Es algo trivial que existen cantidad de mitos locales relativos a variados temas entre los pueblos más o menos primitivos por todo el mundo. Aquí solo consideramos las últimas interpretaciones sobre los “dioses” transculturales relacionados en la historia humana como mitos, no reales.
También anotamos que las antiguas civilizaciones no llamaron a los Annunaki “dios”. Se referían a ellos como maestros, señores, en el sentido de gobernantes.)
Aquellos que todavía mantienen la interpretación mitológica están en una posición insostenible.
Se encuentran con que tienen que mantener que los mismos ciudadanos que, según ellos, crearon – o tuvieron visiones - a los dioses a través de sus primitivas imaginaciones y proyecciones precientíficas ingenuas como la personificación de las inmensas fuerzas naturales fueron los mismos primitivos que de algún modo supieron construir la asombrosa Pirámide de Gizeh; los que de algún modo extrajeron, cortaron y trasladaron al lugar las mil toneladas de piedra del “Templo” de Baalbek (una plataforma de lanzamiento de cohetes) que incluso nuestra moderna tecnología no puede ni intentar levantar; de algún modo sabían el gran ciclo precesional de los cielos, la existencia de los diez planetas de nuestro sistema solar y como se formó el mismo (documento: Enuma Elish)
Para escapar de este embarazoso dilema, algunos caen en la explicación de que “debería” haber existido una civilización aún más antigua, perdida ahora en el misterio del tiempo, cuya identidad no podemos conocer que “debieron” haber sido destruidos o declinaron - pero que de alguna manera dejaron la suficiente tecnología y sabiduría esparcidas para impulsar el comienzo de la primeras civilizaciones que conocemos.
Pero deben mantener esta interpretación enfrentándose a la clara declaración de los sumerios y la de todos los otros pueblos antiguos de que los dioses eran de carne y hueso de verdad, presentes delante de ellos, que les dieron la civilización.
La definición de que los lugares citados en las leyendas antiguas eran míticos ha sido gradualmente refutada empezando por el trabajo de Schliemann (un comerciante Alemán que se negó a creer que las ciudades antiguas legendarias fueran míticas y arriesgo su dinero para ir a Oriente Medio con mapas antiguos y excavar Troya, así abrió el sello del mito) y completadas con el re-descubrimiento de todas las ciudades antiguas y centros en todos los continentes.
Los hechos relacionados con los “dioses” de antaño y la tecnología que se les atribuía, considerados como mitos y leyendas primitivas, han sido refutados gradualmente, empezando con el descubrimiento de documentos en las ciudades más antiguas y reforzados por el descubrimiento de la gran biblioteca de Ashurbanipal en Ninive y la acumulación gradual de más de dos millones de objetos y documentos confirmando aquellos hechos con gran detalle.
El descubrimiento de ooparts*, herramientas de alta tecnología, juguetes, artefactos, y tecnología junto con documentación de conocimientos científicos avanzados ostensiblemente fuera de lugar en ese tiempo junto con conocimiento astronómicos de todo el sistema solar más allá de nuestro conocimiento actual ha reforzado la negación de la interpretación mítica.
* oopart - objeto fuera de lugar en el tiempo y/o en el espacio, por ejemplo una televisión en una cueva prehistórica. No he encontrado una palabra en español para traducirlo - Nota del Traductor
La interpretación de los “dioses”, los mismos Anunnaki, como míticos, seres irreales (según los mitólogos académicos), Arquetipos Jungianos (Joseph Campbell) y su relegación a alucinaciones esquizofrénicas (Julian Jaynes) ha sido gradualmente refutada empezando con el reconocimiento de la realidad de los acontecimientos atribuidos a ellos; es posible descartar los argumentos a favor de su irrealidad en base a que las acciones atribuidas a ellos parecen fantásticas, gracias al desarrollo de nuestra tecnología (cohetes, rayos láser, radio comunicación, ingeniería genética, armas atómicas y de emisión de partículas) que repiten esas proezas.
Esta interpretación ha sido complementada más a fondo por las investigaciones y exploraciones pioneras ofrecidas por Von Daniken y completadas por las demostraciones brillantes y detalladas de Sitchin y Sir Laurence Gardner, el historiador y genealogista Ingles.
La interpretación mítica ha sido apoyada por las religiones porque reconocer a los Anunnaki como seres reales sería abrir la puerta a una interpretación radical de todo el fenómeno de la religión y poner en cuestión la identidad real de la deidad verdadera en el centro de su sistema de creencias. Gardner ha traído a la luz, sin embargo, el hecho de que existe una historia muy documentada, robusta que lleva de regreso a los Anunnaki, propiedad de la tradición heterodoxa del Cristianismo.
Esta tradición es la tildada de herética y perseguida de manera asesina por la Iglesia Romana antes y durante la Inquisición. No hubo Edad Oscura para esta tradición, solo para aquellos a los que la Iglesia quiso mantener en la oscuridad sobre la verdadera naturaleza de la historia humana.
Ahora que hemos empezado a caminar sobre la luna y a explorar el sistema solar y tenemos sondas viajando hacia las estrellas, la posibilidad de una civilización alienígena que llegue aquí se da por sentado y una viniendo de nuestro sistema solar sería algo trivial en vez de un mito irreal.
La “Mito-Información” después de doscientos años de fallos, aunque aun se esconda detrás mantenida en la Universidad, es un tema muerto.
Es algo trivial que existen cantidad de mitos locales relativos a variados temas entre los pueblos más o menos primitivos por todo el mundo. Aquí solo consideramos las últimas interpretaciones sobre los “dioses” transculturales relacionados en la historia humana como mitos, no reales.
También anotamos que las antiguas civilizaciones no llamaron a los Annunaki “dios”. Se referían a ellos como maestros, señores, en el sentido de gobernantes.)
Aquellos que todavía mantienen la interpretación mitológica están en una posición insostenible.
Se encuentran con que tienen que mantener que los mismos ciudadanos que, según ellos, crearon – o tuvieron visiones - a los dioses a través de sus primitivas imaginaciones y proyecciones precientíficas ingenuas como la personificación de las inmensas fuerzas naturales fueron los mismos primitivos que de algún modo supieron construir la asombrosa Pirámide de Gizeh; los que de algún modo extrajeron, cortaron y trasladaron al lugar las mil toneladas de piedra del “Templo” de Baalbek (una plataforma de lanzamiento de cohetes) que incluso nuestra moderna tecnología no puede ni intentar levantar; de algún modo sabían el gran ciclo precesional de los cielos, la existencia de los diez planetas de nuestro sistema solar y como se formó el mismo (documento: Enuma Elish)
Para escapar de este embarazoso dilema, algunos caen en la explicación de que “debería” haber existido una civilización aún más antigua, perdida ahora en el misterio del tiempo, cuya identidad no podemos conocer que “debieron” haber sido destruidos o declinaron - pero que de alguna manera dejaron la suficiente tecnología y sabiduría esparcidas para impulsar el comienzo de la primeras civilizaciones que conocemos.
Pero deben mantener esta interpretación enfrentándose a la clara declaración de los sumerios y la de todos los otros pueblos antiguos de que los dioses eran de carne y hueso de verdad, presentes delante de ellos, que les dieron la civilización.
La definición de que los lugares citados en las leyendas antiguas eran míticos ha sido gradualmente refutada empezando por el trabajo de Schliemann (un comerciante Alemán que se negó a creer que las ciudades antiguas legendarias fueran míticas y arriesgo su dinero para ir a Oriente Medio con mapas antiguos y excavar Troya, así abrió el sello del mito) y completadas con el re-descubrimiento de todas las ciudades antiguas y centros en todos los continentes.
Los hechos relacionados con los “dioses” de antaño y la tecnología que se les atribuía, considerados como mitos y leyendas primitivas, han sido refutados gradualmente, empezando con el descubrimiento de documentos en las ciudades más antiguas y reforzados por el descubrimiento de la gran biblioteca de Ashurbanipal en Ninive y la acumulación gradual de más de dos millones de objetos y documentos confirmando aquellos hechos con gran detalle.
El descubrimiento de ooparts*, herramientas de alta tecnología, juguetes, artefactos, y tecnología junto con documentación de conocimientos científicos avanzados ostensiblemente fuera de lugar en ese tiempo junto con conocimiento astronómicos de todo el sistema solar más allá de nuestro conocimiento actual ha reforzado la negación de la interpretación mítica.
* oopart - objeto fuera de lugar en el tiempo y/o en el espacio, por ejemplo una televisión en una cueva prehistórica. No he encontrado una palabra en español para traducirlo - Nota del Traductor
La interpretación de los “dioses”, los mismos Anunnaki, como míticos, seres irreales (según los mitólogos académicos), Arquetipos Jungianos (Joseph Campbell) y su relegación a alucinaciones esquizofrénicas (Julian Jaynes) ha sido gradualmente refutada empezando con el reconocimiento de la realidad de los acontecimientos atribuidos a ellos; es posible descartar los argumentos a favor de su irrealidad en base a que las acciones atribuidas a ellos parecen fantásticas, gracias al desarrollo de nuestra tecnología (cohetes, rayos láser, radio comunicación, ingeniería genética, armas atómicas y de emisión de partículas) que repiten esas proezas.
Esta interpretación ha sido complementada más a fondo por las investigaciones y exploraciones pioneras ofrecidas por Von Daniken y completadas por las demostraciones brillantes y detalladas de Sitchin y Sir Laurence Gardner, el historiador y genealogista Ingles.
La interpretación mítica ha sido apoyada por las religiones porque reconocer a los Anunnaki como seres reales sería abrir la puerta a una interpretación radical de todo el fenómeno de la religión y poner en cuestión la identidad real de la deidad verdadera en el centro de su sistema de creencias. Gardner ha traído a la luz, sin embargo, el hecho de que existe una historia muy documentada, robusta que lleva de regreso a los Anunnaki, propiedad de la tradición heterodoxa del Cristianismo.
Esta tradición es la tildada de herética y perseguida de manera asesina por la Iglesia Romana antes y durante la Inquisición. No hubo Edad Oscura para esta tradición, solo para aquellos a los que la Iglesia quiso mantener en la oscuridad sobre la verdadera naturaleza de la historia humana.
Ahora que hemos empezado a caminar sobre la luna y a explorar el sistema solar y tenemos sondas viajando hacia las estrellas, la posibilidad de una civilización alienígena que llegue aquí se da por sentado y una viniendo de nuestro sistema solar sería algo trivial en vez de un mito irreal.
La “Mito-Información” después de doscientos años de fallos, aunque aun se esconda detrás mantenida en la Universidad, es un tema muerto.
traducción de Ben Fishold
Versión original
del Sitio Web SapiensRising
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