enero 21, 2013

Los Anunnaki: la conexión Perú



Los Anunnaki podrían haber estado en el antiguo Perú. Esta es la última entrega de nuestra serie dedicada a la posible presencia de los alienígenas Anunnaki en el Perú. Como recordaran, empezamos con la presencia Anunnaki en la cultura Tiahuanaco y luego seguimos con las culturas Chavín, Mochica y Chimú, estas dos últimas en la costa norte del Perú.
Ahora, veremos que en este recorrido se evidencia la presencia de un mismo dios, al que hemos decidido llamar el “Dios de los báculos”. Esta divinidad es la figura que se encuentra representada en la “Portada del Sol” de Tiahuanaco. Para Los Divulgadores, es muy probable que este dios haya sido un Anunnaki que llegó a las alturas del lago Titicaca, antes del inicio de la civilización Tiahuanaco. Este Anunnaki impactó a los nativos del lugar con su tecnología alienígena y los hizo evolucionar culturalmente y cientificamente. Los sorprendentes restos arqueológicos de Puma Punku, Akapana, y Kalasasaya son muestras de su legado.
El Anunnaki de los báculos
Según la tradición, la figura de la “Portada del Sol” representa al dios Wiracocha. Para nosotros, esto es algo que no se puede afirmar con certeza ya que no existe una descripción única de la imagen de Wiracocha.
El dios Wiracocha, palabra quechua que significa “el creador del mundo”, aparece mencionado en varias crónicas de la conquista, que se contradicen entre sí en cuanto a su figura e historia.
En la “Portada del Sol”, la imagen del “Dios de los báculos” presenta varias características que nos van a permitir identificarlo a través de la iconografía de las culturas mencionadas anteriormente. La antigüedad de la “Portada del Sol” no se conoce con precisión. Algunos la ubican hacia el quinto siglo de nuestra era y otros sostienen que es mucho más antigua. Para Los Divulgadores y otros investigadores, la cultura Tiahuanaco es mucho más antigua que la de Chavín. Por algo, las crónicas españolas de la conquista sitúan el origen de la cultura Inca en Tiahuanaco y nunca en Chavín. Los mitos de creación Inca se refieren al lago Titicaca y al altiplano boliviano.Regresemos a la figura del “Dios de los báculos”, la más importante de las características de la figura de la “Portada del Sol” son los báculos o varas que lleva el dios en ambas manos. Estos báculos o varas están tomados por el medio y no por los extremos como se usaría normalmente un bastón.
La cabeza del Dios, lleva una especie de tocado que podría estar hecho de plumas o un material similar. Su cuerpo está cubierto por un atuendo ceñido por un cinturón. En sus mejillas se distinguen agujeros que algunos identifican como lágrimas. Finalmente, la imagen está rodeada de 48 figuras con alas.
Para Los Divulgadores, el “Dios de los báculos” podría ser el primer Anunnaki que llegó a esta parte de América miles de años antes de Cristo, cuando no existía ningún tipo de civilización en la región. Este Anunnaki habría llegado al altiplano boliviano en búsqueda de oro.
El Anunnaki que buscaba oro
La representación del Anunnaki de los báculos de Tiahuanaco denota que el detalle que mas impacto a los primitivos habitantes de esta cultura, fueron las varas o báculos que el personaje lleva en ambas manos.
Habría que preguntarse, ¿cuál podría haber sido la utilidad de estos báculos? ¿tendrían poderes especiales? o ¿serían una especie de detector de metales?
Que casualidad que en los mitos de creación Inca (el de Manco Cápac y el de los hermano Ayar), que se refieren a Tiahuanaco, el personaje principal siempre lleva una vara que debe clavar en la Tierra para descubrir el mejor lugar dónde asentarse.
¿Podría ser esta la misma vara que lleva el “Dios de los báculos”? y más aún, ¿esta vara estaría relacionada con la búsqueda de oro de los Anunnaki?
El Anunnaki de los báculos en Chavín
Según Zecharia Sitchin, la primera visita de los Anunnaki al planeta Tierra ocurrió hace 450,000 años. En ese momento, los Anunnaki se instalaron en la zona del Golfo Pérsico, donde se dedicaron a explotar el oro de la región.Pasaron los siglos y los Anunnaki llegaron a las alturas bolivianas en busca del oro que el diluvio universal había dejado al descubierto en la región andina.
Los Tiahuanaquenses, guiados por estos Anunnaki, llegaron siglos después a las alturas de Sechín, en la sierra central del Perú, siempre en busca de oro, metal que necesitaban para proteger la atmósfera de su planeta Nibiru. Seguramente, llevaron consigo la imagen y el culto al “Dios de los báculos”.
De acuerdo con la teoría de Zecharia Sitchin, luego de una sangrienta lucha en Sechín, con otro grupo de Anunnakis venidos de América central (la cual ha quedado registrada en los restos arqueológicos de la región), los que llegaron de Tiahuanaco vencieron y se instalaron cerca del lugar dando origen a la cultura Chavín de Huántar y continuaron con la explotación del precioso mineral.
La representación del Anunnaki de los báculos en la cultura Chavín, toma características regionales y se mezcla con los dioses antropomorfos que adoraban los lugareños. La más clara representación del “Dios de los báculos” en esta cultura es la llamada “Estela Raimondi”.
Este monolito de piedra, nos presenta la imagen de un ser que lleva dos báculos en ambas manos y que tiene un tocado de serpientes en la cabeza. Es importante notar que aquí también los báculos están tomados por el medio, como en la representación de la “Portada del Sol”.
La diferencia entre la representación de Tiahuanaco y la de Chavín, es que esta última tiene garras y colmillos como las deidades antropomorfas locales que están representadas en los petroglifos y la cerámica chavines.
De Chavín a Nazca
Es un hecho probado por la arqueología y la historia, que los habitantes de Chavín tenían relaciones ancestrales con los habitantes de la cultura Paracas, que se desarrolló en la costa sur del Perú. Eventualmente, algunos chavines decidieron establecerse en la región de Paracas, estos periódicamente regresaban a Chavín de Huántar a adorar a los ídolos del lugar. Esto sucedió aproximadamente entre los siglos VIII a.C. y el siglo III d.C.Mientras decaía la cultura Paracas, se fortalecía la cultura Nazca doscientos kilómetros más al sur. Los habitantes de ambas culturas, no solo tuvieron estrechos lazos comerciales y culturales sino que llegaron a compartir los mismos dioses que los Paracas habían heredado de los Chavín y estos, a su vez, habían recibido de los Tiahuanaquenses. Nos estamos refiriendo al conocido Anunnaki de los báculos. Los Paracas y los Nazcas también representaron a este Dios, pero incorporando cambios al igual que sucedió en Chavín.
Podemos ver en este manto de los inicios de la cultura Paracas, como tres de los elementos que definen gráficamente al “Dios de los báculos” en la “Portada del Sol”, siguen presentes: los báculos tomados por el medio en ambas manos, una especie de penacho o decoración sobre la cabeza y un cuerpo más bien rectilíneo cubierto por un atuendo que lleva al centro una especie de cinturón o emblema.
En esta representación Paracas, al Anunnaki de los báculos ya no lleva garras y colmillos como en Chavín. Además, a falta de piedras en la costa, se le representó en hermosas telas cuyos colores y diseños han llegado en excelente estado de conservación hasta nuestros días. Si en Tiahuanaco y Chavín se le grabó en la piedra, en Paracas se le dibujó en la tela.
Hemos dicho que mientras decaía la cultura Paracas, una cultura hermana se asentaba algunos kilómetros más al sur de la costa. Esta es la cultura Nazca que alcanzó notable logros en hidráulica e ingeniería.
Si bien en Nazca no hemos podido encontrar ninguna representación exacta del “Dios de los báculos”, hay una serie de representaciones, como la que vemos en la siguiente foto de un paño Nazca, que se asemejan mucho a lo que hemos visto en las anteriores culturas. La diferencia principal entre la figura Nazca y las anteriores, es que en Nazca el personaje lleva, en una de las manos, una cabeza trofeo en vez de un báculo.Hasta aquí, hemos podido seguir el rastro de la representación del Anunnaki de los báculos. Para acabar nuestro recorrido habría que agregar que existen también representaciones de este personaje en las culturas que precolombinas de la costa central.
Con esta entrega cerramos nuestra serie sobre la posible presencia Anunnaki en las culturas del antiguo Perú. Por si acaso, no nos hemos olvidado de las gigantescas y misteriosas líneas de Nazca a las que dedicaremos especialmente una serie. Hasta ahora, nadie ha podido explicar cuál fue el objeto de estos intrigantes diseños, que han sobrevivido el paso de los años desafiando nuestra imaginación. Nosotros vamos a tratar de develar este misterio en una próxima serie de artículos sobre la sorprendente cultura Nazca.

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