Los Anunnaki, Sechín y Chavín
Algunas teorías, como las de Zecharia Sitchin, sostienen que los sumerios llegaron a América Central de la mano de los extraterrestres Anunnaki.
Si aceptamos esta idea, podríamos explicar mejor el nacimiento y la evolución de la cultura en el Perú. Para Zecharia Sitchin, la cultura Chavín sería heredera de la influencia de la cultura Tiahuanaco y de la cultura Olmeca, que se desarrolló en América central.
Para él, Chavín habría sido, además de un oráculo, un importante centro de procesamiento de minerales, especialmente el oro, como lo había sido Tiahuanaco cientos de años antes.
Veamos como llega a estas conclusiones.
Según los estudios de Arthur Posnansky y de Carlos Ponce Sanginés, entre otros, la primera etapa de Tiahuanaco se sitúa alrededor de 15,000 años a.C. Es decir, es una civilización anterior al diluvio y mucho más antigua que la sumeria.
Para Posnansky, el puerto de Tiahuanaco en el lago Titicaca no fue hecho para el tráfico lacustre sino para un tráfico oceánico. En esas épocas, antes del diluvio (11,000 a.C.), el altiplano boliviano se fundía en las aguas del Océano Atlántico, no existía todavía el lago Titicaca.
Esta primera fase de Tiahuanaco, termina con el diluvio y después de este, como hemos visto en una entrega anterior, las montañas andinas dejaron el oro al descubierto.
Según Zecharia Sitchin, los dioses Anunnaki mencionados en las tablillas de barro sumerias, habrían llegado a América en busca del precioso metal para explotarlo y llevarlo a su planeta.
Tiahuanaco fue entonces, en palabras de Sitchin, "la capital metalúrgica de América", hace unos 4,000 años. Su influencia llegó hasta Chavín de Huántar que sirvió también de planta de procesamiento para el oro proveniente de la sierra central, cuando el oro de Tiahuanaco empezó a agotarse, entre el año 1500 y el 1000 a.C.
En la siguiente entrega veremos como las obras de ingeniería hidráulica de Chavín presentan una clara influencia de Tiahuanaco, analizaremos más rastros de la presencia de pueblos indo-europeos en Chavín, Aija y Sechín, y finalmente revisaremos la iconografía de Chavín y de las culturas de la región comparándola con la cultura sumeria.
Los Anunnaki, de Zecharia Sitchin, podrían haber estado en el Perú.
En la entrega anterior vimos como las teorías sobre el origen de la cultura peruana merecían ser revisitadas a la luz de los recientes descubrimientos arqueológicos, sentamos un marco de interpretación, y presentamos algunas evidencias que reclaman una revisión de la historia del antiguo Perú.
Ahora, vamos a tratar de probar la existencia de un contacto directo no sólo entre Chavín y Tiahuanaco, sino también entre Chavín y la cultura Olmeca.
¿Cómo se dio este contacto?
Siguiendo con nuestra teoría alternativa, podemos presumir que cuando los Anunnaki y su mano de obra africana e indoeuropea, que habían llegado de la región mesopotámica, empezaron a agotar los recursos auríferos de las zonas cercanas a Tiahuanaco, estos decidieron desplazarse hasta Chavín de Huántar, en la sierra central del Perú, para continuar con la extracción del metal dorado.
Los Anunnaki, Tiahuanaco y Chavín
Empecemos por las evidencias de la influencia de Tiahuanaco en Chavín.
Estas dos culturas se encuentran en lugares aislados o de difícil acceso pero estratégicamente situados. El complejo arquitectónico de Tiahuanaco se encuentra en la confluencia de tres ríos canalizados a través de complejos sistemas hidráulicos, que como vimos en una entrega anterior de esta serie, sirvieron para usos metalúrgicos. Lo mismo sucedió en Chavín.
El centro arquitectónico de Chavín también se encuentra en la confluencia de dos ríos: el Wacheksa y el Mosna. Estos ríos fueron canalizados a través de un sofisticado sistema hidráulico subterráneo al igual que en Tiahuanaco. Aquí tenemos una primera influencia importante de señalar.
Esto no es una coincidencia pues no se han encontrado otros trabajos de ingeniería hidráulica, tan sofisticados para la época, en otras partes del Perú. Los sistemas de control de aguas de Chavín y Tiahuanaco fueron construidos como parte de una instalación Anunnaki para procesar metales.
De acuerdo con esta teoría, Chavín no es sólo un oráculo sino un importante centro de procesamiento de minerales, como lo fue Tiahuanaco.
Probablemente, alrededor del año 2,000 a.C., los Anunnaki llegaron a las alturas de Chavín desde Tiahuanaco trayendo consigo su mano de obra africana, indoeuropea y algunos tiahuanaquenses.
Chavín recibió de estos nuevos visitantes el culto al dios Wiracocha y tecnología avanzada para realizar estructuras arquitectónicas y sistemas hidráulicos.
En ese momento la futura cultura Chavín estaba en gestación, y no existían todavía ni el templo ni el castillo que son sus restos arqueológicos más conocidos. La representación iconográfica de razas no originarias de América Latina (como los africanos, casitas e hititas), encontradas en Aija, Sechin y en Chavín de Huántar nos dan indicios de esta migración.
Los africanos e indoeuropeos que, dirigidos por los Anunnaki, migraron de Tiahuanaco a Chavin, se habrían podido ir quedando por el camino influenciando culturas regionales como las de Aija y Sechin.
Especial atención merece el siguiente busto de piedra (adornado con un turbante) con rasgos faciales que no corresponden a los aborígenes del antiguo Perú.
¿Qué otras evidencias existen de esta migración?
Para la arqueología tradicional, encontrar el rastro que apoye la migración de los Anunnaki de Tiahuanaco a Chavín de Huántar, no es evidente todavía. Sin embargo, hay precisiones matemáticas en la arquitectura de ambas culturas que no pueden ser atribuidas a una mera coincidencia.
"En Chavín, al igual que en Tiahuanaco los diseñadores han utilizado la diagonal como punto de partida de todas las medidas en cuanto a la arquitectura. Y principalmente, también en el arte lítico…
Esta medida de 35,50 metros es la medida clave utilizada por los arquitectos de Chavín. Una medida que parece haber sido una suerte de código secreto solamente comprensible para los entendidos en matemáticas."
(María Scholten)
Este código matemático al que alude la doctora Scholten, probaría otra transferencia de conocimiento de Tiahuanaco a Chavín.
La representación del dios Wiracocha (Viracocha), originario de Tiahuanaco, en la cultura Chavín es otra evidencia.
Las semejanzas entre el supuesto Wiracocha de la Puerta del Sol en Tiahuanaco y el ser antropomorfo representado en la Estela Raimondi de Chavín, saltan a la vista. Las únicas diferencias están dadas por algunos rasgos felinos (garras y colmillos), que adquiere el supuesto dios Wiracocha en Chavín, como consecuencia de la fauna de la región.
No es una coincidencia que dos culturas separadas por cientos de kilómetros y más de 1,000 años, hayan representado a un ser, supuestamente divino, de manera similar y con una especie de báculo en cada mano.
Para Los Divulgadores, el dios Wiracocha podría ser el líder Anunnaki del grupo que llegó hasta las orillas del lago Titicaca y desarrolló la cultura Tiahuanaco.
Es más, la influencia de Chavín en otras culturas pre-incas como Paracas y Nazca, se puede entender a partir de la evolución de la representación del supuesto Wiracocha en estas culturas. Estaríamos viendo la subsistencia de la divinidad principal de la cultura Tiahuanaco en la costa peruana hasta mediados del siglo VIII d.C.
Esto lo veremos en detalle en otra entrega de esta serie, cuando analicemos la cultura Nazca.
por Oscar MercadoDiciembre 2011 - Marzo 2012
del Sitio Web LosDivulgadores
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