Contemplar la Gran Pirámide corta el aliento a cualquiera. Aunque señalan su edificación en el 2500 a .C., y que fue levantada por 100.000 hombres en 20 años de arduo trabajo (información basada en una opinión recogida por el historiador griego Herodoto), este portento milenario fue alzado a sus 146 metros de altura empleando la “modesta” cifra de 2.500.000 bloques de piedra, y algunos, con más de dos toneladas y media de peso. ¿Por qué semejante esfuerzo? ¿Cuál era el propósito de erguir aquel gigantesco templo de piedra?Antiguamente, la Gran Pirámide habría tenido un revestimiento de piedra calcárea blanca de Turah (y que fue quitado en la época de la dominación árabe para la construcción de Mezquitas), que le daba una iluminación extrema cuando la iluminaban los rayos del Sol. Sin duda, su imagen en el pasado debió haber inspirado a muchos hombres.las pirámides, en verdad, actúan como “estabilizadores planetarios”, puestos a funcionamiento a raíz del desequilibrio energético que significó la destrucción de Atlantis (mencionada por Platón, aunque una fantasía para los arqueólogos) por el impacto de dos fragmentos de Maldek, un planeta desaparecido, otrora ubicado en el actual cinturón de asteroides que se halla entre las órbitas de Marte y Júpiter.Este espantoso episodio invirtió los polos magnéticos de la Tierra e impuso por un tiempo una suerte de invierno nuclear.Las pirámides de Egipto, catalogadas siempre de “Tumbas”, esconderían una función secreta que ningún arqueólogo ha sabido interpretar. En primer lugar, resulta sumamente inquietante comprobar que nunca se han encontrado restos humanos en los sarcófagos de las pirámides de Gizeh.Ante todo esto, los arqueólogos salen al paso argumentando que los cuerpos de los faraones fueron sustraídos por cazadores de tesoros. Una presunción absurda. Ya cuando el califa Al-Mamun abrió el túnel que sirve hoy de ingreso a los turistas para visitar la Gran Pirámide, allá por el siglo IX antes de Cristo, al penetrar vehementemente en las galerías atribuidas posteriormente a Keops, comprobó con abnegada frustración que no había nada...Sin embargo, no olvidemos que galerías secretas repletas de “información cósmica” han sido señaladas reiteradamente bajo la pata derecha de la Esfinge y en la propia Gran Pirámide. Ya en 1993, el ingeniero alemán Rudolf Gantenbrink puso a descubierto (gracias a su pequeño robot explorador “UPUAUT”) una cámara secreta en Keops.Este tema fue desempolvado cuando el pasado 17 de septiembre del 2002, un nuevo robot se internó en la Gran Pirámide para desvelar qué había en esa misteriosa cámara, que se hallaba interrumpida por un bloque de piedra, a manera de puerta.Ante el rostro atónito de 1.500 millones de televidentes en 140 países, el “Pyramid Rover” perforó la puerta de piedra, para introducir seguidamente una pequeñísima cámara de vídeo, que, penosamente, se encontró con otra puerta más... Pero ello no desanimará a los arqueólogos que están convencidos de estar a puertas del descubrimiento más importante del siglo.Recientemente, Christopher Dunn, en Tecnologías del Antiguo Egipto, aportó suficientes pruebas para pensar que una de las cámaras conocidas era el núcleo central de energía de la Gran Pirámide: La Cámara del Rey.Formada por un granito que contiene, sospechosamente, un 55% de cristal de silicio-cuarzo, esta cámara habría sido diseñada para que el granito vibre por simpatía con el sonido (¿mantrams?) sobrecargando el cuarzo en la roca (incluyendo el sarcófago) y haciendo fluir electrones mediante un fenómeno que se conoce científicamente como “efecto piezoeléctrico”.La energía, a decir de Dunn, que llenaba la Cámara del Rey (ubicada convenientemente bajo la “cámara de descarga”) en ese punto se transformaba en una “combinación” de energía acústica y energía electromagnética. Todo ello permitía crear un “conducto de luz” o “guía de ondas” hacia algún lugar... ¿Este es el objetivo secreto de las pirámides? ¿Un “cañón estelar”? ¿Un conducto de luz?Sea como fuere, resulta curioso observar que los egipcios llamaban a las pirámides “Ikhet”, que significa “Luz Gloriosa”. Para pensar un poco más, los mayas, denominaban “Pirhua Amenco” a sus pirámides, que se traduce como “Revelador de Luz”. En Sumer, sabemos que a los zigurats o pirámides escalonadas se les llamaba “Esh”, que significa “Fuente de Luz”. Quizá por ello la palabra pirámide (PIRA = “Fuego o Luz” MIDE = “Medida”) también significa “Medidor de energía o de luz”. No nos debe sorprender teniendo en cuenta el objetivo de construir las pirámides, o al menos, la Gran Pirámide.Pero: ¿Adónde señalaría aquel supuesto conducto de luz que a decir de Dunn se puede formar al interior de la Gran Pirámide?.
LOS DIOSES ANTIGUOS
Se presume que la Civilización Egipcia se habría iniciado en el año 3.100 a. C., cuando el Alto y el Bajo Egipto fueron “unidos” por un personaje llamado Menes, o también “El Rey Escorpión”, constituyéndose así en el primer Faraón.Al margen que los datos sean totalmente correctos, me llamó la atención la fecha de la fundación del Egipto dinástico, que es similar a la fecha en que se habría iniciado la Civilización Maya (año 3.113 a. C.). También me era curioso el nombre “Menes”, que me recordaba la denominación Estekna-Manés, por cuanto la palabra Manés, por lo que comprendí, al igual que el sánscrito “Manú” significaría “Mentor”, “Maestro” o “Arquetipo Humano”.Menes es, sin discusión alguna para los historiadores, el “punto de partida” de las dinastías egipcias. Aquí hay que anotar que mucho (o más bien poco) de lo que saben los estudiosos sobre los gobernantes de Egipto se debe a Manetón (nombre que significa, curiosamente, “la Verdad de Thot”), un sacerdote egipcio de Heliópolis que habría vivido en el Siglo III a. C. Aquel sabio recopiló informaciones antiquísimas sobre los orígenes de Egipto que aun hoy en día son causa de controversia.No disponemos del texto completo de Manetón, pero, al menos, contamos con fragmentos importantes de su obra en los escritos del cronista judío Flavio Josefo (año 340 a. C.) y de cronistas cristianos como El Africano (año 300 de nuestra era) y Eusebio (año 340 de nuestra era). Es sumamente desconcertante que los egiptólogos utilicen la obra de Manetón sólo para referirse al período histórico, y no a la prehistoria que el sacerdote egipcio citaba no como leyendas o mitología, sino como hechos reales que sucedieron en el país del Nilo hace miles de años. Por ejemplo, y yendo al grano, Eusebio cita la obra de Manetón mencionando una lista de nueve dioses que gobernaron Egipto; aquellos seres son esencialmente el panteón de deidades de Heliópolis, como Ra, Osiris, Seth, Isis, Horus, entre otros.“...Estos fueron los primeros que gobernaron Egipto. A partir de ahí, el cetro del poder pasó de uno a otro en una sucesión ininterrumpida... a lo largo de 13.900 años... Después de los dioses reinaron los semidioses durante 1.255 años; y de nuevo se instauró otro linaje de reyes, quienes gobernaron durante 1.790 años; y otros diez reyes, que gobernaron durante 350 años. A continuación gobernaron los espíritus de los muertos por 5.813 años...”Todo esto habría sucedido antes que Menes uniera las dos tierras de Egipto. ¿Qué pensar de ello si Manetón dice la verdad? ¿Cómo interpretar el reinado de dioses, de semidioses-reyes, y finalmente el de los espíritus de los muertos?Esta misteriosa época se conoció con el nombre de Zep Tepi (“El Tiempo Primero”) y aquella raza de seres estelares fue denominada Neteru, término que curiosamente significa: “Vigilantes”; posiblemente los “dioses” que alude Manetón...Los “semidioses”, son llamados Shemsu-Hor, o “Hijos de Horus”, mencionados además, a todas luces, en el conocido Papiro de Turín. De cara a todo esto resulta muy intrigante recordar que los dioses de Egipto tenían una relación más que íntima con Sahu, el nombre egipcio que identifica la Constelación de Orión y, por ende, el enigma que mora allí. No hay que olvidar, que los Textos de las Pirámides son categóricos en sostener la importancia de Orión para la cultura egipcia, y la relación directa que existe con sus dioses.......
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