diciembre 12, 2012

Intraterrestres


Tomándolo como un juego de imaginación, sin darle mayor importancia que la que le podríamos dar a una serie de cuentos y leyendas que nuestros abuelos podrían contarnos al calor del fuego del hogar en las frías noches de invierno, me gustaría hablar sobre los mundos subterráneos, los grupos humanos y/o civilizaciones que decidieron ocultarse del mundo exterior y vivir en las entrañas de la Tierra, en enormes oquedades, grutas y espacios interconectados entre sí, a través de pasadizos y galerías. 

Estos grupos humanos habrían desarrollado una civilización paralela a la nuestra, viviendo en simbiosis con nosotros, y habrían dado, con sus apariciones esporádicas, nacimiento a multitud de mitos y leyendas sobre ciudades perdidas, reinos ocultos en el interior de la Tierra, que habrían alcanzado una alta evolución, socialmente, y en el campo de la ciencia y de la técnica, también. 

¿Qué hay de verdad en todo ello?. ¿Existe "alguien" viviendo en nuestro mundo con nosotros, pero sin que lo sepamos?. ¿Quiénes son?. ¿Cómo viven?. 

Cuando alguien decide dedicarse al mundo del misterio y, dentro del mundo del misterio se inclina, como es mi caso, por la Ufología, tiene ante sí varias hipótesis, entre las que destaca una que hace referencia a esos seres que habitarían bajo tierra, y que se conocen como "intraterrestres". 

Esta hipótesis abarca una gran variedad de temas relacionados, que comienzan con la fenomenología OVNI en la Antigüedad, cuyos indicios, (en ocasiones mucho más que indicios), los encontraríamos en las escrituras sagradas de muchas religiones. 

Continúan las señales penetrando de lleno en la historia oculta del III REICH, cuya sola mención trae el recuerdo de una época oscura para la Humanidad, donde "otra realidad" pareció mezclarse con la nuestra. Una realidad espantosa e irracional, que muchos se niegan a admitir y prefieren cerrar los ojos o mirar hacia otro lado. 

Fue un intento fallido, pero no el ultimo, de un control absoluto de nuestro mundo, pero ¿por quién?. ¿A quién sirvió el nazismo durante los años de la 2ª Guerra Mundial?. 
Son muchas las preguntas que suscita la Hipótesis Intraterrestre. Preguntas más complejas y misteriosas, tal vez, que la Hipótesis Extraterrestre. Y detrás de todo ello, surge un nombre con fuerza: Agartha, el Reino perdido, el intramundo mítico, una supuesta civilización que vive en las entrañas de la Tierra. 
Aunque hay algunas cosas que no acabo de entender en toda esta historia. 

Para ver un poco de qué va todo ésto, quizá sería conveniente dirigir la mirada hacia atrás en el tiempo, a la época en que los dioses y los hombres convivían día a día, relacionándose entre sí. 

Leemos, sobre el mito (¿mito?) de Rama: 
"Cukra, a bordo de su vimana de gran potencia lanzó sobre la ciudad un único proyectil cargado con la potencia de todo el Universo. Una humareda incandescente, semejante a diez mil soles se elevó en todo su esplendor. Se levantó un viento terrible, la Naturaleza enloqueció y el sol giró sobre sí mismo. Los enemigos caían como briznas de hierba destruidos por las llamas. Hervían las aguas de los ríos y los que se lanzaron en busca de salvación, murieron sin remedio. Ardían los bosques. Caballos y elefantes corrían desesperados entre el fuego. Cuando el viento disipó la humareda de los grandes incendios, se vieron millares de cuerpos calcinados por el rayo terrible". 

Estos relatos, que podrían ser la descripción de la destrucción de Hiroshima y Nagasaki, corresponden al contenido de escrituras sagradas de la India, escritas en sánscrito y parcialmente traducidas al inglés. Pongo como ejemplo el Samarangana Sutradhara, donde se detallan numerosos detalles técnicos de las Vimanas o Vidya, aparatos voladores que tenían una capacidad de maniobra, velocidades, diseño y combustibles impensables en civilizaciones de la Antigüedad. Pero ésos escritos están ahí, pese a quien pese, y pueden ser comprobados por quien lo desee. 

De los Vimana se dice que existían cuatro tipos o modelos principales, llamados Tripura, Sakuna, Rukma y Sundara, con 113 submodelos más. 
De velocidades increíbles, ascendían en vertical, se desplazaban en pocos minutos a distancias considerables, y tenían diferentes radios de acción, existiendo uno, el “Surymandala” alcanzaba a los planetas del Sistema Solar, mientras que el "Nahsatramandala", que tenía un tamaño gigantesco, podía desplazarse más allá de nuestro Sistema Solar. ¿Hacia dónde?. 

Se nos habla de dioses, que combatían ferozmente entre sí, en batallas terribles, que hacían estremecer a la Tierra. Pero ¿eran dioses realmente?. ¿O más bien son los relatos que hacen referencia a civilizaciones anteriores a la nuestra, que por causas desconocidas desaparecieron, o se marcharon a otro lugar?. 

Evidentemente, está claro que estos seres son de carne y hueso, por lo que podemos prescindir del calificativo divino o espiritual y asignarle el de humanos, seres de carne y hueso, que incluso llegaban a engendrar hijos con los humanos a los que venían a instruir y controlar. 

Así pues, desposeídos de su divinidad, debemos suponer que estas entidades sólo podían tener dos orígenes posibles: O extraterrestres o terrestres. 

Su altísima tecnología y sus facultades los diferenciaban claramente de los humanos de la época en que se mostraban, así que sólo nos quedaría la hipótesis extraterrestre, a menos que hubiese existido, hace mucho, mucho tiempo, una civilización altamente evolucionada, que por alguna razón desapareció de la faz de la Tierra, para instalarse en otro sitio, en otro lugar. O bien se habían desplazado a otro mundo, o bien se encontraban (y encuentran) en el nuestro, pero ocultos y apartados de nuestra sociedad, a la que tratarían de dirigir haciéndose pasar por dioses. Y la mejor forma de esconderse sería bajo tierra y bajo el agua: Los intraterrestres. 

Pero hay dos versiones diferentes sobre el espacio que ocuparían estos seres. 

Una de ellas es la que afirma que se encuentran en grandes cavernas y oquedades inmensas, comunicadas entre sí, extendiéndose a través de todo el planeta. Y hay otra versión más asombrosa aún, que afirma que la Tierra es hueca, que dentro de ella existe todo un mundo iluminado por un sol interior, con dos aberturas en los polos, que servirían para entrar y salir del intramundo. 

Los científicos se echan las manos a la cabeza ante esta hipótesis, pero los defensores de ella argumentan que existen muchos indicios que apuntan a esa, para ellos, realidad. 

Ese mundo tendría un nombre: El Reino de Agartha, poblado por seres altos, de pelo blanco, ojos muy claros, y vestiduras como túnicas blancas. De una espiritualidad muy elevada, conocedores de todos los secretos de la Naturaleza y depositarios de los conocimientos de otros tiempos, de los secretos de civilizaciones que han llegado hasta nosotros como civilizaciones de leyenda, las mitológicas Lemuria o Mú y la Atlántida, cuyos recuerdos se pierden en la noche de los tiempos, desaparecidas por efectos de un gran cataclismo bajo las aguas del océano, pero vivas todavía en muchos textos antiguos. 

Muchos pueblos en muy diferentes partes del planeta, nos hablan de los intraterrestres, con pequeñas variaciones en sus relatos. 

Así encontramos su huella en los indios del norte y sur de América, quienes nos hablan de grutas y pasadizos que se internan en la profundidad de la Tierra, y donde, según ellos, moran los dioses que algún día volverán a gobernar nuestro mundo, pues así lo prometieron. Los indios Hopi, que viven en la zona de Arizona, en los Estados Unidos de América, dicen ser los descendientes de un continente ya desaparecido bajo las aguas del océano Pacífico. Según estos indios, sus antepasados convivían con unos seres que volaban en unos "escudos voladores", y les enseñaron a construir túneles e instalaciones subterráneas. 

También se habla de ellos, como hemos visto, en la India y en el Tibet. Shamballah y Agartha serían accesibles, también, en Asia Central, en algún punto del Desierto de Gobi, que fue un vergel en otro tiempo. 

Así pues, nos encontramos con unos pueblos o civilizaciones superiores, escondidas en el interior del mundo, muy evolucionados, gobernados por los nueve superiores y bajo el mando supremo del rey del Mundo, poseedores de unas máquinas volantes muy sofisticadas y poderosas, y que utilizan una extraña y poderosa energía llamada Vril. Y que desean establecer, algún día, un Nuevo Orden Mundial. 

Y todo ésto llega a oídos de los alemanes del III REICH, empeñados en establecer, también, un Nuevo Orden Mundial. Y envían varias expediciones al Tibet, entrando en contacto con los lamas de esa zona apartada del mundo. 

¿Qué buscaban los nazis allí?. ¿Qué papel juega el nazismo en toda esta historia?. 

El Hermetismo o Esoterismo tuvo un papel primordial en la gestación de la Segunda Guerra Mundial, aunque ello sea negado por los historiadores "convencionales", no sé si porque desconocen esta realidad, o porque se decidió ocultar determinadas cosas a la Humanidad. Me inclino por esta segunda posibilidad. 

Cuando los nazis organizaron sus expediciones al Tibet, ya iban convencidos de que iban a buscar algo real y no perteneciente al mundo de la fantasía. 

Las organizaciones más o menos secretas que formaron parte o influyeron en la gestación del nacionalsocialismo, contenían en sus filosofías la recopilación de las tradiciones antiguas sobre la Humanidad y su historia oculta, lo mismo que la mayoría de las tradiciones iniciáticas, el hermetismo cristiano, los grupos místico-guerreros, como los templarios, la antigua masonería y, por supuesto, el budismo tibetano. 

Y todos esos conocimientos y tradiciones formaron, poco a poco, parte de la mística o esoterismo nazi. 

En el Tibet, o a través de los monjes de los conventos tibetanos, querían tener acceso al mundo de Agartha, el mundo de la pureza aria, del ser superior física y mentalmente hablando, cuyo símbolo era la esvástica, y que poseían unos conocimientos que ellos querían utilizar. 

Y entraron en contacto con los monjes tibetanos. Y aquí es donde esta historia toma un cariz que no acabo de digerir bien. 

¿Cómo unos monjes altamente espiritualizados, muy evolucionados, confraternizaron con el nazismo?. ¿Cómo una civilización tan avanzada, como la de Agartha, no rechazó de plano a los nazis?. ¿Cómo el conjunto budismo-Agartha-nazismo, formaron un todo en la búsqueda de un objetivo tan funesto como el que perseguía Adolf Hitler?. Porque tal vez el rey del Mundo, los agarthianos y los budistas no son lo que parecen ser. Agartha tiene previsto un retorno a la superficie, donde sojuzgará a la Humanidad e implantará un Nuevo Orden Mundial, según sus intereses. 

Porque el Rey del Mundo es el apelativo que se le da, en algunas tradiciones a Lucifer, uno de los reyes de Atlántida. ¿Cuál es la línea que separa aquí la realidad de la fantasía?. 
Sea como fuere, los nazis viajaron varias veces al Tibet. Y adquirieron conocimientos sobre el Vril, y utilizaron esa técnica que conocieron a través de los agarthianos, para construir los legendarios Haenebu, y los Vril, así como otros descubrimientos científicos propios de la ciencia ficción, para la época. 

El nazismo fue la incursión de otra realidad sobre nuestro mundo. Se utilizó a los nazis como se podía haber utilizado a quien hubiese servido. Pero, ¿por parte de quién?. 
Por parte de los habitantes del intramundo, cuya evolución espiritual quizá vaya en otra dirección muy distinta a la que esperábamos. Un dios, el Rey del Mundo, y un Mesías para ese dios: Adolf Hitler. 

Tal vez no fue el momento adecuado, ni la forma ideal para conseguirlo, pero aquí se desarrolló una lucha tremenda entre dos fuerzas. Una ya sabemos cuál es. Ignoro cuál es la otra. 

Y en medio de las dos, los mortales, reducidos a simples marionetas, como ha sido siempre desde que el Mundo es Mundo. 

Los nazis enviaron, como decíamos, varias expediciones al Tibet. Y durante mucho tiempo se prepararon a fondo, recopilando información y entablando un estrecho contacto con los seres de Agartha, para dominar al mundo. 

El regente Tibetano envió por escrito una declaración de amistad al...."notable señor Hitler, rey de los alemanes, que ha conseguido hacerse con el poder sobre el ancho mundo". 108 volúmenes (el Kangschur), un conjunto de sagradas escrituras del Tibet se trajo la expedición nazi al regresar. Esta expedición, promovida por Hilscher, jefe del Departamento Esotérico de la Anhererbe, estaba bajo el mando de Ernst Shaffer, con veinte miembros de las SS y cinco sabios. 

Paralelamente, lejos de allí, en 1938, otra expedición alemana se encargaba de tomar una vasta extensión de terreno en la Antártida. Este territorio fue llamado Neuschwabenland, (Nueva Suabia). 

Los nazis establecieron en la Antártida unas enormes bases secretas, utilizando para el transporte del más moderno material de construcción y tunelación a flotas enteras de submarinos, que iban cargados hasta los topes. Y allí, con sus científicos y sus militares, se construyó un reino bajo tierra, del cual, el Almirante Dönitz, jefe de la flota de submarinos del III Reich dijo: "La flota esta orgullosa de haber construido para el Führer, en otra parte del mundo, un Sangri-La, una fortaleza inexpugnable". 

Otro almirante, el estadounidense Richard Byrd dirigió en 1947 una operación (Highjump), para destruir la base conocida como "Base 211", operación que resultó un rotundo fracaso, con numerosos muertos y gran pérdida de material. 

En ese año, 1947, numerosos platillos volantes empezaban a ser vistos por todo el mundo, con una frecuencia inusitada, como jamás había ocurrido. 
¿De dónde procedían estos "vimanas" modernos?. ¿De los dioses?. Sí, pero de una manera indirecta. 

Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis desarrollaron una aeronáutica tan avanzada que parecía, en algunos aspectos, de otro mundo. Pero comenzaron a desarrollarla seis meses antes de la finalización de la contienda. Si hubieran dispuesto de más tiempo, más materia prima, y por lo tanto de más unidades, hoy el Mundo hablaría alemán. Pero llegaron tarde a la cita con el destino. 

Su cohetería experimentó un gran avance, con el desarrollo de las V-1, 2 y 3, así como alas volantes, aviones de características revolucionarias, aviones a reacción, y otros equipamientos como los visores nocturnos, etc. 

Pero lo más misterioso, aquello sobre lo que casi todo el mundo prefiere no hablar, y pasan sobre ello de puntillas, son las naves discoidales de la serie Haenebu (Haunebu),en sus distintas series, y los Vril, así como el Andrómeda, o nave nodriza, de gran tamaño y grandes prestaciones. 

Según un informe de la época, los nazis tenían listos 52 Haenebu I, 106 Haenebu II, 19 Haenebu III y 84 Vril I. En total 261 aparatos. 

Cuando finalizó la contienda, cada país del bando aliado protagonizó una carrera desesperada, para ser los primeros en llegar a las instalaciones de construcción y lanzamiento de aquellos artilugios, algunos de los cuáles se salvaron de ser destruidos por el afán demoledor del General Patton, por una orden tajante de que los prototipos fueran trasladados a los Estados Unidos. 

Una buena tajada de este pastel se la llevaron los soviéticos y los británicos, pero la mayor parte del botín pasó a los estadounidenses, que se llevaron, además, toda la documentación que se pudo salvar de la destrucción, así como a numerosos científicos que fueron trasladados a diversas bases, con la misión de continuar con el desarrollo de los proyectos de aeronáutica y astronáutica, así como en alimentación, medicina e industria, lo que en palabras de la Prensa de la época, haría avanzar a los Estados Unidos 100 años por delante de su evolución normal. 

Algo pasó en todo este tiempo, desde la más remota antigüedad, hasta los tiempos actuales, pasando por ese tenebroso, espantoso momento de la Segunda Guerra Mundial. 

Si los dioses y los hombres se dieron la mano, me temo que los primeros buscaban (y buscan) el sojuzgar al género humano, sino su aniquilamiento. Si no lo han conseguido es porque algo o alguien se lo ha impedido, no por que no tengan capacidad para ello. 

Tampoco sé qué partes de esta historia son reales y qué partes son fantasías o manipulaciones de la realidad. He estado elucubrando, apoyándome en cosas que he leído por ahí, en mis archivos y en mis propias conjeturas sobre este tema. Lo que sí parece es que cuando el río suena es porque agua lleva, y como decía Teilhard de Chardin: "Sólo lo fantástico tiene posibilidades de ser verdadero". 

Y si alguna vez, al levantar la vista, vemos una nave discoidal surcar los cielos, podemos estar viendo nuestra esperanza o nuestra pesadilla. 

http://GEIFO.blogspot.com 

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