Los primeros que acompañaron a los visitantes e
hicieron uso del mundo intraterrestre, fueron los sobrevivientes de la
civilización atlante, aquella que surgió como consecuencia de la hibridación de
Guardianes y Vigilantes extraterrestres con gente de nuestro mundo. Uno de esos
atlantes que rescató gran parte del conocimiento heredado y lo traslado a buen
recaudo, fue el muy famoso y conocido Thot o Hermes Trimegisto,
quien aunque asesoraba a la cultura egipcia, mantenía un estrecho contacto con
“Amenti” (el Intramundo). La cultura atlante sobrevivió en pueblos como el
Nahualt, quienes se decían herederos de la antigua “Aztlan”, una isla continente
allende los mares; sino recordemos la fabulosa ciudad de Tenochtitlan,
construida sobre una isla en el Lago Texcoco en México, llena de canales, que
por su similitud nos hace recordar la capital de la legendaria Atlántida:
Poseidonis o Poseidopolis, mencionada por Platón en sus obras. Durante el largo
peregrinaje del pueblo Mexica hacia su tierra prometida, recorrieron el interior
de cavernas donde conectaron con sabios maestros intraterrenos. En cavernas como
las del Cerro Culiacán, recibieron una instrucción muy especial que los llevaría
a conocer y buscar concretar una misión y un destino.
En el ocaso de la civilización maya, una parte
significativa de este pueblo escogió marcharse hacia el mundo intraterrestre,
donde habrían permanecido hasta nuestro días haciendo uso de conocimientos hoy
olvidados fuera de esos lugares. También los incas en una de las versiones de la
fundación de su imperio, mencionan a cuatro clanes, llamados los Hermanos Ayar ,
que salieron de unas cavernas del Cerro Tamputoco en Pacaritambo (Cuzco),
trayendo consigo el conocimiento y la cultura que habrían recibido de seres de
gran sabiduría .
Desde que se estableció el reino intraterreno
de “Agartha” cuya capital seria Shamballa,
muchos personas con espíritus elevados de nuestro mundo han sido convocados a
unirse al Gobierno Interno Positivo del Planeta. Los llamados a llegar a estos
Retiros o ciudades intraterrenas pertenecen a muchas religiones, escuelas y
filosofías, algunos incluso poseerían altos rangos jerárquicos a los que
obviamente renuncian una vez que se integran a este reino del universalismo.
Precisamente con todos ellos se ha ido formando lo que se conoce actualmente
como “La Gran Hermandad Blanca de los Retiros Interiores” o
“Gobierno Interno Positivo Planetario”. Algunos permanecen allí aislados y
otros, eventualmente se infiltran en nuestra sociedad para tomarle el pulso a
los acontecimientos, y enlazar a nuevos convocados. La Hermandad Blanca esta
formada por una serie de Hermandades que actúan como equipos de trabajo que
cumplen en la Tierra funciones especificas, como por ejemplo el mantener la luz
y el conocimiento a pesar de todo el esfuerzo de aquellas fuerzas de oposición
que permanentemente conspiran contra la humanidad, destruyendo o desvirtuando
sistemáticamente la información. Otras se encargan de canalizar las energías de
todos los grupos que trabajan comprometidamente en la superficie, dependiendo de
la frecuencia vibratoria de las mismas, entre éstas destaca la Hermandad de Los
Siete Rayos, que en la zona del Lago Titicaca ( Puno-Perú) posee un retiro
conocido como “La Abadía”, y cuyo portal de ingreso seria una
gigantesca formación rocosa donde se encuentra tallada la Puerta de Hayumarka o
“El Portal de Aramu Muru”. Un pórtico inmenso que a manera de puerta ciega
resulta un enigma al que no ha sido iniciado en el conocimiento de las Siete
Leyes y Principios Universales. Quien llega a dicho lugar en la actitud correcta
y obedeciendo a un llamado interior, habiéndose purificado y preparado, podrá no
solo abrir el portal utilizando el poder de la palabra o la magia del verbo (los
mantrams adecuados), sino que conectará con los túneles y galerías cercanos, que
llevan al sitio preciso donde será recibido por los maestros.
En las espesas y húmedas selvas del Manu en el
Madre de Dios, también en el Perú, se encuentra otro retiro ubicado precisamente
en el Valle de la Luna Azul (Valle de Cosñipata), llamado “El
Paititi” o “El Corazón del Corazón”, cuyo nombre secreto es según los
guardianes de éste retiro: “Quañachoai” ; y en donde los últimos Incas se
refugiaron llevando su sabiduría huyendo de los conquistadores europeos, con la
esperanza de que al cabo de quinientos años de purificación planetaria, tal como
decía una profecía conocida como “el Pachacuti ”, todo volvería a su justo orden
y el Inca volvería a gobernar. Paititi es una ciudad construida sobre la meseta
del Pantiacolla. Una montaña donde nace el río Siskibenia, la cual era conocida
en el pasado por los escasos habitantes de la zona, por estar atravesada por
insondables túneles donde vivían los “Paco Pacuris”, quienes eran los Sabios
Maestros Guardianes vestidos de blanco quienes cuidan los registros de la
historia del Mundo. A esta ciudad se accedería por el caudaloso y peligroso río
Alto Madre de Dios, siguiendo más adelante por sus afluentes, desafiando la
jungla, y llegando después de varios días al Pongo de Mainiqui o Cañon de
Pusharo, donde sobre un muro vertical de piedra aparecen multitud de petroglifos
con corazones y rostros humanos, los cuales advierten del ingreso en un
territorio prohibido, controlado por la Hermandad Blanca, y donde solo aquel que
es capaz de hablar con el lenguaje del corazón puede entrar y volver vivo.
La mayoría de los exploradores al llegar aquí
desiste de continuar por cuanto el lugar prueba violentamente a quienes sin
haberse preparado lo suficiente se acercan, envolviéndolos en terribles
tormentas y fenómenos atmosféricos. Si uno se atreve a continuar desafiando el
estrecho, peligroso y extenso cañón y la espesa jungla, pero sobre todo los
propios miedos, llegará al cabo de tres días al pie de la montaña del
Pantiacolla, donde los tres posibles ingresos a la ciudad son: a través de una
oscura y engañosa Laguna cuadrada de aguas estancadas y profundas, llenas de
feroces peces depredadores; o por una intrincada caverna laberíntica llena de
abismos y habitada por jaguares; o por una casi invisible pero resbalosa cueva
dentro de una cascada infestada de anacondas .Dentro de la ciudad hay un templo,
donde se encuentra “El Gran Disco del Sol”, verdadero Portal entre las
dimensiones, y que alguna vez lució su esotérica magnificencia en los muros del
Templo del Coricancha en el Cuzco.
En el Ecuador existe en la Cordillera del
Cóndor, una red de túneles que conectan por debajo toda la selva amazónica, y
que han sido poco explorados. La entrada ubicada entre los ríos Coangos y
Santiago es conocida como “La Cueva de los Tayos”. La impresionante caverna
posee dimensiones ciclópeas, pudiéndose apreciar su carácter artificial, sobre
todo en gigantescos salones y cámaras, descomunales dinteles e inmensos muros
trabajados. Allí ha habido quienes después de haber descendido han tenido
contacto con esferas luminosas conocidas como “Caneplas” o “Sincronizadores
Magnéticos”, y hasta quienes han podido observar seres de blanco con estaturas
gigantescas. Hoy se habla que dichos túneles se extienden por más de 16
kilómetros.
En el Brasil existe en la Sierra de Portiaria,
en el estado de Goias, el Valle selvático de Parauna, donde en la superficie se
pueden apreciar murallas de hasta cuatro kilómetros de largo y cuatro metros de
altura, de piedras hexagonales basálticas unidas magnéticamente, que cuidan una
zona donde hay pirámides derrumbadas cubiertas por la vegetación algunas de
ellas escalonadas, con entradas a ríos subterráneos que conducirían al mundo
intraterrestre. Igualmente existiría otra entrada similar en la Sierra del
Roncador.
En el Uruguay también habrían entradas al
intramundo, aunque algunas son definitivamente de carácter dimensional, como las
que se abren ocasionalmente en la Estancia la Aurora, entre Paysandú y Salto.
Otras pero como cavernas, existirían en la Sierra de Minas. En la Estancia la
Aurora , cuyo suelo es rico en cuarzos y cristales diversos, llega a
concentrarse cada cierto tiempo una gran energía la cual colapsa el espacio
tiempo abriendo una puerta o ventana dimensional, a través de la cual los
extraterrestres salen con sus naves o se proyectan, y suelen percibirse en los
alrededores seres de luz, o siluetas luminosas con las que se puede establecer
un contacto. Allí no habría un ciudad intraterrena ,pero sí un portal
interdimensional con el que se puede conectar con otra realidad quien ha
despertado sus potencialidades y posee la vibración adecuada .
En la Argentina se ha venido dando en los
últimos años un despertar de los centros de energía y un redescubrimiento de los
retiros de la Hermandad Blanca, poniendo al conocimiento público ciudades
intraterrestres con los que la gente esta aprendiendo a vincular . Hoy es muy
conocida y difundida la existencia en la acogedora localidad de Capilla del
Monte en Córdoba, de una leyenda en donde los indígenas Comechingones lograron
salvar la vida, huyendo de los conquistadores europeos , entrando por unas
cavernas ubicadas entre el Cerro Sagrado de Uritorco y la zona cercana de Los
Terrones. El lugar se encuentra en una poderosa línea de energía telúrica ,
actuando el macizo rocoso del Uritorco como una pirámide natural y colector
cósmico , que alimentaría una ciudad intraterrena llamada “Erks”, la cual ha sido avistada etéricamente en
repetidas ocasiones por lugareños como un conjunto organizado de luces y
estructuras a la distancia. Uno de ellos habría establecido comunicación con los
habitantes intraterrenos, recibiendo el honor de actuar de guardián de su
ingreso. Lamentablemente ésta persona fue asesinada y hoy en la actualidad es
uno de sus hijos, quien cumple dicha función. Lo que sí es más que evidente, es
la permanente presencia de ovnis en la zona, especialmente en el Cerro El
Pajarillo donde se han llegado a ubicar inmensas huellas circulares con hierba
quemada sobre las colinas. Otra de las ciudades intraterrestres que existirían
en Argentina es la llamada “Isidris” debajo de las montañas de
Mendoza. También esta la llamada “Ciudad de los Césares”,
ubicada a muy poca distancia de la turística ciudad de San Carlos de Bariloche,
en la Patagonia. Para llegar a éste retiro se necesita embarcarse por los lagos
y después de varias horas de navegación, introducirse por una reserva ecológica
al pié de montañas nevadas, siguiendo pequeños senderos que lo introducen a uno
por en medio de espesos bosques que llevan hacia hermosos y solitarios glaciares
, los cuales esconden los ingresos subterráneos. En el norte de Chile, en La
Serena, existe en la zona de El Elqui un valle mágico y esotérico conocido como
Cochiguaz , donde en un recóndito lugar entre montañas el magnetismo llega a
niveles inimaginados, y en donde se suelen observar permanentemente la presencia
de naves extraterrestres (ovnis) , entrando y saliendo de las montañas. En la
actualidad ésta localidad congrega la presencia de muchos sinceros buscadores de
la luz, que como maestros del nuevo tiempo, se han establecido en la zona, y
orientan a los peregrinos que hasta allí llegan buscando respuestas e
iluminación. Hay un sitio preciso donde tres quebradas coinciden sobre una
colina rodeada de piedras con petroglifos. Allí en un antiguo pozo chamánico se
abría un portal dimensional de conexión con el real tiempo del universo. Pero
aún esto es posible de repetirlo si se llega en el momento y en la actitud
adecuada.
En Centroamérica, en la República de Honduras
existen unas cuevas con petroglifos, a muy poca distancia de la ciudad de
Tegucigalpa. Los símbolos y figuras que aparecen en los muros son muy similares
a los hallados en la selva amazónica, repitiéndose los corazones con rostros
humanos, los espirales y los laberintos. Todas estas figuras estarían haciendo
referencia a la existencia en las selvas hondureñas de una ciudad perdida de
carácter intraterrestre. Esa ciudad se llamaría “La Ciudad
Blanca”, y estaría ubicada en la selva de “La Mosquitia”. En varios
mensajes nuestros grupos de contacto han sido invitados a realizar una
expedición de conexión con ese lugar, lo cual estaría dándose muy pronto.
En el sur de los Estados Unidos, en el estado de
California, se encuentra Monte Shasta, un impresionante y majestuoso volcán
extinto el cual contendría en su interior cavernas con uno de los retiros
internos de la Hermandad Blanca, y al cual anualmente llegan cientos de personas
que han entrado en la frecuencia de los maestros y están en condiciones de
recibir orientaciones. Son continuos los comentarios y testimonios de quienes
han sido testigos en la zona de la presencia de seres vestidos de blanco muy
altos. Como vemos son muchos los lugares donde se puede establecer una conexión
con la Hermandad Blanca de los retiros interiores, y las oportunidades se van
multiplicando como para que esto ocurra.
Pero, ¿por qué y para qué?¿Estamos acaso
preparados para hacer frente al conocimiento de nuestro proceso planetario y de
las intenciones que llevaron a seres de otros mundos a actuar en nuestro planeta
a lo largo de nuestra historia?¿Estamos realmente en condiciones de saber a
ciencia cierta quienes fueron nuestros padres planetarios, y por qué y para qué
existimos? El descubrimiento en la actualidad de la presencia de seres iguales o
diferentes a nosotros; de nuestra propia naturaleza o de naturaleza distinta
coexistiendo con nosotros en el mundo, con sus propios propósitos e intenciones,
nos esta conduciendo a una profunda confrontación con nuestras creencias . Mas
aún cuando se hace cada día más cercana la posibilidad de un diálogo frontal con
aquellos seres. Debemos prepararnos a enfrentar el develamiento cada vez mayor
de secretos y misterios, como algo incontenible y propio de nuestra edad
evolutiva que hace que lo que no se nos dice, lo percibamos por nosotros mismos,
pero que igualmente dicho conocimiento intuitivo o deducido producirá cambios
significativos en nuestra visión de la vida por cuanto ya no somos niños.
Estamos en la adolescencia de la humanidad, el momento en que solemos reafirmar
nuestra individualidad y sentar las bases de nuestro futuro. Es el período de
formación y de definiciones, tiempo de enfrentar nuestros miedos, por lo que es
bueno que sepamos las cosas como son, como para que con madurez sepamos
sobrellevar no sólo los fallos de los demás sino también nuestros propios
errores corrigiéndolos sobre la marcha.
Fuente: S.P.W.
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