El periodista y escritor Eric Frattini, autor del libro "Secretos Vaticanos", afirma que el Vaticano "es un aparato de Gobierno y que como tal tiene sus alcantarillas". Según el escritor peruano, en este pequeño Estado "todo lo que no es sagrado es secreto" dada la estructura piramidal y no democrática de la Iglesia católica.Frattini ha recordado el caso del asesinato del jefe de la Guardia Suiza, Alois Estermann y de su mujer, a manos del cabo Tornay que, supuestamente, se suicidó después. Otro oscuro caso. Según este investigador es difícil creer que Esterman mató a su esposa y al amante de ésta y después se suicidó, cuando se sabe que el primero tenía un tiro en la nuca, lo que hace difícil su suicidio.Según el mismo autor, el servicio secreto del Vaticano, llamado "Santa Alianza" fue creado por el Vaticano en 1566, siendo Papa Pío V (hoy santo) para intentar atentar contra la Reina Isabel I de Inglaterra y tratar de sustituirla por la escocesa María Estuardo, que era católica y fiel a las directrices del Vaticano. Los primeros agentes del servicio secreto del Vaticano habrían sido un grupo de jesuitas.El Vaticano, asegura Frattini, cuenta también con un Servicio de Contraespionaje, llamado "Soladitium Píanum" o Asociación de Pío, conocido por sus siglas SP, que se organizó en 1906 por mandato del Papa Pío X quien ordenó a su S
ecretario de Estado, el cardenal español Rafael Merry del Val, la creación de una unidad de contraespionaje que operase dentro de la Santa Sede.La principal tarea del Sodalitium Píanum, que dirigió monseñor Umberto Benigni, fue la de "perseguir dentro de los muros vaticanos a todos aquellos que defendiesen las ideas modernizadoras de la Iglesia". "También se dedicaron a la caza y captura de religiosos que residían en el Vaticano y que pasaban información delicada a servicios de inteligencia de potencias extranjeras".Las Nunciaturas, especie de embajadas o delegaciones de la Santa Sede en los distintos países, jugaron un papel importante en las tareas de espionaje.Revela también el autor de "Secretos Vaticanos" la formación que como espías recibían sacerdotes, que luego eran introducidos de forma clandestina en la antigua Unión Soviética, a través de un departamento específico de la Santa Alianza, el "Russicum". En cuanto a la quiebra del Banco Ambrosiano, el investigador peruano apunta que no es conocido el dato de que después de la quiebra, además de Calvi, fallecieron 14 personas en extrañas circunstancias, todas ellas relacionadas con el caso.
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