julio 16, 2012

JULIO VERNE......EL MISTERIO CONTINÚA (3)






Julio Verne, siempre negó ser un vidente, sino que aseguraba que poseía documentos e ideas científicas de vanguardia, de la Francia del siglo XIX. Nadie duda que Verne tenía fuentes de información que muchos de su época no manejaban, es por ello, que la hipótesis más aceptada no es la de la videncia del francés, sino, su relación con ciertas sectas masónicas o esotéricas, como la Sociedad de la niebla, una secta de quien se dice custodiaba conocimientos ocultos. Es más, uno de sus personajes de la novel La vuelta al mundo en ochenta días, se llamaba Píelas Fogg (Fileas Fog), Fog en inglés, significa Niebla.Antes de morir, Verne preparaba una obra, que era en sentido apocalíptica, el libro titulado La invasión del mar (1905) cuenta que Europa sería cubierta por las aguas, las mismas que llegarían desde los polos producto de un deshielo a consecuencia del cambio climático lo que provocaba que el hombre volviera a su forma primitiva. En este sentido también se publicó El eterno Adán, libro que se sitúa la acción en México y en donde el protagonista descubre y traduce un diario que narra la destrucción de toda la humanidad y la sobrevivencia del ser humano.Las más comentadas son, sin embargo, las que realiza en su libro “París en el siglo XX”, en esta obra, el autor francés describe una París de 1960, y dice sobre ella los siguientes enunciados:- "Los ferrocarriles pasarán de las manos de los particulares a las del Estado".- "Aunque ya nadie leía, todo el mundo sabía leer".- "El latín y el griego no sólo eran lenguas muertas, sino enterradas".-"La mayor parte de los innumerables coches que surcaban la calzada de los bulevares lo hacían sin caballos; se movían por una fuerza invisible, mediante un motor de aire dilatado por la combustión del gas".-"Serás mayor de edad a los dieciocho".-"Se comprende que en esa época de negocios el consumo de papel aumentase en proporciones inesperadas (...); los bosques ya no servían para calefacción, sino para la impresión".-"...ya no hay mujeres (...) se han pasado al género masculino y ya no merecen la mirada de un artista ni la atención de un amante". Cabe destacar que a pesar de que Verne terminó la obra en 1863, su editor, Jules Hetzel, se negó a publicarla porque la consideraba demasiado negativa. Son pocos los datos que existen verdaderamente sobre las bases de estas cavilaciones proféticas sobre Verne, así también como su pertenencia a alguna secta religiosa o masónica son imposibles (acaso fácilmente negables) de verificar o confirmar. Por otro lado, muchos observan que las “visiones” proféticas de Verne en torno del Apolo 11 o sobre otros temas, no son más que meras coincidencias posiblemente lógicas si a uno se le ocurre divagar por lo que el hombre puede ser capaz de realizar. Por ejemplo, ¿si el hombre lograra viajar a través de las estrellas…………

Era conocido que Verne apuntaba todo lo que encontraba en sus lecturas de las más famosas revistas de la época, en pequeñas tarjetas, las cuales en cierta ocasión, de acuerdo a lo afirmado por el propio autor, llegaron a ser más de veinte mil. Los estudiosos y especialistas de la obra verniana afirman que Verne, al morir, tenía varios miles de logogrifos entre estas tarjetas, así como también apuntes de posibles historias y datos que hoy pudieran haber resultado de sumo interés para entender mejor el pensamiento verniano. Aún se desconoce lo que pudo ocurrirle a todos estos apuntes y la conclusión a la que han arribado casi todos los especialistas de la obra del autor galo es que el propio Verne destruyó todos estos papeles poco antes de morir.La serie verniana de Los Viajes Extraordinarios estuvo plagada desde un principio de una amplia gama de elementos criptográficos y criptológicos, y aun cuando quizás hayan pasado desapercibidos en su época, un siglo después los estudiosos de su obra han lanzado novedosas y variadas hipótesis que han permitido descubrir el trasfondo de los nombres de los personajes, los lugares y las expresiones que Verne utilizó en muchas de sus historias, usando técnicas tales como los anagramas, los palíndromes y las transposiciones.


En el caso de Phileas Fogg (La vuelta al mundo en ochenta días) mucho se ha escrito y comentado sobre el mismo. Unos dicen que el apellido Fogg viene de la palabra inglesa fog (niebla) y que Phileas viene del latín filius (hijo), lo que daría “hijo de la niebla”. Los partidarios de esta teoría tienden a vincular la creación del nombre con las iniciales del Reform Club al cual pertenecía el inmutable inglés. Estos ven en RC (las iniciales del nombre del club) una alusión a la palabra Rose-Croix, que significa Rosa Cruz (grupo ocultista fundamentado en conocimientos místicos) y además una alusión a La niebla, una supuesta sociedad mística de la época a la cual se dice que pertenecían algunos de los más connotados personajes de la sociedad parisiense. Otros presumen que Phileas viene de un verbo del griego antiguo que significa “el que gusta”. Tomando como punto de partida la teoría de la significación de la palabra fog del ejemplo anterior tenemos “el que le gusta la niebla”, que pudiera tener la connotación de ser una persona enigmática.En el cuento El eterno Adán (originalmente titulada Edom), Verne dejó a sus futuras generaciones de lectores uno de sus más interesantes mensajes ocultos. En esta extraña historia, que se sale del estilo de la serie Los Viajes Extraordinarios, Verne nos habla del ciclo de la vida en el Universo y nos trata de convencer de la destrucción y el resurgimiento de las civilizaciones. El galo, que ubica su historia 20 000 años hacia adelante (o sea, ¡en el vigésimo tercer milenio!), en una época con idioma y costumbres muy diferentes a las actuales, hace uso de un léxico peculiar, donde asistimos a la lectura de expresiones y de nombres en un idioma desconocido.


El trabajo más reciente aparecido en el mundo verniano europeo con respecto a este tema data de unos dos años y fue un francés, Gilles Carpentier, quien publicó en una edición del Boletín de la Sociedad Jules Verne de París el artículo Les mysterieuses sources d’une île (Las misteriosas fuentes de una isla), donde hace un exhaustivo análisis de los mensajes ocultos en La isla misteriosa, uno de las más famosas novelas vernianas. Gilles afirma que el nombre de Ciro Smith (Cyrus Smith en el original) es una anagrama de la palabra Jesucristo y basa su exposición en los distintos milagros que el ingeniero logra hacer en una isla desierta e inhóspita, e incluso llega a sugerir que es el propio Verne el que pudiera verse reflejado en el personaje del periodista Gedeon Spilett. Carpentier dice: El autor nos describe a Gedeon como un verdadero héroe de la curiosidad, de la información, de lo inédito, de lo desconocido, de lo imposible. ¿No podemos ver ahí la descripción del autor de Los viajes extraordinarios? Las iniciales del nombre son G.S. Sumémosle 3 a cada letra. Resultado: J.V. o sea ¡Jules Verne!Después de haber visto las más atrevidas tesis y los más significativos ejemplos planteados por los estudiosos de la obra verniana, cabría preguntarse ¿cuánto hay de especulación en todos estos razonamientos? Si bien hay algunos que parecen tener un significado evidente, hay otros que se tornan muy atrevidos. Lo cierto es que a Verne le gustaba darle significación a mucho de sus personajes y a muchas de las acciones narradas en sus novelas. Tomemos por ejemplo, el principal papel que despliega la criptografía en novelas tales como La jangada y Matías Sandorf cuyos argumentos dependen en gran medida del descubrimiento de los criptogramas presentes en ambas novelas. ¿Y que decir de las famosa inscripción Et quacumque viam dederit fortuna sequamur aparecida en uno de los capítulos de Viaje al centro de la Tierra? Con cada nuevo estudio sobre este particular se abren nuevas investigaciones, permitiendo en ocasiones entender al autor y su obra.






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