octubre 25, 2012

ARQUEOLOGÍA PSÍQUICA....EDGAR CAYCE...

Edgar Cayce profeta clarividente e investigador en psiquiatría, murió en 1945, pero su colección de “entrevistas psíquicas” se ha convertido en la base de la fundación que lleva su nombre y que también se llama Asociación para la Investigación y la Cultura. Esta institución tiene su sede en Virginia Beach y cuenta con centros en diversas ciudades norteamericanas y en Tokio, y presenta las características de un movimiento en el que la Atlántida ocupa un lugar importante.Las entrevistas de Gayce son el resultado de sus recuerdos personales acerca de encarnaciones anteriores propias y las de otros individuos “leídas” por él. Alrededor de setecientas de las entrevistas concedidas por este vidente a lo largo de varios años, para responder a preguntas que se le formulaban mientras se hallaba en trance, se refieren específicamente a acontecimientos de la historia ocurridos en la época de la Atlántida y a predicciones que aún deben cumplirse, como en el caso del templo “atlántico” submarino, frente a las costas de las Bimini. Un hallazgo futuro particularmente interesante ha de ser el de una cámara sumergida que contiene documentos atlánticos, que se producirá como anticipación de la nueva emersión de la isla-continente. La cámara sellada será descubierta siguiendo las líneas de las sombras proyectadas por el sol de la mañana al caer sobre las patas de la esfinge.En las conferencias de Cayce, la isla de Platón se sigue desde sus orígenes hasta su edad de oro, con sus grandes ciudades de piedra provistas de todas las comodidades modernas, como medios de comunicación de masas, transporte aéreo, marítimo y terrestre, y algo que aún no hemos alcanzado, como es la neutralización de la gravedad y el control de la energía solar por medio de cristales eléctricos o “piedras de fuego”.El mal uso de estos cristales provocó dos de los cataclismos que acabarían por destruir la Atlántida. A diferencia de lo que ocurre en nuestra época, existía una conexión entre las invenciones materiales y la fuerza espiritual, así como una mayor comprensión y comunicación con los animales, hasta que el materialismo y la perversión pusieron fin a la edad de oro.El deterioro de la civilización atlántica hizo que su destrucción resultara segura, de acuerdo con los relatos de Cayce. El descontento de la población, la esclavitud de los obreros y las “mezclas” (productos de cruces de hombres y animales), el conflicto entre los “hijos de la Ley de Uno” y los depravados “hijos de Belial”, los sacrificios humanos, el adulterio y la fornicación generalizados y el mal uso de las fuerzas de la naturaleza, especialmente la utilización de “piedras de fuego” para el castigo y la tortura, fueron algunos de los elementos que contribuyeron al desastre.Otros investigadores en ciencias ocultas y psiquiatría, como W. Scott Elliot, Madame Blavatsky y Rudolph Steiner, se basan en el ocultismo para obtener su información. Su opinión general es que la Atlántida provocó su propia destrucción, porque se dejó ganar por el mal. Esta es una opinión que comparten no sólo Spence y el historiador ruso Merezhowski, sino también Platón y los autores del Génesis y de las leyendas de inundaciones cuando describen la perversidad del mundo anterior a la inundación.En cuanto al relato de Cayce acerca del deterioro o autodestrucción de la Atlántida, basta sustituir las palabras “maldad” por “materialismo” y “los cristales” o las “piedras de fuego” por “la bomba” y se obtiene un mensaje muy interesante, que proviene de una época anterior al comienzo de la era atómica, pero que resulta aplicable a nuestro tiempo. Las profecías de Cayce sobre el resurgimiento de la Atlántida serían muy dudosas bendiciones si se cumplieran, ya que la ciudad de Nueva York “desaparecerá en su mayor parte”, y la costa oeste “será destrozada” y casi todo Japón “se hundirá en el mar”.No es extraño, pues, que los neoyorquinos, californianos y japoneses tengan el mayor interés en que Cayce se equivoque, aunque hemos de decir que sus anteriores predicciones sobre disturbios raciales, asesinatos de presidentes y terremotos en el valle del Mississippi, resultaron inquietantemente correctas.La investigación psíquica no se considera todavía fuente fiable para establecer la verdad histórica, de manera que el voluminoso material psíquico acerca de la Atlántida representa solamente una parte de la literatura especializada que, en el mejor de los casos, merece un calificativo de “sin comentarios” de parte de la comunidad científica o arqueológica.

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