Las tradiciones de los distintos pueblos considerados se encadenan, pues, perfectamente.
Nos muestran a un grupo de guerreros Blancos, de tipo nórdico, que desembarca en la costa mexicana y deja algo de su cultura en el Anáhuac, el Yucatán y zonas adyacentes.
Con el apodo,
de Quetzalcóatl en el país náhuatl
de Kukulkán en tierras mayas
de Votan en Guatemala
de Zuhé en Venezuela
de Bochica en Colombia,
...el jefe blanco, que verosímilmente se llamaba Ullman, se convierte en el recuerdo indígena, con el tiempo, en un dios civilizador, a pesar de las dificultades encontradas por él durante su estada en los distintos países.
¿Cuánto tiempo dura exactamente el viaje que lleva a los Blancos hasta la costa colombiana del Pacífico, y cuándo muere Ullman? No lo sabemos.
Pero sí la tradición nos muestra a los nórdicos, ya al mando de un nuevo jefe, Heimlap o Heimdallr, llegan en barcos de piel de lobo al Ecuador, donde fundan el reino de Quito, y luego al Perú, donde se radican en la zona del lago Titicaca y empiezan a construir una metrópoli: Tiahuanacu.
Vencidos, después de unos dos siglos, por una invasión de indios chilenos, los Blancos se dispersan. Unos se desplazan por la costa hacia el Norte y se embarcan en balsas que los conducen hasta las islas oceánicas.
Otros escapan del Altiplano y desaparecen en la selva amazónica, donde se encuentran, hasta hoy, sus descendientes.
Unos pocos, en fin, se refugian en la montaña desde donde, con la ayuda de indios leales, reconstruyen su Imperio. La tradición nos permite, gracias a los nombres y títulos que nos ha trasmitido, identificar a los blancos que capitaneaba el Dios-Sol.
En efecto, Ullman y Heimlap o Heimdallr son nombres escandinavos, y encontramos el mismo origen para los títulos sciri (de skirr, puro), ayar (de jarl, conde) e inca o inga (de ing, descendiente), así como para el apodo Huirakocha que viene del antiguo escandinavo hvitr, blanco, y god, dios.
por Jacques de Mahieu
No hay comentarios:
Publicar un comentario