octubre 22, 2012

MUNDOS SUBTERRÁNEOS...(2)



Según Donnelly, en su libro Atlantis: the Antedüiwian World, los dioses de los antiguos eran los gobernadores de la Atlántida y miembros de una raza sobrehumana que gobernaba la humana. Antes de la destrucción de su continente, que habían previsto, viajaron en platillo volador a través de la abertura polar al Mundo Subterráneo en el interior hueco de la tierra, donde aún viven.
"El imperio de Agharta", escribió Ossendowski en su libro Beasts, Men and Gods, "se extiende por túneles subterráneos a todas partes del mundo". En ese libro habla de la vasta red de túneles construida por una raza prehistórica de la más remota antigüedad, que pasa debajo de océanos y continentes, por los que viajaban vehículos veloces. El imperio del que habla Ossendowski, y del que aprendió de los lamas del Lejano Oriente durante sus viajes en Mongolia, consiste en ciudades subterráneas bajo la corteza terrestre. Debemos diferenciar éstas de las que están situadas en el centro hueco de la tierra. Por lo tanto, existen dos mundos subterráneos, uno más superficial y otro en el centro de la tierra.
Huguenin, cuyo libro sobre platillos voladores y el mundo subterráneo mencionamos antes, cree que existen muchas ciudades subterráneas en diferentes profundidades, entre la corteza terrestre y el interior hueco. Con respecto a los habitantes de estas ciudades, escribe lo siguiente:
"Esta otra humanidad tiene un alto grado de civilización, organización económica y social y progreso cultural y científico. En comparación, la de la superficie terrestre es una raza de bárbaros." En el libro, Huguenin muestra un diagrama del interior de la tierra, en el que se observan varias ciudades subterráneas en diferentes niveles de profundidad, conectadas entre sí por túneles. Las describe dentro de inmensas cavidades en la tierra. Dice que la ciudad de Shamballah, la capital del imperio subterráneo, está en el centro de la tierra, en el interior hueco, en vez de encontrarse en la corteza sólida. Escribe lo siguiente: "Todas las cavernas subterráneas de América están habitadas por gente antigua que desapareció del mundo. Estos pueblos y las regiones subterráneas donde viven están bajo la misma autoridad suprema del Rey del Mundo. Tanto el océano Atlántico como el Pacífico, una vez fueron el hogar de los vastos continentes que luego se sumergieron; y sus habitantes hallaron refugio en el Mundo Subterráneo. Las profundas cavernas están iluminadas por una luz resplandeciente que permite el crecimiento de cereales y otros vegetales y les brinda una larga vida, libre de enfermedades. En este mundo, existe una gran población y muchas tribus".
En su libro The Corning Race, Bulwer Lytton describe una civilización mucho más avanzada que la nuestra, que existe dentro de una gran cavidad en la tierra, conectada con la superficie por un túnel. Esta cavidad inmensa era iluminada con una extraña luz que no requería de lámparas para producirla, sino que parecía resultar de la electrificación de la atmósfera. Esta luz mantenía la vida vegetal y permitía a los habitantes subterráneos cultivar sus propios alimentos. Los habitantes de Utopía que Lytton describe eran vegetarianos. Tenían aparatos que les permitían volar en vez de caminar. Estaban libres de enfermedad y tenían una organización social perfecta, en la que cada uno recibía lo que necesitaba, sin la explotación de unos por otros.
Se afirma que la corteza terrestre está llena de redes de túneles que pasan debajo del océano de un continente a otro y a las ciudades subterráneas en grandes cavidades en la tierra. Estos túneles abundan en América del Sur, en especial debajo de Brasil, que fue uno de los principales centros de la colonización de los habitantes de la Atlántida, y podemos presumir fueron quienes los construyeron. El más conocido de estos túneles es el "camino de los Incas", que se extiende por varios cientos de kilómetros al sur de Lima, Perú, y pasa debajo de Cuzco, Tiahuanaco y Tres Picos, en camino al Desierto de Atacambo. Otra rama se dirige a Arica, Chile, que fue visitada por Madame Blavatsky.
Se dice que los Incas utilizaron estos túneles para escapar de los conquistadores españoles de la Inquisición. Ejércitos enteros entraron en ellos, con llamas cargadas con oro y tesoros, cuando los primeros conquistadores llegaron. Esa entrada también explica su misteriosa desaparición en ese momento, que dejó atrás solamente la raza de los quechuas. Se cree que cuando Atahualpa, el último de los reyes Inca, fue asesinado por Pizarro, el oro que era transportado en una hilera de 11.000 llamas cargadas halló refugio en estos túneles. Pensamos que tenían una forma artificial de luz y que estaban construidos por la raza que construyó Tiahuanaco mucho antes de que el primer Inca apareciera en Perú. Dado que nunca se volvió a ver a los Incas que entraron en estos túneles para escapar de los españoles, es probable que aún vivan en ciudades subterráneas iluminadas, a las que llevan los túneles.
Estos túneles misteriosos, un enigma para los arqueólogos, existen en gran número debajo del Brasil, donde se abren a la superficie en diferentes lugares. El más famoso está en las montañas Roncador, al nordeste del Matto Grosso. Allí se dirigía el Coronel Fawcett cuando fue visto por última vez. Se afirma que la ciudad de la Atlántida que buscaba no eran las ruinas de una ciudad muerta en la superficie, sino una ciudad subterránea con habitantes vivos; y se dice que él y su hijo, Jack, aún viven allí. Esto es lo que cree el profesor de Souza, el Comandante Strauss y O. C. Huguenin.

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