El historiador Jacques de Vitry, describe con esta cita lo que fue el origen del temple:"Ciertos caballeros, amados por Dios y consagrados a su servicio, renunciaron al mundo y se consagraron a Cristo. Mediante votos solemnes pronunciados ante el Patriarca de Jerusalén, se comprometieron a defender a los peregrinos contra los grupos de bandoleros, a proteger los caminos y servir como caballería al soberano rey. Observaron la pobreza, la castidad y la obediencia según la regla de los canónigos regulares. Sus jefes eran dos hombres venerables, Hugo de Payns y Godofredo de Saint-Omer. Al principio no había más que nueve que tomasen tan santa decisión, y durante nueve años sirvieron en hábitos seculares y se vistieron con las limosnas que les daban los fieles."A pesar de que se coincide en señalar que originariamente esta orden fue creada con motivos de protección, otros tantos historiadores apuntan la posibilidad de que su cometido incluyera la búsqueda de tesoros o reliquias, tan valiosas en aquella época y a las cuales se atribuían cualidades especiales y poderes, en realidad no se conoce ningún documento escrito que atribuya a los templarios la protección de las rutas hacia los lugares santos.
Transcurrido cierto tiempo, en 1127, el primer maestre de la orden Hugo de Payns, obtuvo el permiso del rey de Jerusalén para intentar "oficializar" la orden y emprendió un viaje a Roma con el fin de obtener una legítima aprobación del papa. En ese entonces Balduino I había muerto y en su lugar se encontraba Balduino II, primo del fallecido, fue él quien escribió la carta al Abad (título que ostentan los superiores de los monasterios) Bernardo de Clairvaux ( personaje de la divina comedia, a quien Dante situa como el único con acceso al cielo más elevado, activísimo religioso que escribía cartas a a reyes, papas, obispos y monjes) quien los recibió calurosamente y con todos los honores. Sorpresivamente Bernardo de Clairvaux (San Bernardo de Claraval) era pariente de dos de los nueve miembros de la orden del temple: Hugo de Payns y Andrés de Montbard. Dentro de sus pensamientos estaba precisamente el de sacralización de la milicia, por lo que fue recibida con entusiasmo la carta de Balduino II, y con ello el apoyo de tan importante figura estuvo garantizado. Bernardo de Clairvaux fue canonizado el 18 de Enero de 1174 incluido en el calendario de los santos por el Papa Alejandro III.Después del caluroso recibimiento de Bernardo de Clairvaux, Hugo de Payns y los cuatro acompañantes que había llevado consigo a Europa fueron recibidos en calidad de recomendados por Bernardo de Clairvaux, por el papa Honorio II, en Roma. Los entonces miembros de la aspirante a orden, habían recibido de los canónigos del Santo Sepulcro la regla de San Agustín, misma que ellos profesaban que era una normativa que describía una serie de deberes religiosos que ellos debían llevar a cabo, sin embargo Bernardo de Claurvaux quería algo más de la nueva orden y en la primavera de 1128, se celebró un concilio extraordinario en Troyes, a la cuál asistió una serie de personalidades importantes dentro del ámbito religioso astutamente reunidos por el Avad Bernardo de Clairvaux, ya que todos estaban vinculados a el de cierta manera, ahí fue donde él mismo, expuso los principios y primeros servicios de la Orden. Fue así como la Orden del Temple fue reconocida "oficialmente" como una militarización oficial de las cruzadas y luego de esto, el apoyo de nobles y príncipes fue requerido por el concilio para que ayudaran a la recién reconocida orden además de que se le pidió a Bernardo de Clairvaux que redactara una regla única original para los Templarios. Dichas leyes eran una mezcla de normas militares y normas religiosas, hacían votos de obediencia, castidad y pobreza. También se les impuso un manto blanco como prenda oficial y más tarde el papa Eugenio III le agregó una cruz de malta.Su entrenamiento era tanto físico como espiritual, ya que se les instruía tanto de religión como del manejo de las armas. Cuando alguien se iniciaba en la orden de los templarios todos sus bienes (propiedades y grandes fortunas, cuando se trataba de nobles) pasaban a manos de la orden, así que no es raro que el poderío económico de los templarios creciera rápidamente.A todas estas curiosas características de la orden, se le añade que únicamente respondían al papa y a la iglesia, de este modo, la defensa de Jerusalén y por qué no decirlo, futuras conquistas, estaban aseguradas. En su sentido de monjes, los templarios debían de pronunciar los votos de pobreza, castidad y obediencia, más un cuarto voto de conquista y conservación de tierra santa, aunque cumplir este voto significara sacrificar su vida. Se distinguían de otras órdenes como la orden de los caballeros teutónicos o los caballeros de San Juan de Jerusalén, las cuáles eran más bien fundadas como instituciones de beneficiencia o caridad.Aparecen escritos en donde se asegura que los Templarios poseían un trozo de la auténtica cruz de Cristo. Los Templarios han sido relacionados con gran parte de las reliquias por excelencia, como el Arca de la Alianza o incluso con el Santo Grial, en sus primeros años la orden del Temple no admitía nuevos miembros, ya fueran nueve o doce, lo cierto es que un halo de secreto envuelve sus actividades. Según la leyenda se cuenta que el rey Salomón fundó una “Logia de perfección”integrada por maestros y que precisamente nueve caballeros guardaban con sus nueve espadas la cripta sagrada que albergaba el Arca de la Alianza, nueve elegidos para combatir a los infieles, nueve hombres que se comportarán como monjes, santos y sin posesiones, decir a este respecto que los caballeros Templarios al ingresar en la orden donaban a ella todas sus posesiones, nueve hombres con una tarea por encima de todo............
En menos de doscientos años la Orden llegó a contar con más de treinta mil miembros, nueve mil edificios y atesoró inmensas riquezas. Comenzaron pobres, compartiendo un caballo, y lograron hacerse los dueños de toda Europa. Quizás la imagen que acuñaron de dos caballeros montando un único caballo no fuera un símbolo de pobreza. Este animal representa la búsqueda de la sabiduría y los dos caballeros que lo comparten es la dualidad, clave de la sabiduría perenne, la igualdad de los contrarios, el bien y el mal, la vida y la muerte. Ideales gnósticos, sincretistas que muy probablemente y en secreto practicaron los templarios. No es descartable la sospecha de que la misión secreta de los templarios consistiera en unir la tres grandes religiones monoteístas que por aquel entonces dominaban el mundo conocido y a partir de ahí crear un poder universal. Algo similar a lo que siglos después propiciaron los masones en sus logias.Lo que sucedió después, su expansión, su inmenso poder, su leyenda, quizás sólo esconda el mayor de los misterios de los monjes soldados, el poder que llegaron a conseguir, hasta llegar a ser un estado dentro del estado y una iglesia dentro de la iglesia. Tanto poder, tanta riqueza despertó la envidias de reyes y papas.
Durante el proceso que sufrieron los últimos templarios Ganceraud de Montpezat declaró: "Tenemos tres artículos que nadie conocerá, excepto Dios, el diablo y los maestros"....
En menos de doscientos años la Orden llegó a contar con más de treinta mil miembros, nueve mil edificios y atesoró inmensas riquezas. Comenzaron pobres, compartiendo un caballo, y lograron hacerse los dueños de toda Europa. Quizás la imagen que acuñaron de dos caballeros montando un único caballo no fuera un símbolo de pobreza. Este animal representa la búsqueda de la sabiduría y los dos caballeros que lo comparten es la dualidad, clave de la sabiduría perenne, la igualdad de los contrarios, el bien y el mal, la vida y la muerte. Ideales gnósticos, sincretistas que muy probablemente y en secreto practicaron los templarios. No es descartable la sospecha de que la misión secreta de los templarios consistiera en unir la tres grandes religiones monoteístas que por aquel entonces dominaban el mundo conocido y a partir de ahí crear un poder universal. Algo similar a lo que siglos después propiciaron los masones en sus logias.Lo que sucedió después, su expansión, su inmenso poder, su leyenda, quizás sólo esconda el mayor de los misterios de los monjes soldados, el poder que llegaron a conseguir, hasta llegar a ser un estado dentro del estado y una iglesia dentro de la iglesia. Tanto poder, tanta riqueza despertó la envidias de reyes y papas.
Durante el proceso que sufrieron los últimos templarios Ganceraud de Montpezat declaró: "Tenemos tres artículos que nadie conocerá, excepto Dios, el diablo y los maestros"....
Debido al "misterio" con que se ha adornado siempre la historia de la Orden del Temple, después de su disolución han ido apareciendo autoproclamados sucesores de la misma.
En 1981 la Santa Sede se tomó el trabajo de confeccionar una lista de organizaciones que se declaraban sucesoras de los templarios... y encontró más de cuatrocientas.Cierto que la inmensa mayoría de ellas no son sino grupos pantalla para cubrir otros fines, con prácticas que bordean el límite de lo lícito, y, algunas otras, con un claro comportamiento sectario (recordemos la tristemente famosa Orden del Templo Solar).Algunas asociaciones de esta lista, sin embargo, dedican su trabajo a fines altruistas (los Caballeros de la Alianza Templaria, contra la droga, por ejemplo) o a fines menos prácticos pero inocuos (La Orden de los Caballeros del Temple y de la Virgen María y su dedicación a la alquimia)..
Algunas corrientes masónicas también dicen descender de los templarios, como la Estricta Observancia Templaria del Barón d'Hund, y algunos ritos masónicos tienen grados relacionados con los templarios. De hecho, Andrew Mitchell Ramsay, considerado el padre de la masonería escocesa como la conocemos hoy en día, en su "Discurso" afirmaría sin ambages que los cruzados habían fundado la masonería en Tierra Santa, y que dicha masonería no era sino la Orden del Temple.Pero ninguna de las organizaciones existentes hoy en día puede, en manera alguna, probar su efectiva y legal descendencia de la Orden fundada por Hugo de Payens y sus Pobres Caballeros de Cristo.
Para terminar, fue el inmortal Dante, en su magna obra "La Divina Comedia", en el Libro del Paraíso, Capítulo XXX, versos 127-129, el que dio última noticia real de los Templarios:"Como al que quiere hablar y no halla acento me llevó Beatriz y dijo: Mirade estolas blancas este gran convento"
En 1981 la Santa Sede se tomó el trabajo de confeccionar una lista de organizaciones que se declaraban sucesoras de los templarios... y encontró más de cuatrocientas.Cierto que la inmensa mayoría de ellas no son sino grupos pantalla para cubrir otros fines, con prácticas que bordean el límite de lo lícito, y, algunas otras, con un claro comportamiento sectario (recordemos la tristemente famosa Orden del Templo Solar).Algunas asociaciones de esta lista, sin embargo, dedican su trabajo a fines altruistas (los Caballeros de la Alianza Templaria, contra la droga, por ejemplo) o a fines menos prácticos pero inocuos (La Orden de los Caballeros del Temple y de la Virgen María y su dedicación a la alquimia)..
Algunas corrientes masónicas también dicen descender de los templarios, como la Estricta Observancia Templaria del Barón d'Hund, y algunos ritos masónicos tienen grados relacionados con los templarios. De hecho, Andrew Mitchell Ramsay, considerado el padre de la masonería escocesa como la conocemos hoy en día, en su "Discurso" afirmaría sin ambages que los cruzados habían fundado la masonería en Tierra Santa, y que dicha masonería no era sino la Orden del Temple.Pero ninguna de las organizaciones existentes hoy en día puede, en manera alguna, probar su efectiva y legal descendencia de la Orden fundada por Hugo de Payens y sus Pobres Caballeros de Cristo.
Para terminar, fue el inmortal Dante, en su magna obra "La Divina Comedia", en el Libro del Paraíso, Capítulo XXX, versos 127-129, el que dio última noticia real de los Templarios:"Como al que quiere hablar y no halla acento me llevó Beatriz y dijo: Mirade estolas blancas este gran convento"
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