses, a fin de poder hacer sin obstáculos su marcha hacia lo que entendían como cielo.Pero por el circulo de Abred tenia que pasar toda la humanidad durante sus diferentes planos de existencia, antes de estar capacitados para entrar en el circulo de la felicidad de Gwynvyd, el plano del espíritu plenamente desarrollado. El círculo de Ceugant solo estaba ocupado por Dios, pero allí también existía una polaridad oscura, llamada Cythraul, a la que Dios había sometido al unirse con ella.
Nota Importante: Este trabajo forma parte del libro "El Zodiaco Lunar Céltico", de Helena Patterson.
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